Un proyecto que trata de dar luz a un sector lleno de cad¨¢veres
Gaba Energ¨ªa aspira a esquivar la alta mortalidad del sector de las comercializadoras el¨¦ctricas con una plataforma innovadora apoyada en la tecnolog¨ªa
En los negocios, como en la vida, hace falta estar muy loco, o cuerdo al estilo Billy Hayes-El expreso de medianoche, para ir cuando todos vuelven. A veces, el viaje acaba bien. Gaba Energ¨ªa, una empresa comercializadora de electricidad reci¨¦n nacida, cree haber encontrado la senda para convertirse en una historia de ¨¦xito. Hasta aqu¨ª, poco nuevo. Seg¨²n la Comisi¨®n Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC), en Espa?a hay registradas 400 comercializadoras, con un elevado ¨ªndice de mortalidad provocado por la crisis. Pero Gaba Energ¨ªa considera que cuenta con una buena mano para ganar la partida: directivos con experiencia de a?os en el mercado energ¨¦tico, digitalizaci¨®n en la gesti¨®n de la demanda y las energ¨ªas renovables, una balsa de posibles clientes descontentos con sus comercializadoras, la venta de electricidad 3.0 y un modelo especialmente dise?ado para los colectivos y las nuevas comunidades energ¨¦ticas, entidades enfocadas en el autoconsumo colectivo en las que los participantes se benefician de la energ¨ªa que producen al mismo tiempo que la comparten, y que a¨²n tienen una regulaci¨®n muy incipiente en Espa?a.
Gaba Energ¨ªa quiere ser disruptiva, es decir, propiciar una renovaci¨®n radical en el negocio. Para ello, explica su director general, Juan Castro-Gil ¡ªsecretario y veterano en las batallas de los peque?os productores de energ¨ªa fotovoltaica de la asociaci¨®n Anpier¡ª, va a ofrecer a sus usuarios una central de compras con productos y servicios relacionados con la eficiencia y la movilidad, y una plataforma digital que ¡°se convierte en la soluci¨®n ideal para la gesti¨®n e integraci¨®n del suministro energ¨¦tico de las nuevas comunidades ciudadanas de energ¨ªa¡±. Sabemos que nuestro camino lo transitar¨¢n los dem¨¢s, pero hasta ahora nosotros somos los ¨²nicos que lo podemos ofrecer¡±.
Mediante inteligencia artificial (IA), Gaba perfila diariamente los patrones de consumo de los usuarios ¡°para darles las mejores oportunidades y los mejores consejos de consumo para cada hora del d¨ªa y en tiempo real¡±. La idea, apunta Castro-Gil, ¡°es ofrecer facilidades de financiaci¨®n a sus clientes para apostar por el autoconsumo, el almacenamiento y el veh¨ªculo el¨¦ctrico, actuaciones que se interrelacionar¨¢n con la propia gesti¨®n de la demanda del usuario. La empresa cerrar¨¢ los contratos con sus clientes mediante blockchain (cadena de bloques) y dar¨¢ trazabilidad al intercambio de excedentes de autoconsumo y de otros bienes y servicios de la central de compras que muestra a sus usuarios¡±.
El proyecto comenz¨® hace cuatro a?os y ha cuajado con el apoyo del Instituto para la Diversificaci¨®n y Ahorro de la Energ¨ªa (IDAE) y del IGAPE (Xunta de Galicia). Fruto de sus desarrollos, el Ministerio de Ciencia e Innovaci¨®n ha concedido a la matriz de la plataforma el sello de Pyme Innovadora. Adem¨¢s, diferentes entidades se han sumado a la apuesta por el proyecto, entre ellas Abanca, Banco de Santander y la Caja Rural Galega. El objetivo a corto plazo: 400.000 clientes en 10 a?os y 10.000 al menos en 2023.
El momento es delicado. Las listas de la CNMC muestran un centenar de bajas de comercializadoras en el periodo 2021-2022 y hay m¨¢s en ca¨ªda libre. Las causas de la escabechina, explica Castro-Gil, son tres: ¡°La presi¨®n financiera por la subida de los precios, con la consiguiente necesidad de liquidez de las comercializadoras, que tienen que precomprar y garantizar la electricidad en el mercado a precios excesivos; las medidas del Gobierno, que est¨¢n favoreciendo la competencia desleal de las grandes, y la falta de aportaci¨®n de valor de muchas comercializadoras, cuya ¨²nica propuesta comercial era incorporar un margen a la electricidad que compraban para otros¡±.
