Un banquero central llamado Erdogan
El organismo monetario cede a las presiones del presidente turco y baja los tipos de inter¨¦s pese a la alt¨ªsima inflaci¨®n
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
Desde agosto hab¨ªa indicios de que al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se le estaba terminando la paciencia. El tipo de inter¨¦s oficial del 19%, de los m¨¢s altos del mundo, ten¨ªa que bajar. No hab¨ªa sustituido al gobernador del Banco Central en marzo, Naci Agbal ¡ªm¨¢s favorable a tener en cuenta la opini¨®n de los mercados¡ª, para que su reemplazo, Sahap Kavcioglu, columnista de un diario progubernamental, mantuviese la misma pol¨ªtica de intereses altos. Pero la elevad¨ªsima inflaci¨®n (19,25%), que hace que los intereses reales est¨¦n en negativo, invitaba a pensar que una reducci¨®n de la tasa de referencia esperar¨ªa al menos hasta octubre. No fue as¨ª: la ¨²ltima reuni¨®n del comit¨¦ de pol¨ªtica monetaria de la instituci¨®n emisora, el pasado d¨ªa 23, se cerr¨® con la decisi¨®n de una rebaja de 100 puntos b¨¢sicos, hasta el 18%.
La justificaci¨®n oficial del gobernador es que ¡°la rigurosa pol¨ªtica monetaria¡± mantenida desde inicio de a?o ¡°comenzaba a tener un efecto contractivo mayor del esperado en los pr¨¦stamos comerciales¡± y que es necesario tener en cuenta el ¡°sufrimiento¡± de la econom¨ªa real por los altos intereses. Respecto al alza de precios, consider¨® que mejorar¨¢ en los pr¨®ximos meses a medida que las econom¨ªas ¡°vuelvan a la normalidad¡± y se reduzca el exceso de demanda global derivada de la relajaci¨®n de restricciones por la covid-19. Si, en marzo, el Banco Central hab¨ªa definido la l¨ªnea maestra de su pol¨ªtica monetaria en mantener los tipos ¡°por encima del nivel de inflaci¨®n¡±, ahora arguye que su indicador principal ser¨¢ la inflaci¨®n subyacente (16,8% en agosto), que excluye los precios de la energ¨ªa y los alimentos.
La mayor¨ªa de analistas, sin embargo, cree que la reducci¨®n de tipos es una exigencia de Erdogan, que busca recalentar de nuevo la econom¨ªa mediante una nueva expansi¨®n crediticia, para que as¨ª mejoren los n¨²meros a medida que se acercan las cruciales elecciones previstas para 2023. ¡°A corto plazo, creo que las cosas seguir¨¢n igual. Esperar y observar es lo que har¨¢ la mayor¨ªa¡±, considera la profesora de Econom¨ªa retirada G¨¹l G¨¹nver Turan. ¡°En los ¨²ltimos diez a?os se han intentado reducir los tipos de inter¨¦s para estimular la econom¨ªa, pero como no se han hecho las necesarias reformas estructurales, el resultado ha sido mayor inflaci¨®n, y de ah¨ª nuevamente alzas de los tipos, mayor necesidad de financiaci¨®n externa y mayores d¨¦ficits por cuenta corriente¡±, argumenta Turan. ¡°El Banco Central lo ha intentado de nuevo ahora, pero solo ha exacerbado el tipo de cambio. En un momento en que el ¨ªndice de precios al consumo est¨¢ al 19,25% [anual] y el de precios a la producci¨®n al 45,52% y cuando se esperan mayores precios, bajar los tipos no va a llevarnos a los mismos resultados que en el pasado¡±, a?ade.
Erdogan insiste en que la causa de la alta inflaci¨®n son los altos intereses ¡ªy cada vez que lo dice en p¨²blico, cae la cotizaci¨®n de la lira¡ª. En art¨ªculos en la prensa progubernamental, sus asesores han querido ubicar esta idea en la corriente del neo-fisherismo que, si bien mantiene que a largo plazo un alta tasa de inter¨¦s termina provocando un alza de precios, tambi¨¦n acepta que a corto plazo los altos intereses moderan la inflaci¨®n al enfriar la econom¨ªa. En la prensa opositora, en cambio, se atribuye esta postura a razones ideol¨®gicas ¡ªsu islamismo¡ª, a su escaso conocimiento del funcionamiento de los mercados o a sus lazos y los de su partido con el sector de la construcci¨®n.
