Volver o no volver tras el ¡®proc¨¦s¡¯: el dilema que los Molins resolvieron para tener una Navidad en paz
La cementera decidi¨® trasladar de nuevo su sede a Catalu?a para zanjar un conflicto familiar que hab¨ªa llegado a los tribunales
Cualquier plato roto se puede recomponer si est¨¢n todas las piezas y si hay un buen pegamento. Y para la familia Molins, este pegamento siempre ha sido el cemento. La casi centenaria Cementos Molins ¡ªla compa?¨ªa fue fundada en Sant Vicen? dels Horts en 1928 por Joaquim Molins Figueras junto con su padre, el patriarca Joan Molins Parera, que ya llevaba tres d¨¦cadas dedicado a la fabricaci¨®n de materiales de construcci¨®n¡ª es una m¨¢quina de hacer dinero: por cada euro que ingresa, 11 c¨¦ntimos se transforman en beneficio neto. Y en una empresa familiar, a la que se van sumando generaciones e intereses, un pegamento como este es imprescindible.
No obstante, un mecanismo tan bien engrasado y sus jugosos dividendos no fueron suficientes para evitar que el proc¨¦s abriese una grieta familiar. El 20 de octubre de 2017, en pleno apogeo independentista y siguiendo la cascada de empresas que se fueron de Catalu?a, la compa?¨ªa decidi¨® trasladar su sede social a Madrid, en busca del entorno de estabilidad que ya no ofrec¨ªa su tierra. Pero una parte de la familia no estuvo de acuerdo, y llev¨® a los tribunales la decisi¨®n. El juzgado dictamin¨®, en 2022, que el traslado se hab¨ªa hecho correctamente, pero la herida qued¨® ah¨ª. Ahora, cuando el proc¨¦s ya parece enterrado y en un entorno pol¨ªtico m¨¢s estable, la compa?¨ªa ha devuelto su sede. El objetivo de esta decisi¨®n, explican fuentes cercanas, no es otro que devolver la paz a la familia y, a cambio, la parte d¨ªscola desiste de seguir dando pelea en los tribunales.
Si la salida de cientos de empresas durante el proc¨¦s se vivi¨® como un desgarro del que el empresariado catal¨¢n todav¨ªa no se ha recuperado, la vuelta de Cementos Molins se ha vivido como un brote de esperanza. En el punto ¨¢lgido se fueron 4.500 compa?¨ªas ¡ªentre ellas las grandes, como CaixaBank, Sabadell, Naturgy, Cellnex o Colonial¡ª y en total, entre 2017 y 2023, se han trasladado fuera de Catalu?a m¨¢s de 7.700 empresas. La salida fue un torrente, pero la vuelta est¨¢ siendo a cuentagotas, y depender¨¢ de la situaci¨®n particular de cada compa?¨ªa. Aguas de Barcelona volvi¨® en 2018, Red Points el a?o pasado, y Laboratorios Ordesa hace un mes. Si esta ¨²ltima lo hizo porque inaugur¨® unas nuevas oficinas, en el caso de la cementera es para enterrar un conflicto familiar. La vuelta de Cementos Molins ha dado alas al optimismo ¡ªla patronal Foment del Treball aplaudi¨® la decisi¨®n, y el Govern de Salvador Illa sac¨® pecho de dar un entorno seguro¡ª, porque se trata de la primera cotizada que devuelve su sede, y tambi¨¦n porque es un ejemplo de empresa muy arraigada a la vida social, econ¨®mica y cultural de Catalu?a.
El nombre Molins est¨¢ ligado al Liceu y al C¨ªrculo de Econom¨ªa, tambi¨¦n al Opus Dei y a la banca, y el impulso de la familia ha estado detr¨¢s de proyectos tan importantes como el t¨²nel del Cad¨ª, varias l¨ªneas del metro de Barcelona o los parkings Saba. Entre sus miembros hay personalidades como el medi¨¢tico abogado Pau Molins o el pol¨ªtico Joaquim Molins, dos veces consejero de Jordi Pujol y portavoz de CiU en el Congreso. La empresa, fundada durante la dictadura de Primo de Rivera, expropiada durante la Guerra Civil y recuperada con el franquismo, ha crecido seg¨²n crec¨ªa la econom¨ªa: su cemento est¨¢ en multitud de viviendas y obras p¨²blicas.
