Por fin, una buena noticia sobre la inflaci¨®n
Los republicanos contaban con que la alta inflaci¨®n les aportar¨ªa grandes beneficios en las pr¨®ximas elecciones
Esto no es el fin de la inflaci¨®n. Ni siquiera es el principio del fin. Pero tal vez sea el final del principio.
El pasado mi¨¦rcoles, la Oficina de Estad¨ªsticas Laborales de Estados Unidos inform¨® de algo que no hab¨ªamos visto desde lo m¨¢s profundo de la recesi¨®n pand¨¦mica: un mes sin inflaci¨®n. Es decir, el precio medio de los bienes y servicios que compran los consumidores no fue mayor (de hecho, fue ligeramente menor) en julio que en junio.
Antes de llegar a lo que significan las ¨²ltimas cifras de inflaci¨®n, comentar¨¦ dos cosas sobre las reacciones al informe.
En primer lugar, no hay absolutamente ninguna raz¨®n para poner en duda las cifras. Hab¨ªa muchos indicios previos de que este informe, y probablemente los siguientes, mostrar¨ªan una fuerte ca¨ªda de la inflaci¨®n. De hecho, escrib¨ª sobre esto la semana pasada. No se trata ¨²nicamente de la ca¨ªda de los precios de la gasolina; los sondeos empresariales apuntan a un descenso de la inflaci¨®n, y los problemas de la cadena de suministro est¨¢n remitiendo. Cero es un nivel ligeramente m¨¢s bajo de lo que la mayor¨ªa de los observadores preve¨ªan, pero no exageradamente.
En segundo lugar, la airada reacci¨®n de los republicanos ante el informe fue una sorpresa, al menos para m¨ª, no porque ocurriera, sino por la forma que adopt¨® su indignaci¨®n. Esperaba que acusaran al Gobierno de Biden de maquillar las cuentas. En lugar de eso, buena parte de los aspavientos parec¨ªan indicar una falta de comprensi¨®n de la diferencia entre datos mensuales y anuales.
Cuando el presidente Joe Biden declar¨®, con exactitud, que ten¨ªamos inflaci¨®n cero en julio, muchos en la derecha le acusaron de mentir, porque los precios en julio de 2022 eran un 8,5% m¨¢s altos que en julio de 2021. ?De verdad que no entienden la diferencia? Para ser justos, la informaci¨®n empresarial chapucera puede haber contribuido a su confusi¨®n: vi muchos titulares que afirmaban que ¡°la inflaci¨®n fue del 8,5% en julio¡±. Pero la cuesti¨®n m¨¢s esencial, sin duda, es que es dif¨ªcil hacer que la gente entienda algo cuando sus consignas dependen de que no lo entienda.
Vale, pero ?qu¨¦ pasa con las implicaciones de fondo del Gran Cero?
Por desgracia, un mes de inflaci¨®n cero no significa que el problema de la inflaci¨®n est¨¦ resuelto. Los economistas saben desde hace tiempo que se obtiene una lectura mucho mejor de la inflaci¨®n subyacente si se eliminan los precios altamente vol¨¢tiles ¡ªnormalmente los alimentos y la energ¨ªa¡ª pero hay diferentes medidas de la inflaci¨®n subyacente, y todas ellas siguen siendo inaceptablemente altas. Esto es un claro indicio de que la econom¨ªa est¨¢ recalentada. La Reserva Federal ha estado subiendo los tipos de inter¨¦s para enfriar las cosas, y nada en el informe del mi¨¦rcoles deber¨ªa inducir o inducir¨¢ a la Reserva a variar el rumbo.
Sin embargo, la Reserva podr¨ªa consolarse con otro informe, publicado el lunes: la encuesta mensual de la Reserva Federal de Nueva York sobre las expectativas de los consumidores, que mostraba ¡°un descenso considerable de las expectativas de inflaci¨®n a corto, medio y largo plazo¡±.
Desde que los precios se dispararon el a?o pasado, a las autoridades de la Reserva Federal les preocupa que la inflaci¨®n se enquiste. Lo que quieren decir es que las empresas y los consumidores podr¨ªan llegar a creer que las grandes subidas de precios son la nueva normalidad, lo cual har¨ªa que la inflaci¨®n se perpetuara, y que para volver a bajar la inflaci¨®n hace falta sumir a la econom¨ªa en un grave y prolongado bache. Eso es lo que la mayor¨ªa de los economistas piensan que ocurri¨® en la d¨¦cada de 1970, y no es una experiencia que nadie quiera repetir.
La buena noticia es que no parece haber ning¨²n enquistamiento. Las expectativas p¨²blicas sobre la inflaci¨®n futura est¨¢n disminuyendo, no aumentando; los mercados financieros tambi¨¦n parecen anticipar una inflaci¨®n mucho m¨¢s baja que la que hemos visto a lo largo del ¨²ltimo a?o.
A pesar de estas buenas noticias, la Fed seguramente continuar¨¢ subiendo los tipos hasta que vea pruebas claras de que la inflaci¨®n subyacente est¨¢ bajando. Pero tiene algo de margen para ser menos agresiva de lo que habr¨ªa podido ser. En general, la ca¨ªda de la inflaci¨®n probablemente no vaya a tener mucho impacto en la pol¨ªtica econ¨®mica. En cambio, podr¨ªa tener grandes implicaciones pol¨ªticas.
Aunque los republicanos echen espumarajos por la boca cuando se lo se?alan, lo cierto es que Joe Biden ha capitaneado un enorme auge del empleo. Pero no se le ha reconocido el m¨¦rito de ese auge, posiblemente debido a que muchos estadounidenses no lo saben, pero sobre todo porque los votantes se centran en la inflaci¨®n, especialmente en el hecho de que los precios han subido m¨¢s r¨¢pido que los salarios.
Ahora, al menos esa parte de la historia se ha invertido. Los salarios siguen subiendo r¨¢pidamente, lo cual es una de las razones para pensar que la inflaci¨®n subyacente sigue alta. Pero, al menos de momento, la inflaci¨®n se ha ralentizado, por lo que los trabajadores ver¨¢n aumentos salariales reales significativos. De hecho, el salario medio real aument¨® medio punto porcentual solamente en julio.
De ah¨ª la indignaci¨®n de los republicanos con los datos de julio: ellos contaban con que la inflaci¨®n elevada, y en concreto, los altos precios de la gasolina, aportar¨ªa grandes ganancias a su partido en las elecciones de mitad de mandato. Sin embargo, de repente, los hechos econ¨®micos tienen un sesgo m¨¢s liberal: la gasolina cae y los salarios suben.
?Supondr¨¢n estos hechos una diferencia para las elecciones de noviembre? No tengo ni idea. Pero la histeria actual de la derecha demuestra que a los republicanos les preocupa esa posibilidad.
Paul Krugman es premio Nobel de Econom¨ªa. ? The New York Times, 2022. Traducci¨®n de News Clips.
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