El rompecabezas de Muface pone en jaque la sanidad de un mill¨®n de funcionarios
El modelo da s¨ªntomas de agotamiento tras varios lustros de infrafinanciaci¨®n
La atenci¨®n sanitaria de un mill¨®n de funcionarios lleva dos meses en el limbo. Profesores, polic¨ªas, carteros o diplom¨¢ticos reciben desde hace 50 a?os cuidados m¨¦dicos a trav¨¦s de Muface, una mutualidad administrativa dependiente del Ministerio de Funci¨®n P¨²blica que les permite escoger si quieren sanidad p¨²blica o privada. Ahora no saben qu¨¦ va a ocurrir. El modelo salt¨® por los aires el 5 de noviembre. Ese d¨ªa, las aseguradoras presentes en el ¨²ltimo concierto con Muface ¡ªAdeslas, Asisa y DKV¡ª dijeron basta, ...
La atenci¨®n sanitaria de un mill¨®n de funcionarios lleva dos meses en el limbo. Profesores, polic¨ªas, carteros o diplom¨¢ticos reciben desde hace 50 a?os cuidados m¨¦dicos a trav¨¦s de Muface, una mutualidad administrativa dependiente del Ministerio de Funci¨®n P¨²blica que les permite escoger si quieren sanidad p¨²blica o privada. Ahora no saben qu¨¦ va a ocurrir. El modelo salt¨® por los aires el 5 de noviembre. Ese d¨ªa, las aseguradoras presentes en el ¨²ltimo concierto con Muface ¡ªAdeslas, Asisa y DKV¡ª dijeron basta, neg¨¢ndose a participar en un sistema que les genera p¨¦rdidas cr¨®nicas. El Gobierno ha tratado de maniobrar poniendo sobre la mesa 1.000 millones de euros adicionales. Ni por esas. Muface se ha convertido en un intrincado rompecabezas que opera en varios planos (empresarial, ideol¨®gico, pol¨ªtico, sindical...), y en el que influye desde la guerra de Ucrania hasta las futuras elecciones a la Comunidad de Madrid. Sus piezas cada d¨ªa est¨¢n m¨¢s desgastadas e hinchadas y encajarlas se ha convertido en una misi¨®n endiablada.
Aunque la mayor¨ªa de los espa?oles no tiene mucha idea de qu¨¦ es Muface, para los 1,53 millones de beneficiarios ¡ª1,1 millones de empleados p¨²blicos y los 430.000 c¨®nyuges e hijos¡ª es una parte fundamental de su d¨ªa a d¨ªa. Acceder a la web de esta mutualidad para pedir cita con el dentista o el reembolso de su gasto en medicamentos es su forma cotidiana para recibir estos servicios. Adem¨¢s de trabajadores del Estado en activo, una parte importante del colectivo lo componen funcionarios jubilados. Es el caso de Pilar Guti¨¦rrez, docente retirada residente en Segovia que lleva m¨¢s de 30 a?os en Muface, optando siempre por la sanidad privada. ¡°Los funcionarios pagamos una cuota mensual que nos da derecho a elegir si queremos ir por la p¨²blica o por la privada. Ahora no sabemos qu¨¦ va a pasar. Cada cual se acostumbra a sus m¨¦dicos y se hace dif¨ªcil cambiar¡±, relata con preocupaci¨®n.
Esas aportaciones que realizan los mutualistas est¨¢n entre los 25 y los 55 euros al mes. La cuota es obligatoria, pero solo cubre una m¨ªnima parte de los gastos de la mutualidad. El resto sale de los Presupuestos Generales del Estado. La factura para los tres pr¨®ximos a?os, de acuerdo con la ¨²ltima propuesta, alcanzar¨ªa los 4.500 millones de euros. El incremento en las primas que cobrar¨ªan las aseguradoras con el nuevo convenio 2025-2027 es un 33,5% superior al vigente. Unas cifras mareantes que no han bastado para seducir al sector privado. Tan solo Asisa sigue plante¨¢ndose acudir a la licitaci¨®n. Tiene hasta el 27 de enero para decidirse. Si no concurre, se abren dos alternativas: un nuevo concurso p¨²blico ¡ªser¨ªa el tercero en unos meses¡ª, poniendo a¨²n m¨¢s dinero o dinamitar el sistema de forma controlada trasladando a todos los beneficiarios de Muface al sistema nacional de salud, tal y como ha pedido el Ministerio de Sanidad, controlado por Sumar. Algo a lo que se oponen frontalmente todos los sindicatos de funcionarios y la inmensa mayor¨ªa de consejeros de salud de Comunidades Aut¨®nomas, que son quienes tendr¨ªan que lidiar con el desembarco masivo de pacientes hacia un sistema que ya est¨¢ muy estresado. Antonio G¨®mez Caama?o, conselleiro de Sanidad de la Xunta de Galicia, advert¨ªa recientemente de que la desaparici¨®n de Muface ¡°incrementar¨¢ la espera para cirug¨ªas y agravar¨¢ la falta de m¨¦dicos¡±.
