Transformaci¨®n de los hogares y de sus finanzas
M¨¢s del 55% de los n¨²cleos familiares espa?oles tienen uno o dos miembros y los formados por j¨®venes bajan
La Fundaci¨®n Afi Emilio Ontiveros acaba de publicar el estudio Finanzas de los hogares 2000-2022: escaso ahorro y mayor brecha generacional, sobre los grandes cambios acaecidos durante este casi primer cuarto de siglo en lo que son las unidades b¨¢sicas de nuestra econom¨ªa y su comportamiento financiero. De ¨¦l se derivan implicaciones tanto macroecon¨®micas como de estabilidad financiera y de potencial vulnerabilidad de determinados colectivos, dentro de ese conjunto heterog¨¦neo que hoy conforman los casi 19 millones de hogares espa?oles.
Ese comportamiento ha estado muy marcado por la doble confluencia de un contexto econ¨®mico y de una evoluci¨®n sociodemogr¨¢fica realmente singulares, que ha acabado desembocando en una extraordinaria transformaci¨®n. Con relaci¨®n al primer factor, cabe destacar que el proceso de convergencia de la econom¨ªa espa?ola con las europeas sufr¨ªa una fuerte disrupci¨®n con la crisis financiera de 2010-2012 y sus secuelas, despu¨¦s del insostenible crecimiento soportado en un boom inmobiliario cimentado sobre la base de unos muy bajos tipos de inter¨¦s tras nuestra incorporaci¨®n al euro. Hasta el punto de que la renta bruta disponible per capita de los hogares espa?oles apenas ha recuperado en t¨¦rminos reales su nivel existente al inicio del siglo, aumentando su brecha frente a la media de la eurozona y a algunos de sus principales pa¨ªses.
Tal estancamiento de la renta per capita contrasta sin embargo con el crecimiento observado en el PIB real agregado. Esto tiene su explicaci¨®n en un factor demogr¨¢fico: el intenso crecimiento de la poblaci¨®n espa?ola, mucho m¨¢s acusado que el de los otros grandes pa¨ªses de la eurozona, explicado mayoritariamente (en m¨¢s del 70%) por un volumen de flujos netos de inmigraci¨®n desconocido hist¨®ricamente en nuestro pa¨ªs. Simult¨¢neamente, el crecimiento de los hogares, muy superior al observado en la poblaci¨®n por razones de muy diversa ¨ªndole (no solo demogr¨¢ficas), ha tenido como resultante una reducci¨®n de su tama?o medio, aunque este es todav¨ªa mayor que en la eurozona y, sobre todo, que en sus dos grandes pa¨ªses.
Hoy en d¨ªa los hogares constituidos por solo uno o dos miembros representan ya m¨¢s del 55% del total, 10 puntos porcentuales m¨¢s que a inicios de siglo. No menos relevante es que, en ese cambio estructural que se ha producido, los hogares m¨¢s j¨®venes, aquellos cuyo cabeza de familia tiene menos de 35 a?os, se han desplomado en nuestro pa¨ªs casi ocho puntos porcentuales en el periodo. Y como se pone de manifiesto en el estudio, no solo porque la poblaci¨®n joven se ha reducido, sino porque simult¨¢neamente se han deteriorado extraordinariamente las condiciones facilitadoras de la creaci¨®n de nuevos hogares. Tanto que, tras el mencionado desplome, el porcentaje de hogares j¨®venes espa?oles es actualmente menos de la mitad de los alemanes y franceses. En definitiva, los hogares espa?oles son hoy muchos m¨¢s en n¨²mero, pero tambi¨¦n mucho m¨¢s peque?os y viejos.
Lo que no se ha modificado durante todos estos a?os, a pesar de estos cambios estructurales, es su muy baja propensi¨®n al ahorro, y no menos la severa volatilidad de esta, si comparamos con el comportamiento de la tasa de ahorro de los hogares de los pa¨ªses de nuestro entorno. En esa reducida y vol¨¢til tasa de ahorro de los hogares espa?oles pesan, sin duda, factores hist¨®ricos y culturales de car¨¢cter agregado, como la mayor valoraci¨®n del disfrute presente y la mayor confianza en redes de protecci¨®n tanto familiares como del Estado de bienestar, muy especialmente en un sistema de pensiones p¨²blicas m¨¢s generoso en t¨¦rminos comparativos. Pero tambi¨¦n inciden unos niveles de renta inferiores, as¨ª como una mayor sensibilidad del PIB y del empleo de la econom¨ªa espa?ola a las diferentes condiciones del ciclo econ¨®mico.
