En Espa?a, Jennifer Lopez tendr¨ªa dif¨ªcil exigir un m¨ªnimo de relaciones sexuales a su pareja

En el firmamento de las estrellas de Hollywood las parejas no son eternas como los diamantes. Es normal que los famosos firmen ciertas cl¨¢usulas antes de la boda por si las cosas no van bien. Compromisos que, incluso, van m¨¢s all¨¢ del reparto de mansiones y millones, y que pretenden mantener viva la relaci¨®n. Es el caso del llamativo acuerdo que, seg¨²n distintos medios estadounidenses, han firmado Jennifer Lopez y Ben Affleck, en el que prometen tener al menos cuatro encuentros sexuales por semana. Al margen de las reacciones a la noticia en redes sociales, cabe preguntarse si un pacto de este tipo ser¨ªa legal en Espa?a y qu¨¦ l¨ªneas rojas marca el ordenamiento jur¨ªdico a los esposos.

En opini¨®n de Juan Pablo Gonz¨¢lez, juez titular del Juzgado de Primera Instancia n¨²mero 24 de Madrid, un acuerdo sexual, como el que habr¨ªan pactado la cantante portorrique?a y su prometido, ¡°ser¨ªa declarado nulo, sin valor ni efecto alguno, por ser contrario a la libertad y dignidad personal y al libre desarrollo de la personalidad¡±. Un an¨¢lisis con el que coincide Delia Rodr¨ªguez, socia directora de Vestalia Abogados de Familia, para quien el pacto contraviene el orden p¨²blico, pues ¡°supondr¨ªa una limitaci¨®n a los derechos de cada c¨®nyuge en relaci¨®n con su intimidad personal¡±. Si se llegara a forzar a la pareja, a?ade Isabel Winkels, socia directora de Winkels Abogados, podr¨ªa ser un delito de agresi¨®n sexual ¡°con la agravante, adem¨¢s, del parentesco¡±.

El acuerdo entre Jennifer Lopez y Ben Affleck podr¨ªa ser una manera de alejar el fantasma de la infidelidad. Los famosos suelen cubrirse las espaldas frente a los cuernos con multas millonarias. A este lado del Atl¨¢ntico, los tribunales espa?oles recelan de estos arreglos porque ¡°limitan de forma inadmisible la libertad sexual de un c¨®nyuge¡±, se?ala Gonz¨¢lez. Ya en 1999, el Tribunal Supremo afirm¨® que el da?o moral generado por el enga?o ¡°no es susceptible de reparaci¨®n econ¨®mica alguna¡±. Pero, para Gonz¨¢lez, estos pactos deber¨ªan poder admitirse si son voluntariamente asumidos, m¨¢xime cuando ¡°el deber de fidelidad, si bien es incoercible, deriva del matrimonio¡±.

Pese a que no est¨¢n muy extendidos, los acuerdos prematrimoniales ¡°son perfectamente legales en Espa?a y est¨¢n amparados por el principio de libertad de pactos¡±, se?ala Winkels. En ellos se puede regular todo tipo de cuestiones, tanto patrimoniales como personales, siempre ¡°que no contravengan la ley, la moral y el orden p¨²blico¡±.

Una v¨ªa legal es incluirlos en las capitulaciones matrimoniales mediante las que los contrayentes deciden ante notario el r¨¦gimen econ¨®mico de la pareja. En 2020, por ejemplo, de las 90.670 bodas celebradas, se firmaron 15.840 separaciones de bienes, seg¨²n datos del Consejo General del Notariado (CGN).

En los acuerdos matrimoniales, advierte la portavoz del CGN, Mar¨ªa Teresa Barea, hay unas ¡°l¨ªneas rojas muy claras¡±. La primera, el respeto a la plena igualdad entre los c¨®nyuges. Por ejemplo, la Audiencia Provincial de Almer¨ªa anul¨® en 2003 una cl¨¢usula por la que el esposo se compromet¨ªa a pagar a su futura mujer un mill¨®n de pesetas (algo m¨¢s de 6.000 euros) si romp¨ªan durante el primer a?o de matrimonio, y 83.333 pesetas m¨¢s (500 euros) por cada mes adicional de convivencia. Para los magistrados era una penalizaci¨®n que favorec¨ªa ¡°los intereses econ¨®micos de un c¨®nyuge¡± y limitaba de forma inadmisible el derecho a la separaci¨®n o divorcio del marido. Sin embargo, en 2015 el Supremo valid¨® una pensi¨®n vitalicia de 1.200 euros mensuales en caso de divorcio, aunque la mujer trabajaba.

Como apunta Delia Rodr¨ªguez, la validez de estas indemnizaciones por separaci¨®n ¡°siempre requerir¨¢ de un an¨¢lisis en detalle de las circunstancias del caso particular¡±. Para la abogada pasar¨ªa el test la cl¨¢usula que habr¨ªan firmado Elizabeth Taylor y Larry Fortensky (un alba?il que se convirti¨® en el octavo y ¨²ltimo marido de la m¨ªtica actriz) por la que, si el matrimonio duraba cinco a?os (justo lo que dur¨®), este obtendr¨ªa un mill¨®n de d¨®lares. Puesto que Fortensky no dispon¨ªa de fortuna mientras que ella nadaba en la abundancia, explica, ¡°podr¨ªa argumentarse que no causaba desequilibrio a la parte obligada al pago y, por lo tanto, podr¨ªa quedar cubierta bajo el paraguas de la autonom¨ªa de la voluntad¡±.

Menores

Otro l¨ªmite a la voluntad de los esposos, contin¨²a Barea, es la protecci¨®n de los hijos, que impide pactar ¡°previsiones sobre la futura guarda y custodia de los ni?os sin el control del juez y fiscal¡±. En Espa?a, apunta Winkels, un acuerdo como el que supuestamente habr¨ªan firmado Brad Pitt y Angelina Jolie por el que ella se quedaba con la custodia de los seis hijos de la pareja si ¨¦l le era infiel ¡°no ser¨ªa jam¨¢s ejecutable¡±.

Como advierte Elena Valdivieso, de la Fiscal¨ªa Provincial de Madrid, ¡°la voluntad de las partes no puede estar por encima del inter¨¦s del menor¡±. Un caso singular es el de los reto?os de las casas reales. Algunas de ellas, entre las que estar¨ªan la espa?ola y la brit¨¢nica, disponen que los menores queden bajo la custodia y educaci¨®n de la corona en caso de separaci¨®n. Si bien hay reglas especiales, explica Valdivieso, estos pactos no vinculan al fiscal ni al juez: ¡°Habr¨ªa que evaluar la idoneidad del progenitor custodio en el momento de ejecutarse¡±.

En definitiva, cada matrimonio es ¨²nico y, aunque no parezca tan rom¨¢ntico como el ¡°en la riqueza y en la pobreza¡­ hasta que la muerte los separe¡±, contar con acuerdos personalizados puede evitar a la larga un mal trago.