El Gobierno quiere gravar la nicotina de los vapeadores
Las negociaciones con los socios en el Congreso se complican e incluyen por ahora una subida de hidrocarburos y l¨ªmites a las deducciones de las empresas. Los impuestos a energ¨¦ticas y banca se tambalean
El Gobierno intenta sacar adelante las enmiendas al proyecto de ley en el que se aprueba el tipo m¨ªnimo global del 15% a las multinacionales. Estas se prorrogaron hasta a este mi¨¦rcoles, 30 de octubre, y el PSOE negocia su aprobaci¨®n en el Congreso con los partidos de la mayor¨ªa de la investidura. Seg¨²n diversas fuentes de estas conversaciones, entre las enmiendas que se intentan introducir est¨¢ la imposici¨®n al vapeo para hacer que tribute por la nicoti...
El Gobierno intenta sacar adelante las enmiendas al proyecto de ley en el que se aprueba el tipo m¨ªnimo global del 15% a las multinacionales. Estas se prorrogaron hasta a este mi¨¦rcoles, 30 de octubre, y el PSOE negocia su aprobaci¨®n en el Congreso con los partidos de la mayor¨ªa de la investidura. Seg¨²n diversas fuentes de estas conversaciones, entre las enmiendas que se intentan introducir est¨¢ la imposici¨®n al vapeo para hacer que tribute por la nicotina; recuperar los l¨ªmites a las deducciones de bases negativas que tumb¨® el Tribunal Constitucional por estar en un real decreto, y que las empresas devuelvan las p¨¦rdidas en el exterior que se apuntaron antes de 2012 y que ya hab¨ªa intentado ingresar el ministro del PP, Crist¨®bal Montoro, en el mismo real decreto ley. En consecuencia, tambi¨¦n se elevar¨ªan as¨ª los pagos fraccionados que adelantan a Hacienda las empresas por el impuesto de sociedades a partir de 2025.
Se plantea adem¨¢s una subida a los hidrocarburos. Sin embargo, en 2020 el PNV ya tumb¨® que se igualase gradualmente la tributaci¨®n del di¨¦sel a la de la gasolina. Y Junts en principio tampoco apoyar¨ªa esta iniciativa sobre el gas¨®leo. Los votos de todos los socios parlamentarios, incluyendo al PNV y Junts, ser¨ªan imprescindibles para aprobar el paquete fiscal. Es decir, toda la negociaci¨®n est¨¢ cogida con pinzas, sobre todo en lo referente a los impuestos a banca y energ¨¦ticas.
El libro blanco para la reforma fiscal, presentado en 2022, ya recog¨ªa gravar los cigarrillos electr¨®nicos. Seg¨²n dec¨ªan los expertos, estos pueden tener nicotina, pero no pagan el impuesto de labores de tabaco y solo tributan por el IVA. 14 pa¨ªses europeos ya gravaban entonces este producto. Y Sanidad ya hab¨ªa realizado una propuesta para equiparar el vapeo con nicotina al tabaco y establecer un impuesto espec¨ªfico de 0,15 euros por mililitro, en l¨ªnea con el promedio de la UE, y 0,006 euros por miligramo de nicotina. El tipo medio de gravamen se ir¨ªa as¨ª al 35,6%. Por su parte, el cigarrillo paga un tipo sobre el precio de venta del 51% y un tipo espec¨ªfico de 24,1 euros por cada 1.000 cigarrillos.
En cuanto al impuesto a la banca, este se quiere modular en funci¨®n de los m¨¢rgenes y para hacer eso se recurre a la rentabilidad sobre activos, el llamado ROA. Se establecer¨ªa un umbral de rentabilidad y por encima se pagar¨ªa de forma ¨ªntegra, mientras que por debajo se descontar¨ªa un porcentaje. La discusi¨®n entre Econom¨ªa y Hacienda es que los primeros argumentan que el umbral se fije entidad por entidad, mientras que los segundos defienden uno ¨²nico para todo el sector. Y Hacienda pretende que la cuota abonada en el impuesto de sociedades se pueda desgravar tanto en el impuesto energ¨¦tico como en el bancario a fin de evitar la doble imposici¨®n. En cualquier caso, entre las fuentes consultadas cunde la sensaci¨®n de que las dos figuras pueden acabar cay¨¦ndose de las enmiendas.
Las mismas fuentes tambi¨¦n descartan una subida de la fiscalidad a los seguros de salud privados. Y est¨¢ fuera de la mesa cualquier impuesto a los pisos tur¨ªsticos a la espera de que haya una regulaci¨®n europea. Algunas fuentes mencionan una tasa a las bebidas azucaradas que no se ha materializado. Y luego est¨¢n las presiones a varias bandas: por ejemplo, Sumar aspira a que se establezca un m¨ªnimo de tributaci¨®n en el impuesto de sucesiones y donaciones igual que se hizo con el gravamen extraordinario de solidaridad a las grandes fortunas, aprobado en 2022 para neutralizar las bonificaciones de las comunidades. En cambio, Junts aboga por medidas como rebajar el tipo de sociedades y elevar mucho el m¨ªnimo exento de patrimonio a nivel estatal para que pr¨¢cticamente no se pague. En definitiva, todo est¨¢ cogido con alfileres porque el Gobierno est¨¢ negociando a varias pistas con vetos cruzados.
