La guerra entre Rivera y el despacho Mart¨ªnez-Echevarr¨ªa se recrudece: ¡°No llegaremos a un acuerdo con ¨¦l aunque solo tuvi¨¦ramos que pagarle 1.000 euros¡±
El bufete cree que el exdirigente de Ciudadanos anunci¨® a los medios su salida para ¡°forzarlos a llegar a un acuerdo¡± y evitar un golpe a la marca
Dos a?os ha durado la relaci¨®n del despacho Mart¨ªnez-Echevarr¨ªa y Albert Rivera, el exl¨ªder de Ciudadanos. Fue en marzo de 2020, tras el batacazo que la formaci¨®n sufri¨® en las elecciones de noviembre de 2019, cuando el bufete anunci¨® a bombo y platillo la llegada del expol¨ªtico como presidente ejecutivo. Un fichaje que entonces llam¨® la atenci¨®n en el sector legal porque Rivera apenas contaba con un par de a?os de experiencia en la asesor¨ªa jur¨ªdica de La Caixa.
Desde ese puesto de relumbr¨®n se hac¨ªa dif¨ªcil pensar que el exdirigente ejerciera la direcci¨®n letrada en los juicios por Espa?a, Portugal y Turqu¨ªa de los clientes de la firma, fundada en 1983 y dirigida actualmente por Vicente Morat¨®. Su nombramiento estaba m¨¢s orientado a la generaci¨®n de negocio debido a la popularidad del exdiputado.
Sin embargo, Rivera no ha cumplido con las expectativas, seg¨²n han explicado a este diario fuentes de la firma, que apenas pas¨® de 17,81 millones de euros en 2019 a 18 en 2020. Tanto ¨¦l como Jose Manuel Villegas, su mano derecha en Ciudadanos y en el despacho como vicepresidente ejecutivo, estaban llegando a niveles de productividad ¡°preocupantes¡±.
Desde el entorno de Rivera se mantienen prudentes, si bien ambos exdiputados han asegurado a Europa Press que se marchan por ¡°incumplimientos contractuales¡±. Como adelant¨® esta semana El Confidencial, reclaman, respectivamente, la entrega del 5% y del 2% del capital de la sociedad que est¨¢ detr¨¢s de Mart¨ªnez-Echevarr¨ªa y el pago de un variable por los ejercicios concluidos. La renuncia, que comunicaron por correo electr¨®nico a la direcci¨®n, llega antes de que terminen los tres a?os que a¨²n quedaban para que sus contratos expirasen. No obstante, tambi¨¦n exigen las remuneraciones que les habr¨ªan correspondido hasta 2025.
En el siguiente cap¨ªtulo del divorcio entre Albert Rivera y Mart¨ªnez-Echevarr¨ªa, seg¨²n ha podido saber este diario de la c¨²pula del despacho, no habr¨¢ armisticio que evite la v¨ªa judicial. ¡°No vamos a llegar a un acuerdo con Albert Rivera, aunque consista en pagarle 1.000 euros¡±, sentencian. En su opini¨®n, la decisi¨®n de los exdirigentes de Ciudadanos de comunicar a los medios su salida ten¨ªa como prop¨®sito ¡°forzarlos a llegar a un acuerdo¡± ya que la marca se pod¨ªa ¡°ver perjudicada¡±. Pero esta situaci¨®n ¡°se les ha vuelto en contra¡± porque ¡°no doblamos la rodilla. Hemos cumplido¡±. De llegar a juicio, saldr¨¢n a la luz todas las cl¨¢usulas del contrato.
El salto de la pol¨ªtica a la abogac¨ªa no es nuevo. Al caso de Rivera se unen otros recientes como el de Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa o el de Mar¨ªa Dolores de Cospedal, aunque en su caso con una formaci¨®n jur¨ªdica muy superior (ambas son abogadas del Estado). La que fuera vicepresidenta durante los Gobiernos de Mariano Rajoy es socia del despacho Cuatrecasas desde 2019, adjunta a la presidencia y miembro del consejo de administraci¨®n. Tambi¨¦n la exministra de Defensa fue socia del bufete CMS Albi?ana & Su¨¢rez de Lezo hasta el a?o pasado, cuando curs¨® una excedencia parcial y voluntaria.