En Espa?a hay tres millones de funcionarios, pero solo un tercio est¨¢ cubierto por esta peculiar figura de las mutualidades administrativas. Adem¨¢s de Muface ¡ªdonde el 66% son docentes de colegios, institutos y universidades¡ª hay otras dos entidades similares. Una para militares y guardias civiles (Isfas) y otra para jueces, fiscales y funcionarios de la Administraci¨®n de Justicia (Mugeju). Pero, ?por qu¨¦ solo una peque?a parte de empleados p¨²blicos tiene este modelo? Para entenderlo hay que remontarse a sus or¨ªgenes, en pleno franquismo.
Enrique de Porres, traumat¨®logo y primer ejecutivo de Asisa, recuerda que en los a?os 40 y 50 ¡°la sanidad p¨²blica universal no exist¨ªa. Solo hab¨ªa m¨¦dicos privados, hospitales de beneficencia, igualatorios [un precedente del seguro de salud] y mutualidades gremiales¡±. Fue en ese contexto en el que el r¨¦gimen impuls¨® la creaci¨®n de las mutualidades administrativas para dar cobertura sanitaria y para la jubilaci¨®n al personal de los ministerios. En 1975, justo al final del franquismo, se opt¨® por unificar las decenas de mutualidades en solo tres (Muface, Isfas y Mugeju), para igualar las condiciones y simplificar el sistema.
Con la vuelta de la democracia se desarroll¨® la sanidad y la educaci¨®n p¨²blicas y el Estado de las autonom¨ªas, lo que dispar¨® el n¨²mero de funcionarios. En 1975 hab¨ªa 1,5 millones de empleados p¨²blicos, la mitad que ahora. Los cuerpos que ya exist¨ªan entonces (polic¨ªas, profesores, inspectores de Hacienda, de Trabajo, de Educaci¨®n o de Seguros, funcionarios de prisiones, conservadores de museos estatales...) han mantenido la adscripci¨®n a las mutualidades administrativas, mientras que los nuevos no tienen ni Muface ni ninguna otra mutualidad. Por eso, para muchos, el modelo es un privilegio del franquismo que deber¨ªa desaparecer.
Sanidad marca perfil
Entre las voces que m¨¢s ha clamado por la desaparici¨®n de Muface est¨¢ la de M¨®nica Garc¨ªa, ministra de Sanidad. Desde su departamento se divulg¨® el 18 de noviembre un informe en el que se conclu¨ªa que ¡°la posibilidad de incorporar a la poblaci¨®n mutualista a la asistencia sanitaria p¨²blica es una opci¨®n tanto viable como razonable¡±.
El estudio considera que si los 4.500 millones de euros que est¨¢n presupuestados para las aseguradoras hasta 2027 se destinaran al sistema nacional de salud, este ¡°deber¨ªa tener capacidad para prestar ese servicio, con la adecuada gesti¨®n del proceso de transici¨®n¡±.
En caso de que se decidiera hacer ese cambio de modelo, la incidencia por comunidades aut¨®nomas ser¨ªa muy desigual. El mayor impacto se producir¨ªa en Andaluc¨ªa, Extremadura, Castilla y Le¨®n, Ceuta y Melilla. En estas regiones y ciudades habr¨ªa un incremento de usuarios de la sanidad p¨²blica por la desaparici¨®n de Muface de entre el 3% y el 5%, mientras que la media est¨¢ en el 2,5% de aumento.
Para Sumar, la cuesti¨®n de Muface se ha convertido en una bandera ideol¨®gica con la que marca perfil propio dentro del gobierno de coalici¨®n con los socialistas. En su programa electoral ya recog¨ªan su intenci¨®n de acabar con este modelo y han aprovechado la espantada de las aseguradoras para defender la necesidad de pasar a los funcionarios a la sanidad p¨²blica. M¨®nica Garc¨ªa ha insistido en que el traslado parece la mejor soluci¨®n porque ¡°a las aseguradoras no les dan los n¨²meros¡±.
