En busca de un relevo al consumo
La geopol¨ªtica y la inversi¨®n condicionan el mantenimiento del diferencial de crecimiento
Los datos de crecimiento y de empleo divulgados esta semana afianzan la visi¨®n de una econom¨ªa resistente ante las adversidades monetarias y geopol¨ªticas, pero tambi¨¦n apuntan a factores de debilitamiento a corto plazo. El consumo privado se consolida como el componente m¨¢s din¨¢mico, por el buen comportamiento del mercado laboral y los acuerdos de recuperaci¨®n de poder adquisitivo de los salarios. Es tambi¨¦n probable que las familias hayan sostenido su gasto tirando del excedente de ahorro acumulado. Otro factor es la pol¨ªtica fiscal: el consumo p¨²blico sigue expandi¨¦ndose a un ritmo superior al de la econom¨ªa, situ¨¢ndose casi un 10% por encima del nivel prepandemia.
La inversi¨®n, sin embargo, titubea. Y el endurecimiento acelerado del cr¨¦dito constatado por la ¨²ltima encuesta de pr¨¦stamos bancarios del BCE anticipa un escenario de debilidad para los pr¨®ximos meses, incluso incorporando el est¨ªmulo de los fondos Next Generation. Sorprende que, pese a semejante inyecci¨®n de transferencias europeas, la inversi¨®n todav¨ªa no haya alcanzado el nivel prepandemia. De momento, las empresas mantienen su cautela, optando por reducir deuda o acumular liquidez. En septiembre sus dep¨®sitos bancarios se incrementaron en 10.600 millones de euros.
Adem¨¢s, el sector exterior, potente motor de la recuperaci¨®n en el pasado ejercicio, se resiente del estancamiento de la econom¨ªa europea, principal fuente de ingresos del exterior. El problema radica en una menor demanda externa, y no en una p¨¦rdida de competitividad. Prueba de ello, las empresas espa?olas ganan terreno no solo en los mercados internacionales, sino tambi¨¦n en el dom¨¦stico: las importaciones se contraen, a la inversa de lo que suele ocurrir en un contexto de incremento del consumo. En todo caso, las exportaciones de servicios no tur¨ªsticos siguen creciendo a un ritmo elevado ¨Csitu¨¢ndose nada menos que un 22% por encima del nivel prepandemia¡ªpero sin compensar la ca¨ªda de las exportaciones de bienes. El turismo aguanta, si bien su plena normalizaci¨®n enfr¨ªa las perspectivas de cara a la pr¨®xima temporada.
Todo ello plantea la cuesti¨®n de la sostenibilidad de la actual pauta de crecimiento. Los vientos de cola que han impulsado el consumo de las familias se moderan, al comp¨¢s del menor ritmo de creaci¨®n de empleo. La afiliaci¨®n avanza, en parte por la incorporaci¨®n de mano de obra extranjera (m¨¢s de medio mill¨®n de personas desde inicios de 2022, casi la mitad del total de empleo creado). Pero se dejan atr¨¢s las cifras excepcionales de la primavera. Los salarios tambi¨¦n se desaceleran: la remuneraci¨®n por asalariado se increment¨® un 4,2% en el tercer trimestre, casi dos puntos menos que en el primero; esta desaceleraci¨®n, unida a la resiliencia del IPC, deja poco margen para ganar capacidad de compra en el ¨²ltimo tramo del a?o.
En cuanto al consumo p¨²blico, su trayectoria futura deber¨ªa reflejar la necesidad de contener los desequilibrios presupuestarios, objetivo necesario para asumir la fuerte subida de los costes de financiaci¨®n del Estado que se anticipa para el pr¨®ximo ejercicio.
Ampliando la mirada, el aparato productivo emerge de la sucesi¨®n de crisis con una posici¨®n competitiva favorable, fortalecida por el potente plus de mano de obra extranjera. Este es un activo para aprovechar un hipot¨¦tico cambio de tendencia de la econom¨ªa europea, tal y como lo prev¨¦ el FMI para los pr¨®ximos dos a?os. Mucho depender¨¢, sin embargo, del devenir de los conflictos en Ucrania y Oriente Medio y del impacto de las diez subidas de tipos de inter¨¦s, cuyos efectos solo se han filtrado parcialmente a la econom¨ªa. En todo caso, la reactivaci¨®n europea, junto con un mayor efecto tractor de los fondos europeos, ayudar¨ªa tambi¨¦n a desatascar la inversi¨®n en equipamiento de las empresas y la productividad, la principal pieza que falta en el puzle de la econom¨ªa espa?ola. La geopol¨ªtica y las inc¨®gnitas en torno a la inversi¨®n empresarial condicionan el crecimiento y la capacidad para mejorar las cotas de bienestar social.
Horas trabajadas
La ocupación se incrementó un 0,8% en el tercer trimestre según la EPA, un ritmo notablemente superior al de la economía (0,3%). Esta diferencia se explica en buena medida por la disminución del número medio de horas trabajadas por ocupado, una tendencia registrada desde la pandemia. En lo que va de año, cada persona ocupada ha trabajado una media de 32 horas, frente a 32,2 durante el mismo periodo del año pasado y 33,4 en 2019. Esta evolución se debe sobre todo el descenso del número de horas efectivas trabajadas por las personas empleadas a tiempo completo.
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