En Cementos Molins hay tres ramas familiares que concentran casi todas las acciones. Los Molins L¨®pez-Rod¨®, a trav¨¦s de la patrimonial Otinix, tienen el 33,6%. Son los descendientes de Casimiro Molins Ribot, nieto del patriarca que se cas¨® con Mar¨ªa Dolores L¨®pez Rod¨®, hermana del conocido ministro de Franco. Destacado miembro del Opus Dei, Casimiro tuvo seis hijos ¡ªuno de ellos Laureano, cirujano que ha operado al Rey Em¨¦rito en alguna ocasi¨®n¡ª, y junto con su hermano Joan pilot¨® una etapa de gran expansi¨®n de la cementera. Los descendientes de Joan Molins Ribot, destacado miembro del empresariado catal¨¢n que fue presidente del C¨ªrculo de Econom¨ªa e impulsor del Instituto de Empresa Familiar, conforman las dos otras ramas familiares. Los 11 hijos que tuvo con Gl¨°ria Amat han dado lugar a la rama Molins Amat, que mediante la sociedad Noumea tienen el 31,5% de las acciones. Pero Joan Molins enviud¨® y se volvi¨® a casar, abriendo la rama Molins Gil. Estos tienen el 25,02% de las acciones, mediante la sociedad Cartera de Inversiones CM. Tienen menos peso, pero tambi¨¦n son la rama menos poblada, as¨ª que su papel en las nuevas generaciones, cuando el centenar de miembros vea diluida su participaci¨®n, puede ser importante para el futuro de la empresa.
Fue la rama Molins Amat la que se parti¨® en dos por el proc¨¦s. A ella pertenece el actual presidente, Joan Molins Amat, pero algunos de sus hermanos (Jordi, Xavier y Santiago) y sobrinos, que juntos representan solo un 17% del capital, se enfrentaron a todos por el traslado de la sede. El enfrentamiento fue duro y lleg¨® a afectar personalmente, explican fuentes cercanas. Por eso, aunque el tribunal respaldase la decisi¨®n del Consejo (sentenci¨® que aunque el centro de operaciones siguiese en Sant Vicen?, se pod¨ªa trasladar la sede a Madrid siempre que se celebrasen ah¨ª los consejos de administraci¨®n y las juntas de accionistas), la herida sigui¨® abierta, adem¨¢s de por el recurso que interpuso la parte d¨ªscola. La decisi¨®n de volver lo desactiva, y devuelve la paz a la familia a las puertas de la Navidad. Y, seg¨²n las mismas fuentes, solo ha podido darse en el nuevo contexto pol¨ªtico. Un entorno en el que el Gobierno de Salvador Illa aleja las tensiones pol¨ªticas, y en el que el independentismo est¨¢ por la v¨ªa pragm¨¢tica ¡ªcon el propio expresident Jordi Pujol manifestando estos d¨ªas que Catalu?a no ser¨¢ nunca independiente¡ª.
Mercado de corros
La rama d¨ªscola tambi¨¦n ha estado presente en otro conflicto. Cementos Molins tiene una particularidad, y es que cotiza en la Bolsa de Barcelona pero no en el mercado continuo, sino en el mercado de corros. Es un sistema tradicional donde las acciones se compran y se venden algunos d¨ªas de la semana a viva voz, como una subasta (aunque desde hace unos a?os se hace electr¨®nicamente). Anta?o era un sistema muy extendido, pero ahora es muy residual, y Cementos Molins es de las pocas empresas que cotizan de esta manera.
Las acciones que tiene en el mercado son muy pocas, apenas un 6%, mientras que el resto pertenece a las tres ramas de la familia Molins y a personas concretas. El anterior consejero delegado, Julio Rodr¨ªguez ¡ªfue relevado en marzo de este a?o por Marcos Cela¡ª entr¨® en 2015 y tres a?os despu¨¦s recibi¨® el mandato del Consejo de explorar, durante los siguientes cinco a?os, el salto del mercado de corros al mercado continuo. Pero para ello necesitaba identificar una gran operaci¨®n (una adquisici¨®n de al menos 800 millones) que justificase una ampliaci¨®n de capital y la b¨²squeda de inversores m¨¢s all¨¢ de los corros, lo que diluir¨ªa la propiedad de la familia. Aunque Cementos Molins tiene un gran m¨²sculo financiero ¡ªen 2023 registr¨® ventas de 1.349 millones, un beneficio de 151 millones y un saldo neto en tesorer¨ªa de 17 millones¡ª, esta gran operaci¨®n no apareci¨®, y la posibilidad de saltar al parqu¨¦ de los mayores de momento no se vislumbra. La misma parte de la familia que antes impugn¨® el traslado de la sede sigui¨® despu¨¦s insistiendo en saltar al mercado continuo. De momento, la paz es fuerte como el cemento: la decisi¨®n de volver a Catalu?a se tom¨® con unanimidad.
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