Pero los fichajes de personas medi¨¢ticas, a las que se presumen contactos e informaci¨®n privilegiada sobre los engranajes del poder, pinchan si no sirven de ¡°palancas para impulsar el negocio¡±, explica Lidia Zommer, socia directora de la consultora para abogados Mirada 360?. Con car¨¢cter general, el proceso para que un abogado de base se convierta en socio de alguno de los grandes despachos no es sencillo. Adem¨¢s de ser ¡°un experto reconocido en una especialidad t¨¦cnica¡±, se requiere ¡°ser un buen gestor de equipos¡± y ¡°contar con una s¨®lida cartera de clientes¡± y capacidad para ¡°atraer a otros nuevos y asuntos rentables¡±, se?ala la especialista en marketing jur¨ªdico.
Objetivos exigentes
Mantenerse en la firma tampoco es f¨¢cil. En un sector tan competitivo, los despachos ponen sus expectativas m¨¢s altas en estos fichajes estrella, aunque los objetivos var¨ªan dependiendo del perfil y cargo del abogado. Las metas de un consejero son las de atraer a grandes clientes, dar visibilidad a la firma y llevar las relaciones institucionales. Aunque de un presidente ejecutivo, puesto que ocupaba Albert Rivera, se espera no solo que haga de portavoz, ¡°sino capacidad de liderazgo y atracci¨®n de equipo para reforzar la firma¡±, se?ala Mari Cruz Taboada, socia de Lexington Consultants. Estos cargos ejecutivos suelen incorporarse al despacho con un contrato temporal ¡°en el que se preestablecen unos objetivos claros con proyecci¨®n financiera¡±, explica. Su remuneraci¨®n suele vincularse a estas metas, por lo que ¡°el riesgo del fichaje es m¨¢s reputacional que econ¨®mico¡±, afirma. Aunque para pescar a una figura de relumbr¨®n, el sueldo de entrada debe ser atractivo.
A los socios de cuota, es decir, aquellos que participan del capital de la empresa, se les mide principalmente por el volumen de negocio que originan, adem¨¢s del que facturan. Estos son puestos que ocupan normalmente ¡°abogados que han ascendido por sus logros¡±, se?ala la experta. Seg¨²n los datos que maneja la consultora, la facturaci¨®n por socio de cuota en Espa?a se mueve en una horquilla de entre 500.000 y tres millones de euros. Su retribuci¨®n, explica Taboada, ¡°depende del ¨¦xito de su rendimiento cada a?o¡±, si bien la media en grandes despachos es de 350.000 euros al a?o.
A este nivel, los objetivos son muy exigentes, pero la remuneraci¨®n es acorde. Seg¨²n cuenta Javier Vasserot, exsocio de varios despachos de primer nivel en Espa?a, es la facturaci¨®n lo que importa y no tanto las horas de oficina. De hecho, ¡°hay bastantes que son muy exitosos trayendo buenos asuntos al despacho sin necesidad de ser ellos los que ejecuten el encargo¡±, afirma. Son los que en la jerga se denominan rainmakers (los que hacen caer la lluvia econ¨®mica), a?ade.
Sin embargo, la evaluaci¨®n del rendimiento de un puesto m¨¢s ejecutivo, como el de Rivera, es m¨¢s complicada. ¡°Sobre todo si no se han establecido indicadores objetivos¡±, se?ala Taboada. Al igual que a los socios, se les suele dar un per¨ªodo de adaptaci¨®n. A menudo, es a partir del segundo a?o cuando pueden deslizarse acusaciones de baja productividad, por ejemplo, por no traer la cartera de clientes esperada. Es en este contexto, explica Vasserot, en el que se debe entender la expresi¨®n utilizada por Mart¨ªnez-Echevarr¨ªa al calificar la marcha de Rivera.
Batalla en los juzgados
En la batalla, abogado y despacho suelen arrojarse mutuamente su descontento. En el caso de los socios de cuota, explica Mari Cruz Taboada, socia de Lexington Consultants, el despido se produce “en caso de un conflicto serio vinculado al código de conducta o al pacto de socios”. Cuando hay una relación laboral, “las condiciones son las establecidas legalmente con la indemnización que corresponda”. Aunque está por escribirse el siguiente capítulo del culebrón entre Albert Rivera y el despacho Martínez-Echevarría, ya se han retado en los juzgados. De llegar a juicio, saldrán a la luz todas las cláusulas de su contrato.
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