La econom¨ªa, mejor este a?o que el pr¨®ximo
La fortaleza de la actividad econ¨®mica supondr¨¢ que los bancos centrales tendr¨¢n que mantenerse atentos a los riesgos inflacionarios
La actividad econ¨®mica en el mundo se est¨¢ moderando, pero a un ritmo m¨¢s gradual que lo esperado, incluso demasiado gradual para unos bancos centrales que siguen concentrados en reducir las presiones inflacionistas pese a las recientes turbulencias bancarias.
El relativo dinamismo de la econom¨ªa global se da en un contexto de disipaci¨®n de los choques de oferta causados por la pandemia y el inicio de la guerra en Ucrania, por un...
La actividad econ¨®mica en el mundo se est¨¢ moderando, pero a un ritmo m¨¢s gradual que lo esperado, incluso demasiado gradual para unos bancos centrales que siguen concentrados en reducir las presiones inflacionistas pese a las recientes turbulencias bancarias.
El relativo dinamismo de la econom¨ªa global se da en un contexto de disipaci¨®n de los choques de oferta causados por la pandemia y el inicio de la guerra en Ucrania, por un lado, y de fortaleza de la demanda, por otro. Los precios de la energ¨ªa y de otras materias primas se han reducido y las disrupciones en las cadenas de suministro globales casi han desaparecido, ayudadas por el fin de las restricciones por la pandemia en China. Adem¨¢s, el empleo sigue dando se?ales de fortaleza, con el paro en niveles m¨ªnimos en muchas geograf¨ªas, mientras los efectos sobre la demanda del apetito por consumir observado desde la reapertura posterior a la covid siguen presentes. Todo esto sugiere que este a?o el PIB crecer¨¢ m¨¢s que lo anteriormente previsto en la mayor¨ªa de las regiones, aunque a un ritmo algo inferior al observado en 2022. As¨ª, tras el 3,4% del pasado a?o, el PIB global crecer¨ªa este un 2,9%.
Otra buena noticia es que la tendencia bajista de la inflaci¨®n se ha afianzado recientemente, respaldando la idea de que lo peor en t¨¦rminos de presiones de precios ya ha quedado atr¨¢s. Es cierto que la subyacente todav¨ªa no ha dado se?ales claras de ralentizaci¨®n; pero, a pesar de algunos efectos de segunda ronda (presiones de salarios y ajuste de m¨¢rgenes empresariales), la desaceleraci¨®n ser¨¢ m¨¢s marcada en la ¨²ltima parte del a?o.
No obstante, las se?ales positivas recientes no implican que el escenario econ¨®mico para el pr¨®ximo a?o vaya a ser mejor. En realidad, lo m¨¢s probable es que acaben complicando el panorama para 2024. Y es que la fortaleza de la actividad econ¨®mica ¡ªde la demanda y de los mercados laborales, en particular¡ª supondr¨¢ que los bancos centrales tendr¨¢n que mantenerse a¨²n m¨¢s atentos a los riesgos inflacionarios. Los tipos de inter¨¦s estar¨¢n en niveles restrictivos durante un largo periodo, probablemente por m¨¢s tiempo del que descuentan actualmente los mercados financieros. Asimismo, los programas de reducci¨®n de los balances de algunos de los principales bancos centrales, el endurecimiento de las condiciones crediticias (especialmente tras las recientes tensiones en el sector bancario estadounidense) y, eventualmente, el repliegue de los est¨ªmulos fiscales concedidos en los ¨²ltimos a?os tambi¨¦n afectar¨¢n al crecimiento econ¨®mico global en 2024 (estimado en 2,9%, menor a lo esperado previamente). Todo apunta a que las buenas noticias de este a?o se van a pagar en una recuperaci¨®n menos fuerte el que viene. Nada es gratis.
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