Oligopolio
En Espa?a hay 29 millones de clientes de electricidad, pero solo 4,7 millones est¨¢n en una comercializadora que no pertenezca a los grandes grupos el¨¦ctricos como Endesa, Iberdrola, Naturgy y EDP. De las centenares de sociedades ¡°independientes¡± que hay actualmente, Repsol es la m¨¢s grande con casi 850.000 puntos de suministro, seg¨²n Competencia. Tienen a su favor que muchos clientes de las grandes compa?¨ªas no est¨¢n muy contentos con el servicio que reciben. De hecho, la electricidad se mantiene como el servicio peor valorado por los hogares espa?oles, seg¨²n el ¨²ltimo Panel de Hogares de la ?CNMC. En el segundo trimestre del a?o, hasta un 24,4% de los hogares manifestaron estar poco o nada satisfechos, en comparaci¨®n con el 15,3% en el mismo periodo de 2021.
Precios elevados y consumidores descontentos ofrecen una oportunidad de negocio con dos puntos de apoyo: el autoconsumo colectivo y las comunidades energ¨¦ticas, figuras recogidas en las directivas europeas ¡ªRenovables y Mercado Interior de la Electricidad¡ª y trasladadas a la legislaci¨®n nacional con muchas lagunas y limitaciones, seg¨²n la opini¨®n de expertos como Javier Garc¨ªa Breva, asesor en modelos energ¨¦ticos.
En autoconsumo hay camino despejado. ?scar Barrero, socio de energ¨ªa en la consultora PwC, explica que se est¨¢ registrando ¡°una aut¨¦ntica explosi¨®n del autoconsumo¡± en Espa?a. Las previsiones apuntan a la instalaci¨®n este a?o de 2,4 GW entre autoconsumo residencial e industrial.
Las comunidades producen y comparten energ¨ªa por s¨ª mismas a precios m¨¢s razonables que los que otorga el mercado, produciendo interesantes retornos a clientes y proveedores. Las nuevas comunidades ciudadanas est¨¢n en el frontispicio del futuro de la legislaci¨®n energ¨¦tica de la UE y tambi¨¦n en los planes del IDAE. Pero todav¨ªa est¨¢n en mantillas en Espa?a. Un informe editado por PwC y publicado por la Fundaci¨®n Naturgy pone de manifiesto su escasa implantaci¨®n. El estudio contabiliza 33 en Espa?a, mientras que en otros pa¨ªses como Alemania rozan las 2.000. En los ¨²ltimos meses, puntualiza Juan Sacri, presidente de la reci¨¦n constituida Asociaci¨®n Valenciana de Comunidades Energ¨¦ticas, el ritmo se ha acelerado. S¨®lo en la Comunidad Valenciana, seg¨²n Sacri, ya hay constituidas m¨¢s de un centenar de comunidades. Y lo mejor est¨¢ por llegar. ¡°No estamos ni al 10% de lo que podemos hacer cuando las directivas est¨¦n incorporadas por completo a la legislaci¨®n nacional¡±, concluye.
Pese a todo, hay avances. La Comunidad de Navarra tambi¨¦n ha movido ficha y ha aprobado una Orden Foral de Comunidades Energ¨¦ticas (64/2022) que se autodefine como ¡°documento pionero en el Estado¡±. La orden prioriza ¡°el desarrollo de un nuevo modelo energ¨¦tico que ponga en el centro a la ciudadan¨ªa¡± y establece, por ejemplo, que las instalaciones de aprovechamiento de fuentes de energ¨ªa renovable promovidas por una comunidad tengan la consideraci¨®n de ¡°instalaciones de inter¨¦s social¡± y que, adem¨¢s, se les reconozca el car¨¢cter de ¡°inversiones de inter¨¦s foral¡±. Navarra pone la venda antes de la herida y establece precauciones para evitar que las comunidades energ¨¦ticas caigan en determinadas manos. As¨ª, se?ala que deber¨¢n estar controladas por miembros que sean personas f¨ªsicas, autoridades locales, incluidos los municipios, o peque?as empresas, pero no podr¨¢n estarlo por empresas para las cuales el sector de la energ¨ªa constituya su ¨¢mbito de actividad econ¨®mica principal. Tampoco est¨¢ permitido que una sola persona socia tenga mayor¨ªa de los votos.
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