Estrellas Michelin estrelladas en el campo de los derechos de autor
La creatividad de los chefs es similar a la de otros artistas, pero la protecci¨®n legal de sus recetas es m¨¢s limitada
El arte tambi¨¦n entra por la boca. Porque el nivel creativo al que han llegado algunos chefs hace que sus platos trasciendan de los fogones y se comparen con la obra de m¨²sicos, escritores o pintores. Son ¨²nicos, como puede serlo una partitura o un poema. Sin embargo, la protecci¨®n que la legislaci¨®n ofrece a la cocina de autor, pese a la importancia econ¨®mica del sector, est¨¢ llena de matices y algunos sinsabores.
As¨ª, por ejemplo, no se puede patentar cualquier elaboraci¨®n y no toda creaci¨®n es susceptible de derechos. Lo que se conoce como una receta, es decir, la mezcla, en determinadas proporciones, de diferentes ingredientes que se lleva a cabo siguiendo un modo concreto de preparaci¨®n, no resulta protegible. ¡°Con base en nuestra Ley de Propiedad Intelectual, las recetas no son objeto de derechos de autor. Aunque pueden encajar en la amplia definici¨®n de obra que incorpora la norma, una receta no deja de ser una idea abstracta. Y la propiedad intelectual no protege las ideas, sino la expresi¨®n concreta de las mismas¡±, explica Ricardo L¨®pez, abogado del Departamento de Propiedad Industrial e Intelectual de Garrigues.
Por eso, todo el mundo puede imitar la forma de elaborar el pulpo a la gallega. Lo que no se puede es copiar c¨®mo se hace de un recetario y publicarlo luego como propio. En estos casos, la protecci¨®n no tiene por objeto la receta en s¨ª, sino ¡°la concreta manera en que se ha expresado (la redacci¨®n espec¨ªfica o c¨®mo se haya convertido en im¨¢genes en un programa de televisi¨®n). En consecuencia, no se le puede prohibir a otro cocinero que prepare y sirva ese plato en su restaurante¡±, explica Violeta Arnaiz, abogada de propiedad intelectual e industrial de Pons IP.
Del mismo modo, tampoco se puede registrar el sabor de un plato cocinado a partir de una receta. En el asunto C-310/17, el Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea fall¨® que el sabor de un queso holand¨¦s hecho a base de nata fresca y finas hierbas no ten¨ªa la consideraci¨®n de obra. Argument¨® que una creaci¨®n de este tipo debe estar expresada en alg¨²n medio y resultar identificable de forma ¡°precisa y objetiva¡±. El sabor del queso, al depender del sentido del gusto de cada uno, se basa en ¡°sensaciones y experiencias que son subjetivas y variables¡±, por lo que no cumple el segundo requisito. Adem¨¢s, el tribunal dijo en este caso de 2018 que ¡°no es posible por medios t¨¦cnicos en el estado actual del desarrollo cient¨ªfico¡± una identificaci¨®n que permita distinguir un sabor concreto de otros de la misma naturaleza.
Y es que, las autoridades que protegen los derechos de autor deben poder conocer de forma clara y precisa la obra. Por eso, para patentar una receta deben mezclarse diferentes ingredientes. Fundamentalmente, ¡°novedad, actividad inventiva y aplicaci¨®n industrial. No obstante, es complicado¡± que estos requisitos lleguen a cuajar, advierte el abogado de Garrigues.
Cocina de dise?o
La inc¨®gnita es m¨¢s f¨¢cil de despejar en el ¨¢mbito del llamado food design, un t¨¦rmino que, seg¨²n la Sociedad Internacional de Dise?o de Alimentos, incluye maneras muy diferentes de expresi¨®n creativa que van desde la cocina molecular al dise?o de platos de presentaci¨®n. Sof¨ªa Mart¨ªnez-Almeida, socia del bufete G¨®mez-Acebo y Pombo, explica que para que opere el derecho de autor estas creaciones deben ser ¡°originales, es decir, han de implicar un ejercicio intelectual que permita diferenciarlas del resto¡±. No obstante, la originalidad puede ser ¡°objetiva o subjetiva¡±. La primera se da cuando la creaci¨®n es ¡°¨²nica y novedosa¡±. Por contra, la segunda cuando la obra plasma la ¡°personalidad de su autor, aunque el resultado no sea nuevo, si es singular y no copia de otra obra ajena¡±.
Pero solo con esto no basta. Adem¨¢s, el producto debe poder expresarse ¡°de manera formal¡± por cualquier medio o soporte. ¡°En Alemania, el Tribunal Federal de Justicia ha establecido como obras de arte las creaciones culinarias siempre que cuenten con un significativo nivel de dise?o¡±, explica.
En Espa?a, seg¨²n el tipo de innovaci¨®n, ya sea la forma singular de un alimento, la receta para elaborar un plato de autor o una nueva t¨¦cnica culinaria, hay que determinar primero si es o no posible su protecci¨®n. Y, en su caso, ¡°si dicha protecci¨®n debe buscarse en el ¨¢mbito de la propiedad intelectual, industrial o por la v¨ªa de los secretos de empresa¡±, explica la socia de G¨®mez Acebo y Pombo.
En el caso concreto de las recetas de dise?o, la ¡°v¨ªa m¨¢s adecuada¡± es el ¡°secreto industrial¡±, esto es, ¡°el conjunto de medidas tomadas por el restaurante o el autor para impedir que la informaci¨®n sobre sus ingredientes, proporciones o modo de preparaci¨®n sean conocidas por terceros¡±, explica Violeta Arnaiz, abogada de Pons IP. Estas medidas podr¨ªan consistir, por ejemplo, ¡°en acuerdos de confidencialidad, control de acceso a las instalaciones o la divisi¨®n de tareas para que ning¨²n empleado conozca el proceso completo¡±.
Atendiendo a la presentaci¨®n del plato, se podr¨ªa acudir a la normativa que salvaguarda el ¡°dise?o de un producto¡±. Para ello, las autoridades exigen que sea novedoso y tenga car¨¢cter singular. Aunque no en el ¨¢mbito de la cocina de autor, la marca de galletas Cu¨¦tara, por ejemplo, cuenta con varios dise?os registrados que protegen sus conocidos productos. Actualmente, ¡°determinados turrones, emplatados e, incluso, la apariencia de una concreta pizza¡± tambi¨¦n disponen de esta protecci¨®n, se?ala la abogada de Pons IP.
Obras ef¨ªmeras
Las presentaciones de los platos de diseño también pueden considerarse “obras efímeras”, concebidas bajo un concepto de fugacidad en el tiempo. En estos casos, lo importante es determinar si son asimilables a una suerte de escultura hecha con alimentos. Y es que, si un comidista reprodujera la obra en una fotografía, por ejemplo, mediante una red social, podría vulnerar los derechos de autor del chef. De hecho, “los tribunales españoles han reconocido derechos sobre fotos de creaciones culinarias de un restaurante”, explica Lidia Vidal, abogada de la firma Pinsent Mason. Y ello “sin que su carácter efímero fuera un impedimento”.
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