¡°Estamos en un c¨ªrculo vicioso¡±, lamenta Osman Cevdet Ak?ay, execonomista jefe del banco turco Yapi Kredi. ¡°En un pa¨ªs normal, una decisi¨®n del Banco Central indicar¨ªa hacia d¨®nde se deber¨ªan mover los costes de financiaci¨®n en los mercados. Pero Turqu¨ªa no est¨¢ en una situaci¨®n normal. Tenemos una moneda propensa a la depreciaci¨®n, una excesiva dolarizaci¨®n [el 45% de los dep¨®sitos est¨¢n en divisa] y una inflaci¨®n que depende demasiado del tipo de cambio y tiene un factor inercial muy importante¡±.
Falta de credibilidad
Seg¨²n Ak?ay, la inflaci¨®n en Turqu¨ªa no deriva tanto de los costes de producci¨®n o de la demanda como de la ¡°falta de credibilidad del Banco Central¡±. La instituci¨®n emisora, tambi¨¦n encargada de la estabilidad de precios, sigue manteniendo en sus documentos que en los pr¨®ximos a?os lograr¨¢ reducir la inflaci¨®n al objetivo del 5%, pero ni siquiera el Plan a Medio Plazo del Ministerio de Finanzas utiliza esas previsiones (estima un 9,8% en 2022 y un 8% en 2023). ¡°Nadie se cree los n¨²meros, as¨ª que quienes fijan los precios lo hacen sin tener en cuenta las referencias oficiales, sino hacia d¨®nde ellos mismos creen que evolucionar¨¢n los precios¡±, sostiene Ak?ay. Es m¨¢s, hay serias dudas sobre las cifras de inflaci¨®n que ofrece el Instituto de Estad¨ªstica Turco y, de hecho, el grupo de investigaci¨®n independiente ENAG, conformado por economistas y acad¨¦micos, sostiene que la inflaci¨®n real estar¨ªa en torno al 40%.
Tras conocerse el recorte de tipos, la lira turca cay¨® a plomo: 1% respecto a d¨®lar y euro en apenas una hora, y otro 1% en los siguientes d¨ªas (acumula p¨¦rdidas del 80% de su valor en la ¨²ltima d¨¦cada). La previsi¨®n es que contin¨²e desliz¨¢ndose por esa pendiente y la pregunta es si esta vez se dejar¨¢ que se deprecie o se intentar¨¢ rescatarla tal y como se hizo durante el a?o pasado a costa de dilapidar las reservas en divisa del Banco Central y parte de los bancos p¨²blicos. El riesgo que presenta la depreciaci¨®n se halla en que Turqu¨ªa tiene que hacer frente al pago de 170.000 millones de d¨®lares en deudas a corto plazo denominadas en divisa (incluso el 25% de las obligaciones locales de la Administraci¨®n est¨¢n en divisa pues, para atraer inversi¨®n, el Gobierno hace parte de la contrataci¨®n p¨²blica en d¨®lares). Con todo, las fuentes consultadas coinciden en que los bancos turcos est¨¢n bien provisionados y no se prev¨¦n crisis en el sector.
Hacia un modelo chino
Turqu¨ªa ha optado por un modelo de crecimiento similar al de China, basado en ¡°una lira d¨¦bil, cr¨¦dito barato y salarios bajos¡±, afirma el economista Osman Cevdet Ak?ay. Desde luego, las exportaciones turcas han marcado r¨¦cords hist¨®ricos este a?o, gracias no solo a la ventaja competitiva que ofrece una moneda depreciada sino tambi¨¦n a su situaci¨®n geogr¨¢fica cercana a Europa en un momento de incremento del coste del transporte global.
Este crecimiento exportador es parte de la raz¨®n por la que se prev¨¦ una subida del PIB de hasta el 9% en 2021 y de entre el 3% y el 5% en los siguientes a?os. El problema de la industria exportadora turca es su poco valor a?adido y su necesidad de importar desde materias primas a combustible o incluso dise?os y patentes. ¡°La ¨²nica variable que pueden controlar totalmente es el salario y ah¨ª es donde han incidido¡±, explica una fuente bancaria. Pese a que el PIB turco se expandi¨® en el segundo trimestre de 2021 un 21,7%, el peso de los salarios en este cay¨® casi cuatro puntos. La reducci¨®n de la capacidad adquisitiva ha provocado un amplio malestar social que el Gobierno turco pretende atajar, precisamente, estimulando el ciclo econ¨®mico.
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