Sir Ronald Cohen, fundador de Apax Partners: ¡°El capitalismo no ha cambiado en m¨¢s de 200 a?os, pero ahora lo est¨¢ haciendo¡±
El cofundador del fondo es ahora el padre de la inversi¨®n de impacto, que impulsa un mayor compromiso social y ambiental de las empresas
Ronald Cohen viene de hablar con empresarios espa?oles por la ma?ana y asistir a la ¨®pera por la tarde. Est¨¢ casado con la productora de cine israel¨ª Sharon Harel-Cohen, y todo lo que huela a tablas e interpretaci¨®n le parece un buen plan, aunque el espa?ol no sea uno de los cinco idiomas que domina y descifrar los sobret¨ªtulos del Teatro Real de Madrid le suponga un esfuerzo extra. Su propia vida bien dar¨ªa para un guion: nacido en Egipto hace 77 a?os, a los 11 escap¨® apresuradamente del pa¨ªs junto a su familia al estallar la crisis del Canal de Suez de 1956, que enfrent¨® a Gran Breta?a, Francia e Israel con el r¨¦gimen de Nasser. Su madre, brit¨¢nica y jud¨ªa, era doblemente sospechosa, por lo que fue puesta bajo arresto domiciliario y llamada a declarar ante un tribunal militar. A su padre le despojaron de la nacionalidad. Se refugiaron en Londres, donde llegaron con 10 libras egipcias y sin que Cohen supiera ingl¨¦s, un idioma que todav¨ªa hoy pronuncia te?ido de acento extranjero.
El segundo acto es una historia de resurrecci¨®n a trav¨¦s de la excelencia acad¨¦mica: beca para estudiar en Oxford, donde cursa Filosof¨ªa Ciencias Pol¨ªticas y Econom¨ªa y preside el club de debate; MBA en Harvard, y finalmente el ¨¦xito financiero con Apax Partners, hoy todo un gigante que posee parte del portal Idealista y lleg¨® a interesarse por Ferrovial. Fund¨® la firma de capital riesgo en 1972, y la abandon¨® m¨¢s de tres d¨¦cadas despu¨¦s para dedicarse a una tarea mayor en la que todav¨ªa hoy sigue embarcado: reinventar el capitalismo para hacerlo m¨¢s respetuoso social y medioambientalmente a trav¨¦s de la denominada inversi¨®n de impacto, aquella que no solo mira los beneficios, sino que tambi¨¦n busca redirigir el dinero hacia empresas que generan efectos positivos para la sociedad. Un modo de incentivar que las compa?¨ªas sigan una senda m¨¢s amable con el planeta y sus habitantes cuyas tesis aplica a trav¨¦s del GSG, y que explic¨® en el libro Impact: Reshaping Capitalism to Drive Real Change. Afincado entre Tel Aviv, Londres y Nueva York. visita Madrid durante tres d¨ªas como invitado a la Impact Week del Observatorio de impacto creado por la consultora Transcendent y la firma de abogados Ontier.
Pregunta. ?Qu¨¦ le ha dicho a los empresarios?
Respuesta. Creo que mucha gente es consciente de los desaf¨ªos ambientales y sociales que enfrentamos, de c¨®mo la brecha entre ricos y pobres amenaza tanto a nuestro planeta como a nuestra sociedad y est¨¢ conduciendo a un choque entre la democracia y el capitalismo. Estamos viendo retrocesos en ambos. Y al mismo tiempo, estamos empezando a ver un cambio en los valores. Gracias a la tecnolog¨ªa, hay m¨¢s transparencia sobre el impacto de las empresas. El capitalismo no ha cambiado en m¨¢s de 200 a?os, pero ahora lo est¨¢ haciendo. Estamos trayendo el alma a los mercados. Ya no solo podemos optimizar el binomio riesgo-retorno. Hay que optimizar el impacto. Y eso tiene implicaciones muy profundas en la forma en que los inversores invierten y operan las empresas.
P. ?De verdad est¨¢ mejorando? Pese a ser consideradas muy contaminantes, los beneficios de las petroleras y sus acciones en Bolsa est¨¢n en m¨¢ximos.
R. He pasado mi vida en el negocio de la inversi¨®n y sentado en la junta de grandes instituciones. Hay que distinguir el ciclo de la tendencia. Hay una tendencia muy clara hacia las energ¨ªas renovables y a alejarse de los combustibles f¨®siles. Incluso los productores de combustibles f¨®siles est¨¢n invirtiendo mucho en energ¨ªas renovables. Y luego tienes la guerra de Ucrania, que crea su propio ciclo y afecta a los precios del petr¨®leo. No se pueden confundir las dos cosas. Nos estamos alejando de la contaminaci¨®n porque puedes ver las sequ¨ªas, puedes ver los incendios, puedes ver las hambrunas y puedes ver todas las consecuencias del cambio clim¨¢tico muy claramente. Y los consumidores, particularmente la generaci¨®n m¨¢s joven, fueron los primeros en decir: esto no puede continuar, no vamos a comprar los productos de empresas perniciosas y no vamos a trabajar en ellas. Quieren algo m¨¢s que trabajar en una empresa dedicada a una actividad que no mejora la vida de las personas o el medio ambiente para ganar un salario con el que sobrevivir. Quieren significado para sus vidas. Igual que mi generaci¨®n cuando estaba en Dartmouth era idealista, creo que la generaci¨®n actual, los millennials y los que los han seguido, tambi¨¦n lo son.