N¨²meros rojos perpetuos
Hace unos a?os, compa?¨ªas aseguradoras como Sanitas, Mapfre, Caser, Axa o el Igualatorio M¨¦dico Quir¨²rgico y el de Cantabria tambi¨¦n participaban en el concierto de Muface. Poco a poco, todas ellas fueron saltando del barco. El m¨¢ximo directivo de una de estas aseguradoras relata que ¡°dar servicio a la mutualidad era un quebradero de cabeza, nos hac¨ªa perder el foco de asuntos importantes y casi siempre acab¨¢bamos perdiendo dinero, por eso nos fuimos¡±. El presidente de Mapfre, Antonio Huertas, coincide en esta idea: ¡°dejamos el modelo hace a?os por la falta de rentabilidad, y no vamos a volver¡±.
En la anterior licitaci¨®n de Muface, para el periodo 2021-2024 y con Miquel Iceta como ministro de Funci¨®n P¨²blica, se pact¨® una subida agregada de las primas que reciben las aseguradoras del 10%. Sin embargo, la guerra de Ucrania trastoc¨® todos los planes. Fernando Campos, consejero delegado de DKV, recuerda que ¡°en 2022 se vivi¨® un incremento brutal de los precios, con lo que toda la mejora en la prima nos la comimos el primer a?o por el aumento de costes y a partir de ah¨ª volvimos a las p¨¦rdidas¡±.
DKV calcula que en este ¨²ltimo convenio (que a¨²n est¨¢ vigente por una pr¨®rroga forzosa al menos hasta el 1 de abril) han perdido 70 millones de euros. Adeslas se ha dejado mucho m¨¢s, 256 millones en estos tres a?os. Junto con Asisa, las tres han tenido n¨²meros rojos conjuntos por valor de casi 600 millones de euros.
El descuadre financiero no se explica solo por la invasi¨®n rusa de Ucrania y la desbocada inflaci¨®n de 2022. ¡°La edad media de los beneficiarios de Muface cada vez es mayor, lo que hace que aumente el gasto sanitario¡±, explican fuentes de Adeslas. ¡°Adem¨¢s, desde la pandemia la poblaci¨®n est¨¢ m¨¢s preocupada por la salud, por lo que recurre m¨¢s que antes a los servicios m¨¦dicos, lo que tambi¨¦n aumenta la siniestralidad e impacta directamente contra nuestra cuenta de resultados¡±.
En el convenio 2022-2024, el 30% de los mutualistas de Muface escogi¨® la sanidad p¨²blica (un porcentaje que ha ido creciendo en los ¨²ltimos a?os), mientras que el 33% opt¨® por los servicios de Adeslas, el 24% por Asisa y el 13% por DKV Seguros.
Fernando Campos, el directivo de DKV, defiende que este modelo de colaboraci¨®n p¨²blico-privada ¡°tiene todo el sentido, porque es m¨¢s barato para el Estado, descarga las listas de espera de la sanidad p¨²blica, fortalece el sector m¨¦dico privado y genera una alta satisfacci¨®n para los pacientes¡±. El gran problema del sistema, a su juicio, es la infrafinanciaci¨®n permanente y el tener que presentarse a las licitaciones cada dos o tres a?os ¡°con lo que no hay posibilidad de una planificaci¨®n a m¨¢s largo plazo¡±. Con la ¨²ltima licitaci¨®n, que contempla una mejora de las primas del 33,5%, DKV calcula que seguir¨ªa perdiendo dinero: los n¨²meros rojos a tres a?os podr¨ªan llegar a los 100 millones de euros.
En el caso de DKV, la compa?¨ªa es filial del grupo alem¨¢n Munich Re, el mayor gigante del reaseguro del mundo, y cotizado en Bolsa. Adeslas es propiedad de Mutua Madrile?a y CaixaBank, que tambi¨¦n est¨¢ sometida al escrutinio de los mercados. ¡°A ver c¨®mo le explica a un gran inversor que te presentas a un concurso p¨²blico en el que vas a perder s¨ª o s¨ª¡±, subraya un directivo del banco.
Asisa, la ¨²ltima bala para salvar Muface, tiene una situaci¨®n muy distinta. La compa?¨ªa de seguros es propiedad de una cooperativa de 10.000 m¨¦dicos, Lavinia. Durante a?os, han asumido que la parte aseguradora pod¨ªa operar con ciertas p¨¦rdidas porque as¨ª consegu¨ªan pacientes para las cl¨ªnicas y las consultas de sus cooperativistas. Ahora est¨¢n analizando si la mejora del 33,5%, que no ha bastado a Adeslas y a DKV, s¨ª que les vale a ellos. ¡°Es como elegir a qu¨¦ pie te disparas¡±, apunta un alto cargo de la competencia, ¡°si se quedan en Muface perder¨¢n mucho dinero y en dos a?os pueden ver comprometida su viabilidad, pero si se van, muchas de las cl¨ªnicas de los due?os tendr¨¢n que cerrar¡±.
