Vientres de alquiler: una boyante y turbia industria que aprovecha las rendijas legales para enriquecerse
Los magistrados de Tribunal Supremo creen que esta pr¨¢ctica es ¡°una explotaci¨®n para la mujer y un da?o a los intereses superiores del menor¡±
Las agencias que intermedian en la gestaci¨®n por sustituci¨®n act¨²an sin ninguna traba en Espa?a. Hacen publicidad de su actividad, pese a que la Ley General de Publicidad considera il¨ªcita la que atente contra la dignidad de la persona o vulnere los valores y derechos reconocidos en la Constituci¨®n. Esta es la advertencia que ha hecho el Tribunal Supremo en su ¨²ltima sentencia sobre los llamados vientres de alquiler, que consisten en contratar a mujeres para que gesten beb¨¦s a cambio normalmente de una compensaci¨®n econ¨®mica y de que renuncien a sus derechos como madres.
Adem¨¢s de regular qu¨¦ les est¨¢ permitido comer o beber, si se pueden desplazar libremente o tener relaciones sexuales, en ocasiones se atribuye al cliente la decisi¨®n sobre si la madre gestante debe seguir o no con el embarazo en caso de que el feto sufra alguna enfermedad o lesi¨®n potencialmente mortal. Para los magistrados, esta pr¨¢ctica entra?a ¡°una explotaci¨®n de la mujer y un da?o a los intereses superiores del menor¡±, que no es tratado como una persona, sino como un ¡°objeto¡±. Sin embargo, basta con hacer una b¨²squeda en internet para comprobar c¨®mo diferentes agencias se ofrecen a gestionar todos los tr¨¢mites. ¡°Tenemos nuestra propia base de gestantes del fenotipo europeo, asi¨¢tico y africano que te permite elegir a tu donante ideal¡±, dice una empresa mostrando a una mujer joven, atractiva y sonriente. ¡°Te ayudamos a cumplir el sue?o de tener un hijo con todas las garant¨ªas¡±, afirma otra junto a la imagen de un precioso reci¨¦n nacido. Aunque ¡°no es preciso un gran esfuerzo de imaginaci¨®n para hacerse una cabal idea de la situaci¨®n econ¨®mica y social de vulnerabilidad en la que se encuentra una mujer que acepta someterse a ese trato inhumano y degradante¡±, puntualiza el Supremo.
Estas agencias, que suelen formar parte de una red de empresas que abarca cl¨ªnicas privadas, despachos de abogados o entidades financieras, se basan en un entramado jur¨ªdico para explotar econ¨®micamente la capacidad reproductiva de las mujeres. En concreto, cobran entre 50.000 y 200.000 euros por proceso en funci¨®n del pa¨ªs donde se lleve a cabo, como indica la que se autodenomina ¡°agencia l¨ªder en gestaci¨®n subrogada en Espa?a¡±. Y se estima que en 2025 pueden alcanzar los 27.500 millones de d¨®lares, seg¨²n recoge un an¨¢lisis del Instituto de las Mujeres del Ministerio de Igualdad.
Aunque los contratos de vientres de alquiler en nuestro pa¨ªs, con o sin precio, ¡°son nulos de pleno derecho¡±, es decir, no producen efectos, las autoridades s¨ª reconocen como hijos de espa?oles a los beb¨¦s nacidos en Estados donde la gestaci¨®n por sustituci¨®n es legal, como Estados Unidos, Canad¨¢, Georgia o Ucrania. As¨ª lo explica Flora Calvo, profesora de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y asesora acad¨¦mica en el bufete Winkels Abogados. Para ello, la Direcci¨®n General de Seguridad Jur¨ªdica y Fe P¨²blica exige desde 2010 una ¡°resoluci¨®n judicial (extranjera) en la que se determine la filiaci¨®n del nacido¡±, es decir, en la que conste que la paternidad y/o maternidad del peque?o es de quienes contratan el servicio, precisa Laura Echarri, letrada de Proluco Abogados & Economistas. Si nacieran en Espa?a, la ley sobre t¨¦cnicas de reproducci¨®n humana asistida dice que ¡°la filiaci¨®n se determina por el parto¡±, de forma que la madre ser¨ªa la gestante y no el cliente. As¨ª, las agencias esquivan la ley espa?ola contratando los procesos en pa¨ªses donde s¨ª est¨¢n permitidos.
M¨¢s cuestionable es c¨®mo se promocionan, pues la Ley General de Publicidad considera il¨ªcitos ¡°los anuncios que presenten a las mujeres de forma vejatoria o discriminatoria, bien utilizando particular y directamente su cuerpo o partes del mismo como mero objeto desvinculado del producto que se pretende promocionar, bien su imagen asociada a comportamientos estereotipados¡±. Una situaci¨®n que el Ministerio de Igualdad pretende atajar.
Como explica la abogada Mar¨ªa Luisa Bautista, el anteproyecto de ley org¨¢nica que modifica la de salud sexual y reproductiva y de interrupci¨®n voluntaria del embarazo, ¡°regula y penaliza la publicidad de las agencias intermediadoras de la gestaci¨®n subrogada¡±. En concreto, dice que ¡°las administraciones p¨²blicas promover¨¢n la eliminaci¨®n de cualquier publicidad que tenga por finalidad la mercantilizaci¨®n de la salud reproductiva por parte de terceras personas, por atentar contra la dignidad de las mujeres¡±. Y ¡°se considerar¨¢ il¨ªcita la publicidad en medios de comunicaci¨®n social, que se difundan por cualquier medio o soporte, que tenga como fin la promoci¨®n comercial de la gestaci¨®n por sustituci¨®n¡±.
Esta reforma, sin embargo, no acabar¨¢ por s¨ª misma con la actividad de las empresas que gestionan los vientres de alquiler, que ¡°se suelen cuidar mucho de desarrollar actividades en Espa?a de intermediaci¨®n propiamente dichas, centr¨¢ndose en servicios de asesoramiento¡± sobre una actividad nula de pleno derecho, precisa el abogado Eduardo de Le¨®n, socio de Araoz & Rueda. Por esta raz¨®n no es f¨¢cil atribuirles el ¡°delito de alteraci¨®n de la paternidad¡± del art¨ªculo 221 del C¨®digo Penal, que consiste en entregar a terceros un hijo para modificar su filiaci¨®n mediante una compensaci¨®n econ¨®mica. De hecho, en 2019 la Fiscal¨ªa de la Audiencia Nacional abri¨® diligencias contra una agencia ucrania con sede en Espa?a, que tambi¨¦n estaba siendo investigada en su pa¨ªs por presuntos delitos de tr¨¢fico de personas, falsedad documental o evasi¨®n fiscal, sin que se conozcan m¨¢s avances. La Asociaci¨®n l¡¯Escola tambi¨¦n present¨® en 2020 una denuncia ante el Ministerio P¨²blico contra seis agencias, pero tampoco han trascendido progresos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.