Sin estereotipos y con referentes femeninos: as¨ª se fomentan las vocaciones cient¨ªficas en ni?as y adolescentes
El D¨ªa Internacional de la Mujer y la Ni?a en la Ciencia sirve para reivindicar una mayor visibilidad de las mujeres en las disciplinas STEM y la necesidad de acabar con los estereotipos de g¨¦nero
Cuando Miriam Barajas dijo, con 34 a?os y cuatro hijos, que quer¨ªa aprender a programar, muchas personas a su alrededor le intentaron desanimar. ¡°Que no era para m¨ª, que era muy dif¨ªcil, que era de frikis... Lo que m¨¢s me doli¨® fue que personas muy cercanas me dijeran que no iba a ser capaz¡±, recuerda. Pero, en lugar de rendirse, persever¨® y lo hizo realidad: hoy, Barajas no solo es madre, programadora y analista de soluciones de Salesforce, sino tambi¨¦n mentora de ni?os y ni?as que quieren seguir sus pasos: ¡°Me encanta ver las caras de los peque?os cuando les cuento mi historia, la de una madre sin conocimientos previos que aprendi¨® a programar y que hoy trabaja para una de las empresas tecnol¨®gicas m¨¢s importantes del mundo¡±. La suya es una m¨¢s de las muchas trayectorias que pueden inspirar a ni?as y adolescentes a desarrollar vocaciones relacionadas con las disciplinas STEM (Ciencias, Tecnolog¨ªa, Ingenier¨ªa y Matem¨¢ticas, por sus siglas en ingl¨¦s). El problema principal es que siguen faltando referentes femeninos y sobrando estereotipos de g¨¦nero, algo sobre lo que quiere llamar la atenci¨®n el D¨ªa Internacional de la Mujer y la Ni?a en la Ciencia que se celebra hoy, 11 de febrero.
Inmersos en una revoluci¨®n digital que la pandemia no ha hecho sino acelerar, no deja de resultar parad¨®jico que sea tan dif¨ªcil encontrar suficiente talento STEM como para al menos cubrir la demanda laboral. Las perspectivas tampoco son halag¨¹e?as: solo el 16,3 % de los adolescentes espa?oles de 15 a?os planea dedicarse profesionalmente a carreras STEM, y de ellos, solo el 4,2 % son chicas, de acuerdo con un estudio elaborado por la Universidad Camilo Jos¨¦ Cela. Puede que las mujeres sean mayor¨ªa en la universidad espa?ola (un 55,6 % de los alumnos matriculados y un 59,6 % de los egresados), pero su presencia se distribuye de forma desigual: representan siete de cada 10 estudiantes en Ciencias de la salud y seis de cada 10 en Artes y Humanidades y Ciencias Sociales y Jur¨ªdicas, pero solo una de cada cuatro en Ingenier¨ªas y Arquitectura (y apenas un 12,9 % en Inform¨¢tica).
Para los expertos, la inclinaci¨®n de las mujeres por este tipo de carreras no es un fen¨®meno natural, sino que obedece a una serie de factores como la falta de visibilidad de los referentes femeninos que ya existen (en los libros de texto, en los medios, en la cultura...) o la pervivencia de sesgos de g¨¦nero respecto a las profesiones ¡°de chico¡± o ¡°de chica¡±. ¡°Es muy importante contagiar la ilusi¨®n por la ciencia y la curiosidad por descubrir, por saber qu¨¦ te espera en la siguiente pantalla, pero tanto o m¨¢s importante es hacerlo por igual para ni?os y ni?as, porque en muchos casos se ama lo que se conoce desde peque?o¡±, sostiene Mar Angulo, coordinadora acad¨¦mica de los dobles grados en Ingenier¨ªa del software con Matem¨¢tica y F¨ªsica Computacional de U-Tad. Unos estereotipos que est¨¢n asimismo relacionados con una supuesta menor capacidad para trabajar con dispositivos tecnol¨®gicos, con el nivel de dificultad de los estudios o la creencia de que se trata de disciplinas fr¨ªas y abstractas, cuando ¡°es todo lo contrario: las carreras cient¨ªficas y tecnol¨®gicas son profundamente sociales, porque aportan la base para solucionar problemas que van desde el estudio de la astronom¨ªa o la investigaci¨®n contra el c¨¢ncer a la predicci¨®n o descripci¨®n de cualquier sistema f¨ªsico o meteorol¨®gico¡±, a?ade.