Precisamente, la negociaci¨®n con las cl¨ªnicas y grupos hospitalarios es otro de los grandes dilemas para las aseguradoras. Aunque Asisa o DKV tienen centros m¨¦dicos propios, la mayor parte de la atenci¨®n m¨¦dica que prestan a los mutualistas de Muface es a trav¨¦s de centros de terceros. Tanto de grandes grupos hospitalarios como Quir¨®n, HM Hospitales o el grupo Recoletas, como a trav¨¦s de cuadros m¨¦dicos que incluyen otorrinos, dermat¨®logos y oculistas privados por toda Espa?a. Los profesionales sanitarios que prestan estos servicios se quejan de que, con las estrecheces de Muface, ellos cada vez cobran menos.
Ignacio Guerrero, oftalm¨®logo sevillano y presidente de la asociaci¨®n de m¨¦dicos independientes Unipromel, denuncia que ¡°en esta batalla que se traen las aseguradoras con el Gobierno, los m¨¦dicos somos los convidados de piedra, a pesar de ser la parte m¨¢s importante en el trato con el paciente¡±. De acuerdo con algunos c¨¢lculos, m¨¢s de un tercio de la mejora de las primas por parte de Muface tendr¨¢ que destinarse a pagar mejor la prestaci¨®n sanitaria.
La situaci¨®n de ?scar L¨®pez
El ministro para la Transformaci¨®n Digital y la Funci¨®n P¨²blica, ?scar L¨®pez, accedi¨® al cargo hace solo cuatro meses. El tercer ministro en tres a?os. Desde que la pen¨²ltima licitaci¨®n de Muface qued¨® desierta en noviembre, siempre ha insistido en llamar a la calma a los funcionarios y en que tienen garantizada la continuidad del sistema. Pero los hechos han ido desmintiendo sus palabras. Si el 27 de enero Asisa no va al concurso p¨²blico, tendr¨ªa que lanzar una nueva licitaci¨®n con incrementos ya cercanos al 40%, lo que dejar¨ªa al ministro en una posici¨®n muy inc¨®moda. M¨¢xime cuando acaba de ser designado como l¨ªder del PSOE en Madrid, lo que le convierte en posible candidato para desbancar a Isabel D¨ªaz Ayuso de la presidencia.
La Comunidad de Madrid es la segunda regi¨®n de Espa?a con mayor n¨²mero de mutualistas, con 235.000 personas (solo por detr¨¢s de Andaluc¨ªa), aunque su peso respecto al conjunto de la poblaci¨®n es menor que en Andaluc¨ªa o Castilla y Le¨®n. Teniendo en cuenta que 2026 ser¨¢ a?o de elecciones auton¨®micas y que este colectivo puede ser determinante, estos meses de zozobra pueden pesar mucho en la candidatura de L¨®pez. Fuentes del ministerio reiteran el mensaje de tranquilidad y se remiten al 27 de enero porque ¡°hasta ese d¨ªa el plazo est¨¢ abierto para que lleguen nuevas aseguradoras¡±.
?lvaro Fern¨¢ndez, Polic¨ªa Nacional y secretario general del sindicato UFP, reconoce que la intranquilidad que se percibe entre sus compa?eros es muy grande. ¡°Cada familia tiene ya sus especialistas, sus pediatras, o su hospital de referencia y pensar que ahora van a tener que cambiar es complicado, por eso nos estamos movilizando para que el Gobierno y las aseguradoras lleguen a un acuerdo por fin¡±, explica.
Durante los ¨²ltimos meses, las protestas de los funcionarios ha ido in crescendo. Desde los sindicatos de clase (CC OO y UGT), hasta el m¨¢s extendido dentro de la Administraci¨®n General del Estado (CSIF), pasando por centrales especializadas en determinados colectivos (funcionarios de prisiones, inspectores de educaci¨®n...) se han manifestado delante de las sedes de Muface en toda Espa?a para reclamar el mantenimiento del sistema.
Una veterana sindicalista de UGT reconoce que se enfrentan a un dilema. ¡°Nosotros lo hacemos un poco con la boca peque?a, porque realmente defendemos la sanidad p¨²blica y universal, pero la adscripci¨®n a Muface es un derecho adquirido por varios cuerpos funcionariales y no nos lo pueden quitar de un plumazo¡±. En el rompecabezas de Muface, las piezas de la ideolog¨ªa y las de los intereses sindicales tambi¨¦n tienen que encajar. Igual que las de las ambiciones pol¨ªticas y las cuentas de resultados de aseguradoras y grupos hospitalarios. Un puzzle en varias dimensiones que cada d¨ªa que pasa parece m¨¢s irresoluble.