La rica informaci¨®n disponible, combinando las cuentas nacionales y las siete oleadas de Encuestas Financieras de las Familias acometidas por el Banco de Espa?a en estas m¨¢s de dos d¨¦cadas, proporciona muchas otras conclusiones de gran relevancia. Entre ellas, la ampliaci¨®n de la brecha de renta disponible que tambi¨¦n se ha producido generacionalmente, con un deterioro relativo evidente entre los j¨®venes (los m¨¢s afectados por el desenlace de la crisis financiera) y los hogares mayores (con mayor fortuna en cuanto a la instrumentaci¨®n de pol¨ªticas de protecci¨®n de ingresos). Esa ampliaci¨®n de la brecha generacional es a¨²n m¨¢s acusada en t¨¦rminos de la riqueza. Siendo un hecho estilizado que el mayor nivel de riqueza de los hogares se produce en edades avanzadas, antes de iniciarse el proceso de desacumulaci¨®n, lo cierto es que la brecha frente a los hogares j¨®venes ha aumentado; m¨¢s a¨²n, la riqueza detentada por estos ¨²ltimos se ha reducido en t¨¦rminos reales frente a su situaci¨®n hace dos d¨¦cadas. A la evidente vinculaci¨®n de este hecho con el deterioro real de la renta de los hogares j¨®venes, hay que sumar aqu¨ª un fen¨®meno singular. El de que los hogares de mayor edad que dispon¨ªan de vivienda propia durante los primeros a?os del siglo (la inmensa mayor¨ªa entonces) se vieron favorecidos por la revalorizaci¨®n que procur¨® en los activos inmobiliarios la reducci¨®n estructural de los tipos de inter¨¦s. Y ello, a pesar de los ajustes que tuvieron lugar tras la crisis financiera.
Una revaloraci¨®n que, a su vez, ha hecho mucho m¨¢s costoso a las nuevas generaciones el acceso a la vivienda en propiedad. Aun cuando esta no es la ¨²nica raz¨®n, dado que tambi¨¦n se est¨¢n produciendo cambios en las preferencias habitacionales, lo cierto es que los hogares m¨¢s j¨®venes han reducido a la mitad (35%, desde el 70% al inicio de siglo) su propensi¨®n a la vivienda en propiedad. El desplazamiento a un nuevo ¡°modo de vida¡± basado en el alquiler topa por otra parte con la inexistencia de un mercado de este tipo verdaderamente profundo que amortig¨¹e las fuertes presiones alcistas de sus precios. Las dificultades para la emancipaci¨®n y la consiguiente creaci¨®n de nuevos hogares j¨®venes en Espa?a, que antes mencionamos, emergen aqu¨ª de nuevo.
Este cambio acelerado de ¡°modo de vida¡± por el que se han duplicado (del 10% al 20%) los hogares con vivienda en alquiler, no impide que Espa?a siga definiendo un porcentaje muy inferior al de los principales pa¨ªses europeos, de tal modo que la riqueza total de los hogares espa?oles contin¨²a materializ¨¢ndose a¨²n mucho m¨¢s en activos inmobiliarios. Algo que colateralmente provoca que, en mayor medida, la riqueza financiera se concentre en los de rentas altas. Hasta el punto de que actualmente, y tras un aumento continuado de esa concentraci¨®n, el 10% de hogares con mayor nivel de renta acapara pr¨¢cticamente el 50% de lo que estrictamente es la riqueza financiera de los hogares. Concentraci¨®n que es todav¨ªa m¨¢s acusada en el caso del ahorro previsional, tan relevante en otros pa¨ªses de nuestro entorno, y cuya presencia es apenas testimonial fuera de ese segmento de hogares m¨¢s favorecido.
Toca ahora, tras un diagn¨®stico como este, un debate sereno y racional, sobre orientaciones para avanzar en la correcci¨®n de esos desequilibrios observados en la situaci¨®n financiera de los hogares espa?oles.
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