P. ?Le ha sorprendido alg¨²n caso de ¨¦xito?
R. Tomemos el ejemplo de Tesla. Si simplemente hubiera llegado y dicho: ¡°voy a crear un coche nuevo que va a ir m¨¢s r¨¢pido con un motor de combusti¨®n¡±. ?Habr¨ªa tenido la oportunidad de irrumpir en la industria automotriz? Cero posibilidades. Al generar impacto, al decir: ¡°voy a entregar un autom¨®vil a aquellos que est¨¢n preocupados por el medio ambiente, un veh¨ªculo que no va a contaminar y, por cierto, se desempe?ar¨¢ tan bien o mejor que el resto¡±, Elon Musk, con toda su idiosincrasia, cre¨® la empresa. El bill¨®n de d¨®lares de valor en Bolsa que alcanz¨® en 20 a?os y le llev¨® a valer m¨¢s que sus cinco competidores juntos empuj¨® a toda la industria automotriz lejos de la contaminaci¨®n. Y vamos a ver que esto sucede una y otra vez en todos los sectores. Dondequiera que una empresa genere un impacto ambiental o social negativo, los competidores la superar¨¢n con nuevas tecnolog¨ªas que no generen estas consecuencias negativas. Y las m¨¢s valiosas ser¨¢n las que aporten soluciones a los grandes problemas. Si observamos lo que est¨¢ sucediendo con las energ¨ªas renovables, su valoraci¨®n se est¨¢ disparando porque ser¨¢n el futuro. ?Ser¨¢ el hidr¨®geno? ?Ser¨¢n la nuclear? ?Ser¨¢ una nueva forma de energ¨ªa solar y bater¨ªas que nos permitan almacenar agua? La tecnolog¨ªa y el impacto que hoy se unen ser¨¢n una revoluci¨®n tan grande como la que trajo el microchip.
P. Eso me plantea una duda: ?Musk crea un coche el¨¦ctrico para mejorar el mundo o porque ve un nicho para ganar m¨¢s dinero? Aunque tal vez importe m¨¢s el resultado que el motivo.
R. No conozco a Musk. Nunca he hablado con ¨¦l. Pero no haces algo como recaudar 150 millones de capital riesgo solo porque crees que es una forma de ganar dinero. Lo haces porque es una ganancia con un prop¨®sito. Las dos cosas no se pueden disociar. Musk quer¨ªa demostrar que se puede tener un coche ecol¨®gico y ganar dinero al mismo tiempo. Y esas son las nuevas reglas del juego. Lo vamos a ver en las finanzas. Los bancos han ido creciendo a lo largo de los siglos, pero no hacen lo socialmente correcto la mayor parte del tiempo. A veces cobran intereses de m¨¢s a los m¨¢s vulnerables, simplemente porque son demasiado d¨¦biles como para negarse, no porque est¨¦ justificado. As¨ª que est¨¢n llegando nuevas plataformas digitales que dicen: bien, vamos a proporcionar cr¨¦dito a un precio adecuado. Y as¨ª es como va a cambiar el modelo bancario. Las grandes empresas que comprendan este cambio, lo adopten y empiecen a pensar en c¨®mo los emprendedores van a amenazarlas, logar¨¢n mantenerse a la vanguardia. Pero aquellos que no se den cuenta ser¨¢n superados por competidores, igual que le ocurri¨® a IBM con Apple y Microsoft.
P. ?La guerra en Ucrania es una amenaza para ese progreso del que habla?
R. El riesgo geopol¨ªtico que estamos empezando a ver me incomoda mucho. Cuando ves la forma en que Rusia se ha comportado con Ucrania, la forma en que Ir¨¢n busca tener su propia arma nuclear y su deseo de destruir a Israel y, ya sabes, usar el fundamentalismo religioso para guiar sus pol¨ªticas gubernamentales. Cuando ves a China m¨¢s o menos aline¨¢ndose con Rusia e Ir¨¢n... Me incomoda la estabilidad del mundo. Y no estamos viviendo en un momento en que tengamos abundancia de grandes l¨ªderes pol¨ªticos que sean previsores.
