Ronda exprime sus vi?edos con ¨¦xito
Dos d¨¦cadas despu¨¦s de la creaci¨®n de la DO Sierras de M¨¢laga, sus vinos se consolidan apoy¨¢ndose en la Costa del Sol
Con la ayuda de Carlos Falc¨®, marqu¨¦s de Gri?¨®n, el pr¨ªncipe Alfonso de Hohenlohe plant¨® 15 hect¨¢reas de vi?edos en Ronda (M¨¢laga, 33.877 habitantes) a principios de los a?os ochenta, cuando parec¨ªa una extravagancia insensata en terreno bald¨ªo. Por aquel entonces, otro alem¨¢n, Friedrich Schatz, viaj¨® con el mismo objetivo. Encontr¨® su para¨ªso en las tres hect¨¢reas de una finca, La Sanguijuela, ¡°con las condiciones perfectas¡±, como recuerda Schatz con deje andaluz ya en su acento mientras pasea 40 a?os despu¨¦s por esa misma tierra que era todo menos est¨¦ril.
El vino lleg¨® a Ronda con los fenicios y fue impulsado por los romanos, pero la filoxera del siglo XIX borr¨® su huella hasta que estos pioneros volvieron a arar la tierra. Abrieron el camino que ahora transitan 23 bodegas con denominaci¨®n de origen propia, Sierras de M¨¢laga. Crean un centenar de empleos fijos ¡ª?que se triplican en vendimia¡ª y su facturaci¨®n global se mueve sobre los 20 millones de euros anuales. El pu?ado de hect¨¢reas de los a?os ochenta ha crecido hasta las 197, donde se producen cerca de 800.000 kilos de uva y medio mill¨®n de botellas cada temporada, seg¨²n los datos del Consejo Regulador malague?o.
El valenciano Vicente Inat es uno de los principales valedores de esta tierra de paisajes id¨ªlicos encerrada entre la sierra de las Nieves y la de Grazalema. Lleg¨® a Ronda en 2005 y es uno de los en¨®logos de referencia en la comarca. Describe los vinos ronde?os ¡ªla mayor¨ªa, tintos¡ª como ¡°concentrados y poderosos en boca, pero con frescura mediterr¨¢nea¡±. El especialista argumenta que la zona acumula todos los requisitos que un manual sobre elaboraci¨®n de vinos incluir¨ªa: altitud media de 700 metros, buena pluviometr¨ªa, gran amplitud t¨¦rmica ¡ªcon fr¨ªo en invierno y calor seco en verano¡ª y numerosos valles orientados en distintas direcciones. La influencia del Mediterr¨¢neo y el Atl¨¢ntico hace el resto, permitiendo el desarrollo de uvas de ciclo corto y largo, pero tambi¨¦n de or¨ªgenes muy diversos: de la malbec francesa a la lemberger alemana, adem¨¢s de aut¨®ctonas como la rom¨¦ o la melonera. Hasta 38 variedades aparecen en el cat¨¢logo recogido por la denominaci¨®n de origen Sierras de M¨¢laga, nacida en 2001. Muchas sirven para hacer vinos naturales, ecol¨®gicos o biodin¨¢micos, como los seis que produce Schatz.
Jos¨¦ Mar¨ªa Losantos y su esposa, Gema Alonso, decidieron mudarse a una finca de cinco hect¨¢reas a las afueras de la ciudad de El Tajo a finales de los a?os noventa. Plantaron cinco hect¨¢reas e hicieron del vino su forma de vida. ¡°Apenas ¨¦ramos unos cuantos locos en el sector¡±, recuerda. Su bodega, Do?a Felisa, es ahora la mayor de la comarca, con 30 hect¨¢reas y unas 150.000 botellas anuales, cantidad similar a la de Cortijo Los Aguilares. En el otro extremo hay proyectos con una o dos hect¨¢reas. ¡°Todas son cifras humildes si las comparamos con otras zonas de Espa?a, pero lo importante es que aqu¨ª siempre se apost¨® por baja producci¨®n y alta calidad¡±, reconoce Losantos, que preside el Consejo Regulador de los vinos de M¨¢laga. ?ste engloba tambi¨¦n las denominaciones de origen M¨¢laga ¡ªla m¨¢s antigua de Espa?a¡ª y Pasas de M¨¢laga. En su opini¨®n, la creaci¨®n de la marca Sierras de M¨¢laga supuso un factor decisivo para los tintos ronde?os.
Impulso del turismo
El despegue tur¨ªstico y econ¨®mico de la provincia andaluza ¡ª2019 cerr¨® con cifra r¨¦cord al superar los 13 millones de turistas y el consumo de 45 millones de botellas de vino cuando M¨¢laga solo elabora tres millones¡ª ha impulsado a vinos ronde?os en las mesas de la Costa del Sol, su mercado natural. Apenas 60 kil¨®metros unen Ronda con Marbella a trav¨¦s de una serpenteante carretera que mira al sur. La numerosa poblaci¨®n extranjera residente en el litoral tambi¨¦n ayuda. La explosi¨®n gastron¨®mica ha estimulado a¨²n m¨¢s el consumo. ¡°Son vinos de calidad, la clientela los pide y siempre los incluimos en el maridaje¡±, comenta Marco Trujillo, jefe de sala del restaurante Bardal, con dos estrellas Michelin, donde disponen de dos vinos locales embotellados ¨²nicamente para ellos: Dimitri Vinograd y Yo Solo oxidativo.
La pandemia ha sido, parad¨®jicamente, un acicate m¨¢s. El cierre de fronteras impuls¨® los viajes interiores. Primero los turistas nacionales y, m¨¢s tarde, los extranjeros, apostaron por el enoturismo como actividad durante sus vacaciones. El pasado verano decenas de grupos visitaron las bodegas, que ofrecen catas, p¨ªcnics o senderismo entre paisajes adehesados.
Tambi¨¦n conocieron instalaciones singulares como el convento del siglo XVI donde hoy descansan las barricas de la bodega Descalzos Viejos, impulsada por los arquitectos Francisco Retamero y Flavio Salesi.
El conjunto impresiona. ¡°Sorprende ver c¨®mo la mayor¨ªa de visitantes que vienen a vernos ha tenido ya alg¨²n tipo de relaci¨®n con los vinos de Ronda¡±, destaca Retamero, que elabora unas 40.000 botellas anuales. La mayor¨ªa van a la Costa del Sol y otras viajan a Estados Unidos, Singapur, Canad¨¢ o Alemania. ¡°Las producciones son limitadas, es dif¨ªcil exportar grandes cantidades¡±, a?ade uno de los impulsores de la Asociaci¨®n de Bodegueros y Viticultores de Ronda hace dos d¨¦cadas.
El camino abierto por los veteranos es ahora aprovechado por j¨®venes como Pablo Chac¨®n, de 30 a?os y natural de Cortes de la Frontera (3.101 habitantes), en plena serran¨ªa ronde?a. Ha cumplido su sue?o de trabajar en el campo desde que, en 2008, con apenas 20 a?os, se puso al frente de los vi?edos familiares. Dirige la bodega Samsara, con seis hect¨¢reas con las que produce unas 20.000 botellas anuales. ¡°Cuando empec¨¦ ten¨ªa la sensaci¨®n de que nadie conoc¨ªa los vinos de esta zona, pero ahora ya nos ubican y mucha gente sabe que lo hacemos bien¡±, confirma el empresario, que se reconoce afortunado de echar ra¨ªces en una tierra amenazada por la despoblaci¨®n gracias al vino, pilar ya de la econom¨ªa de la serran¨ªa.
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