Luchar contra esos estereotipos requiere acciones en m¨²ltiples frentes, pero siempre con la educaci¨®n como pilar fundamental, tanto en la escuela como en el seno de la familia. ¡°Hay pocas mujeres en las carreras STEM porque el proceso de socializaci¨®n sigue separando a ni?as y ni?os, a chicas y chicos adolescentes. A las ni?as no se les regalan gr¨²as, robots, construcciones o videojuegos, ni se favorece su inter¨¦s por la tecnolog¨ªa¡±, esgrime Isabel Tajahuerce, delegada del rector para Igualdad en la Universidad Complutense de Madrid. Para ella, tambi¨¦n es necesaria una perspectiva de g¨¦nero ¡¤en la orientaci¨®n pedag¨®gica de los centros escolares, la labor de los medios de comunicaci¨®n y en los espacios dedicados al ocio, la cultura y el deporte. O con iniciativas de fomento de estas vocaciones como Co.Lab, un proyecto que busca despertar la curiosidad y el inter¨¦s de las ni?as de Primaria y Secundaria por las disciplinas STEM a trav¨¦s de proyectos tecnol¨®gicos innovadores que tienen lugar de forma presencial o virtual.
Pero ?c¨®mo? ¡°Por un lado, con talleres interactivos en las escuelas, en los que, con el acompa?amiento de los docentes, se usa un kit especial con el que los estudiantes pueden dise?ar y codificar un dispositivo de manera colaborativa, combinando el uso de la electr¨®nica y la programaci¨®n¡±, cuenta Julia Bernal, country manager de Red Hat para Espa?a y Portugal. Y, por otro lado, con kits autodidactas orientados a padres y alumnos, que tienen el objetivo de ense?ar a los ni?os a resolver problemas por s¨ª mismos mientras dise?an desde placas de circuitos hasta robots interactivos¡±.
?Por qu¨¦ es necesaria la paridad?
La necesidad de alcanzar un equilibrio entre hombres y mujeres se explica por m¨²ltiples motivos: ¡°Primero, porque la igualdad es un derecho, adem¨¢s de un valor democr¨¢tico, y porque la ciencia sin mujeres es una ciencia parcial que limitar¨¢ el avance de toda la sociedad, adem¨¢s de constituir una evidente p¨¦rdida de talento en la innovaci¨®n¡±, afirma Tajahuerce. Una carencia a la que tambi¨¦n se refiere Bernal: ¡°Seg¨²n un estudio de la consultora McKinsey, las compa?¨ªas l¨ªderes en diversidad de g¨¦nero tienen un 25 % m¨¢s de probabilidades de obtener beneficios por encima de la media en su sector, y ese porcentaje sube al 36 % cuando se a?ade la variable ¨¦tnica y cultural¡±.
Es, sobre todo, una cuesti¨®n de sentido com¨²n, ante el previsible crecimiento de la demanda de puestos relacionados con ¨¢mbitos como la inteligencia artificial, la ciencia de datos, la ciberseguridad, la computaci¨®n gr¨¢fica, la realidad virtual o el metaverso; un cambio en el que las mujeres no pueden quedar al margen: ¡°Un desequilibrio de hoy en los estudios STEM en la universidad es un desequilibrio ma?ana en los puestos directivos y de decisi¨®n¡±, vaticina Angulo.
Visibilizar los referentes femeninos, esencial
Marie Curie, Emily Noether, Rosalind Franklin, Ada Lovelace, Margarita Salas... Los referentes femeninos en la ciencia pueden no ser muy numerosos, pero sus contribuciones son significativas. Como, de la misma manera, es importante acercar a las mujeres que ahora mismo est¨¢n desarrollando carreras profesionales de formaci¨®n cient¨ªfica y tecnol¨®gica: Mar¨ªa Blasco (bi¨®loga molecular y directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncol¨®gicas); Margarita del Val (qu¨ªmica, vir¨®loga e inmun¨®loga del CSIC); Sara Seager (astrof¨ªsica del MIT) o Elizabeth Blackburn (doctora en Biolog¨ªa Molecular por Cambridge y premio Nobel) son solo alguno de los ejemplos.
