Sepa cu¨¢ndo puede denunciar a su vecino o al due?o del bar por ruido excesivo

Trastornos del sue?o, nervios, estr¨¦s, ansiedad, migra?as o p¨¦rdida de la capacidad auditiva. Son algunas de las consecuencias que padecen quienes a diario tienen que soportar ruidos molestos y constantes en su domicilio. Una situaci¨®n que se acent¨²a en verano, ¨¦poca del a?o en que la temperatura anima a pasar m¨¢s tiempo en la calle, en los eventos al aire libre, en las habituales fiestas patronales o en las terrazas de bares y restaurantes. Sin embargo, cada vez son m¨¢s los ciudadanos que deciden no aguantar y se animan a reclamar cuando sufren ruidos que superan los l¨ªmites de decibelios legales.

Los valores l¨ªmite de emisi¨®n e inmisi¨®n de ruido est¨¢n fijados en una ley estatal de aplicaci¨®n b¨¢sica, en leyes auton¨®micas y en las ordenanzas municipales. Seg¨²n la legislaci¨®n general, en el interior de los domicilios no se pueden superar los 30 decibelios durante la noche o los 40 por el d¨ªa. En el exterior, el margen durante el d¨ªa est¨¢ entre los 55 y los 60 decibelios y entre los 45 y los 50 por la noche. Unos topes que las ordenanzas municipales pueden rebajar. De hecho, la Organizaci¨®n Mundial de la Salud considera que los objetivos de calidad ac¨²stica de las ciudades espa?olas est¨¢n obsoletos y recomienda reducirlos en 10 decibelios.

Los perjudicados por estas inmisiones molestas tienen distintas v¨ªas para luchar contra el ruido. Como explica Mar¨ªa Jos¨¦ Rodr¨ªguez, vicepresidenta de la Asociaci¨®n Juristas contra el Ruido, los tribunales civiles pueden decretar el cierre de la actividad y condenar al causante de las molestias a indemnizar por los da?os morales, en la salud, as¨ª como los patrimoniales que ocasione.

En la v¨ªa penal, los juzgados pueden condenar al infractor a penas de prisi¨®n, multa e inhabilitaci¨®n para el desarrollo de una determinada actividad. Ejemplo de ello es la reciente sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, en la que se castig¨® a los due?os de una discoteca madrile?a por exceso de ruido a un a?o de prisi¨®n y una multa de hasta 180.000 euros por poner en riesgo la salud de los vecinos con sus inmisiones. Tambi¨¦n el Tribunal Supremo, en una sentencia de febrero, confirm¨® una condena de m¨¢s de tres a?os de prisi¨®n por un delito de contaminaci¨®n ac¨²stica. Para Ricardo Ayala, abogado especializado en defensa contra el ruido, lo m¨¢s destacable de este fallo es que el alto tribunal estableci¨® que los ruidos no tienen por qu¨¦ causar da?os f¨ªsicos o ps¨ªquicos a los denunciantes para calificarse como delito. Basta con que quien los provoca conozca el riesgo potencial que conlleva su acci¨®n y no lo evite.

No s¨®lo quienes provocan las inmisiones molestas pueden ser castigados por los tribunales; las administraciones p¨²blicas tambi¨¦n pueden ser condenadas a indemnizar a los afectados tanto por no hacer nada como por no hacer lo suficiente para frenar a quienes rebasen los l¨ªmites legales de ruido. ¡°Es reiterada la jurisprudencia que considera que no basta con intervenciones espor¨¢dicas, sino que las actuaciones de la administraci¨®n deben ser suficientes para paliar el problema planteado¡±, afirma Yomara Garc¨ªa, presidenta de la Asociaci¨®n de Juristas contra el Ruido. Y es que, como se?ala Ayala, corresponde a los ayuntamientos y, por tanto, a la polic¨ªa municipal, verificar a trav¨¦s de mediciones con son¨®metros homologados si se ha producido una infracci¨®n que deba sancionarse.

Nulidad de la licencia

En las sentencias que condenan a los ayuntamientos por los ruidos excesivos de eventos multitudinarios, adem¨¢s del resarcimiento de los da?os provocados, se suele incluir la nulidad de la licencia administrativa que los autoriz¨®. As¨ª ocurri¨® en un caso que Yomara Garc¨ªa gan¨® en 2021 y que supuso el traslado del carnaval del D¨ªa de la Vegueta que se celebra en Las Palmas de Gran Canaria para que no pasara por una zona residencial. Con su resoluci¨®n, el juzgado de lo contencioso-administrativo n¨²mero 5 de la ciudad canaria puso de manifiesto que ninguna fiesta puede hacerse a costa de suprimir los derechos de los vecinos.

Antes de llegar a los tribunales, los perjudicados por sonidos molestos deben realizar una comunicaci¨®n fehaciente al emisor de esas actividades ruidosas para su cese y, si ello no surte efecto, denunciar ante la polic¨ªa local para que el Ayuntamiento tome medidas. ¡°En ambos casos, para saber si los niveles de ruido soportados vulneran la normativa hay que realizar una medici¨®n del nivel de inmisi¨®n que se sufre¡±, advierte la abogada experta en contaminaci¨®n ac¨²stica Mar¨ªa Dolores Mu?oz.

En este proceso, Garc¨ªa insiste en que conviene contactar con profesionales jur¨ªdicos y t¨¦cnicos especializados ¡°para plantear la reclamaci¨®n debidamente asesorados desde un principio¡±. Algo en lo que coincide Ayala, que explica que, por ejemplo, para que una emisi¨®n excesiva de ruido pueda calificarse como delito de contaminaci¨®n ac¨²stica, es necesario que el emisor infrinja conscientemente y de forma reiterada las normas, desobedeciendo a la Polic¨ªa o al Ayuntamiento que haya sancionado su actividad. ¡°Debe haber expedientes sancionadores o, en su defecto, informes t¨¦cnicos privados y p¨²blicos que acrediten las infracciones¡±, se?ala el abogado.

Y es que, como indica Rodr¨ªguez, a veces al infractor le conviene pagar la multa impuesta por la administraci¨®n y seguir realizando la actividad por la que se le castig¨®. Por ello, aunque la abogada valora el efecto disuasorio que puede tener el incremento del importe de las sanciones en las ordenanzas de ruido, para ella, lo m¨¢s importante es que haya una decidida voluntad por parte de los ayuntamientos para acabar con las conductas que provocan la contaminaci¨®n ac¨²stica.