Dec¨ªa Jean-Baptiste Colbert que el arte de recaudar impuestos consist¨ªa en obtener el mayor n¨²mero de plumas del ganso con el menor n¨²mero de graznidos. Este arte se torna mucho m¨¢s complicado cuando adem¨¢s hay que responder a distintas sensibilidades pol¨ªticas y territoriales para lograr una mayor¨ªa suficiente en el Parlamento. El Gobierno est¨¢ atravesando muchas dificultades para lograr un paquete de reforma fiscal que le sirva para dos objetivos: uno, ganar algo de margen para poder gastar m¨¢s el a?o que viene y hacer el ajuste que le pide Bruselas. Y dos, cumplir con el compromiso de reforma fiscal contemplado en el quinto pago de los fondos europeos, dotado con 6.500 millones y que el Ejecutivo afirma que pedir¨¢ pronto.
Este ¨²ltimo objetivo obliga a abordar la reforma fiscal siguiendo las recomendaciones del libro blanco de expertos. Las principales medidas que defend¨ªa el comit¨¦ de sabios eran una subida de los tipos reducidos del IVA y una bater¨ªa de impuestos verdes que inclu¨ªan una subida de hidrocarburos y peajes. Poco de esto est¨¢ en la agenda del Gobierno, salvo los carburantes y vapeadores. La idea es otra: hacer peque?os retoques que provoquen pocos graznidos, pero que vayan aumentando las bases.
El pistoletazo de salida se dio con el plan fiscal que present¨® el Gobierno dos semanas atr¨¢s. Ah¨ª se inclu¨ªa el compromiso de una reforma fiscal valorada en el 0,3% del PIB, unos 4.500 millones de euros. ¡°En el horizonte de validez del plan de medio plazo est¨¢n previstas medidas adicionales de refuerzo de la progresividad del sistema, aumento de la tributaci¨®n corporativa de los grandes grupos econ¨®micos y profundizaci¨®n en la tributaci¨®n medioambiental y la disuasoria de consumos indeseados¡±, rezaba el documento.
Y se se?alaba que hacer permanentes los grav¨¢menes extraordinarios a banca y energ¨¦ticas era una parte importante de la reforma. Su recaudaci¨®n ascendi¨® el a?o pasado a 2.800 millones. Esto ha provocado una reacci¨®n p¨²blica de Repsol, poniendo en duda sus futuras inversiones en Espa?a. El consejero delegado de la petrolera, Josu Jon Imaz, dijo en una tribuna publicada en varios medios que este impuesto era demagogia fiscal y llevar¨ªa sus inversiones al m¨ªnimo. Cepsa tambi¨¦n se encuentra en una situaci¨®n similar. La amenaza sobre las inversiones en el Pa¨ªs Vasco y Catalu?a ha provocado movimientos en los partidos. En Vizcaya est¨¢ Petronor, que es propiedad de Repsol. Y en Tarragona hay un polo qu¨ªmico en el que esta petrolera tiene un papel preponderante.
Esto ha hecho reaccionar a PNV y Junts. Los nacionalistas vascos han pactado con el Ejecutivo que el gravamen se convierta en un impuesto, de modo que pueda concertarse y quedarse con ¨¦l. De esta forma, podr¨ªa recaudar sus ingresos o bonificarlo para que las empresas no tengan que abonarlo all¨ª. El Gobierno ya ha se?alado adem¨¢s el compromiso pactado con los vascos para que se desgraven las inversiones verdes. Todo esto reducir¨ªa la capacidad recaudatoria. Y es algo que el Ejecutivo no quiere perder, as¨ª que contempla la posibilidad de compensarlo, aunque ser¨ªa poco, aplic¨¢ndolo a todas las energ¨¦ticas y no solo a las grandes. Una medida que tambi¨¦n se extender¨ªa a la banca. Adem¨¢s, hay una lucha soterrada entre las petroleras e Iberdrola porque se teme que se diferencie por el origen de la energ¨ªa, de manera que paguen m¨¢s aquellas cuyos beneficios vengan en mayor parte del petr¨®leo o del gas.
El impuesto energ¨¦tico ha causado fuertes discrepancias entre Sumar, por un lado, y Junts y PNV, por el otro. Junts adem¨¢s recela de la capacidad de los vascos para bonificarse estas figuras en su hacienda. Al no poder hacer nada parecido, es muy probable que rechacen los tributos sectoriales. El de la energ¨ªa ya se da pr¨¢cticamente como descartado. Y el de la banca casi tambi¨¦n, seg¨²n las distintas fuentes consultadas.