P. Insiste mucho en la importancia de medir el impacto.
R. Los inversores quieren ganancias e impacto, pero no existe transparencia sobre el impacto, y ese ser¨¢ el punto de inflexi¨®n entre el capitalismo que hemos hecho hasta ahora y el capitalismo que viene. Porque el impacto guiar¨¢ el comportamiento de las empresas, porque la transparencia permitir¨¢ a los consumidores tomar decisiones que afectar¨¢n la rentabilidad de una empresa y permitir¨¢ a los inversores tomar decisiones similares. Va a dar a los gobiernos la transparencia para proporcionar incentivos y desincentivos. Hablamos del impuesto al carbono porque los datos est¨¢n disponibles. Quiz¨¢ hablemos tambi¨¦n de cr¨¦ditos fiscales para empresas que est¨¢n teniendo un impacto positivo en la sociedad. ?Por qu¨¦ no deber¨ªamos poder financiar a alguien que quiere mejorar la vida de la misma manera que financiamos a alguien que quiere ganar dinero? Eso me puso en marcha en el viaje. Eso me trae hoy aqu¨ª a Madrid, Es un momento decisivo, y la inversi¨®n en impacto va a ayudar a cerrar las brechas sociales, porque muchas de ellas surgen del comportamiento laboral de las empresas, ya sea con el g¨¦nero, la etnia o el salario.
P. Si el sistema no cambia, ?hay peligro de un auge populista?
R. La democracia, como el capitalismo, se basan en la libertad. Por un lado, la libertad de llevar tu vida como quieras, y por otro, la libertad de competir con otras empresas dentro de la ley. Pero donde chocan democracia y capitalismo es en la distribuci¨®n del capital y el trabajo, que llega m¨¢s a los m¨¢s educados. Y este es un equilibrio que debemos restablecer. El salario de un consejero delegado multiplica por 400 el de un empleado medio en EE UU. Estas brechas no pueden sostenerse. Crean un sentimiento de que la democracia no les est¨¢ funcionando. La gente se rebela y se cree las promesas de los l¨ªderes populistas que les dicen: ¡°la democracia no funciona para ti, conf¨ªa en m¨ª como protector, me asegurar¨¦ de que obtengas tu parte justa¡±. Eso nos lleva a gobiernos sin escr¨²pulos, antidemocr¨¢ticos, que no distinguen entre la verdad y las falsas esperanzas. Ya hemos visto esto en muchos pa¨ªses del mundo. Por ejemplo, Donald Trump habla el idioma del electorado. Los votantes buscan a alguien a quien admirar porque ha tenido ¨¦xito hasta ahora. Y entonces lo siguen ciegamente, sin importar si cumple o no. Es como un equipo de f¨²tbol. Si eres seguidor del Barcelona, debes seguir si¨¦ndolo en las buenas y en las malas. Y las redes sociales juegan un papel en eso.
P. Acabemos con un salto al futuro y otro al pasado. ?Qu¨¦ avances podremos ver en este movimiento del impacto en la pr¨®xima d¨¦cada?
R. Dir¨ªa que antes de que finalice esta d¨¦cada veremos a muchas empresas, quiz¨¢s a la mayor¨ªa, publicar una declaraci¨®n de impacto como parte de sus cuentas financieras. Que en sus resultados aparecer¨¢n los gastos, ingresos y el impacto operativo en el medio ambiente, en el empleo, en las personas o en las cadenas de suministro. Y vamos a ver durante los pr¨®ximos dos, siete u ocho a?os, una gran cantidad de nuevas empresas con nuevas tecnolog¨ªas que se abrir¨¢n paso y amenazar¨¢n los modelos comerciales de hoy en d¨ªa que generan impactos negativos.
P. Ahora volvamos atr¨¢s, en 2001 fue nombrado Caballero por ser un pionero del capital riesgo en Europa. ?C¨®mo fue?
R. En 1957 llegu¨¦ como refugiado, y en 2001 estaba siendo nombrado caballero. Mi padre, desafortunadamente, hab¨ªa fallecido, pero para mi madre fue algo enorme, enorme. Vas al palacio y te permiten traer a tres personas contigo. Vinieron mi esposa y mis dos hijos. Hay una procesi¨®n, con toda la pompa que acabas de ver en la coronaci¨®n, pero a peque?a escala. Y luego hay un taburete en el que te arrodillas frente a la Reina [en esos momentos Isabel II], que te nombra caballero con una espada. Y te preocupas por tus orejas. (R¨ªe) Luego, cuando ya te ha nombrado caballero, le das la mano y tiene algunas palabras contigo. Y despu¨¦s te marchas. Si ahora me preguntas de qu¨¦ me sirvi¨® el t¨ªtulo, te responder¨ªa que tal vez para conseguir una mesa un poco mejor en el restaurante.
Sigue toda la informaci¨®n de Econom¨ªa y Negocios en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.