Uno de estos proyectos es Hypatia Mars, una tripulaci¨®n catalana formada por nueve mujeres STEM de diferentes perfiles y edades que, en abril de 2023, viajar¨¢n a una estaci¨®n de investigaci¨®n del desierto de Marte en Utah (EE UU). Una vez all¨ª, y durante dos semanas, llevar¨¢n a cabo siete proyectos de investigaci¨®n en un entorno que simular¨¢, de forma rigurosa, las condiciones de vida que tendr¨ªan en el planeta rojo. ¡°Mi proyecto, por ejemplo, est¨¢ relacionado con los ciclos circadianos de la propia tripulaci¨®n, y estudiar¨¢ c¨®mo vivir en condiciones de simulaci¨®n y aislamiento afecta tanto al sue?o como al rendimiento cognitivo de las propias astronautas¡±, explica Carla Conejo, bi¨®loga y una de las dos l¨ªderes del proyecto, junto a Mariona Badenas-Agust¨ª, astrof¨ªsica del MIT. Badenas estudiar¨¢ los exoplanetas (es decir, planetas ubicados m¨¢s all¨¢ del sistema solar), mientras que Neus Sabat¨¦, f¨ªsica, aplicar¨¢ los principios de la econom¨ªa circular y utilizar¨¢ la orina de las propias participantes para elaborar bater¨ªas desechables que generen energ¨ªa. En mayo y junio, realizar¨¢n diversos talleres de divulgaci¨®n con 300 estudiantes de Primaria y Secundaria.
La barcelonesa Marina ?lvarez, estudiante de un doctorado en Gen¨®mica Comparativa en la Universidad Pompeu Fabra, es otra de esas referencias femeninas. Su investigaci¨®n consisti¨®, en una primera fase, en extraer el ADN de centenares de gorilas a trav¨¦s de muestras no invasivas (como pelo y heces) que le llegaban desde ?frica. Ahora analiza los datos de secuenciaci¨®n del ADN para ver c¨®mo son los distintos grupos de gorilas y si unos grupos est¨¢n m¨¢s conectados gen¨¦ticamente que otros, entre otros aspectos. ¡°Gracias a esta base de datos, podemos adem¨¢s crear un mapa geogen¨¦tico que puede ser usado para identificar el origen de otros gorilas confiscados del tr¨¢fico ilegal¡±, ilustra. Hoy, con motivo del d¨ªa de las ni?as y las mujeres en la ciencia, participa en una de las 476 charlas simult¨¢neas impartidas por otras tantas cient¨ªficas en centros escolares de Catalu?a, en el marco del proyecto #100t¨ªfiques, de la Fundaci¨®n Catalana para la Investigaci¨®n e Innovaci¨®n (FCRI) y el Instituto de Ciencia y Tecnolog¨ªa de Barcelona (BIST).
Investigadoras que, eso s¨ª, no siempre ¡°llevan bata blanca¡±, como se?ala Rosa Estopa, cient¨ªfica en el ¨¢rea de la ling¨¹¨ªstica aplicada y que se dedica a estudiar el lenguaje y la comunicaci¨®n en el ¨¢mbito de la salud: ¡°Me preocupa que los pacientes no entiendan a su m¨¦dico o enfermero, aun hablando la misma lengua; me cuestiono las consecuencias que podr¨ªa tener y si se puede hacer algo¡±. As¨ª, por ejemplo, dise?¨® la app Conjumtos, que en 2018 recibi¨® el premio eSalud a la mejor aplicaci¨®n para pacientes con el objetivo de guiar a los padres de ni?os con enfermedades minoritarias a la hora de acudir al m¨¦dico, hacerse una prueba o leer un informe.
La barrera del ¡®techo de cristal¡¯
¡°Mientras que los hombres tienen una proyecci¨®n laboral inmediata y no hay ning¨²n mecanismo de interrupci¨®n, en las mujeres la maternidad puede truncar muchas carreras profesionales. Aunque cada vez hay m¨¢s coparticipaci¨®n, el propio hecho biol¨®gico del embarazo, el parto y la crianza detraen dedicaci¨®n profesional entre las mujeres¡±, se?ala Marta Lestau, directora de seguridad de aeronaves en la Agencia Estatal de Seguridad A¨¦rea. Por eso, apunta, es necesario buscar f¨®rmulas de conciliaci¨®n v¨¢lidas que impliquen una mayor participaci¨®n de los hombres en la crianza de sus hijos, as¨ª como m¨¢s compromiso por parte de las empresas y las organizaciones.
Pero, m¨¢s all¨¢ de la maternidad y la falta de conciliaci¨®n, ¡°el llamado techo de cristal sigue limitando las oportunidades de promoci¨®n de las mujeres, debido a factores como su menor grado de acceso a las redes informales de relaciones, la escasez de mentoras y referentes femeninas y las responsabilidades familiares¡±, a?ade Lestau. ¡°Por ejemplo, cuando un miembro de la pareja opta por reducir su horario para cuidar de los ni?os, normalmente recae en la mujer, a pesar de que esta decisi¨®n pueda provocar que no se cuente con ella para futuros ascensos¡±.
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