13 millones de espa?oles est¨¢n en riesgo de pobreza o exclusi¨®n social
Unas 345.000 personas han salido de este colectivo durante el ¨²ltimo a?o, seg¨²n el informe 'El estado de la pobreza en Espa?a' de 2017, publicado este lunes
Casi 13 millones de personas en nuestro pa¨ªs se encuentran en riesgo de pobreza o de exclusi¨®n social. Si escuchamos una afirmaci¨®n as¨ª en alguna de las conversaciones cotidianas que nos rodean, se pone en duda o se rechaza. Pocos ven las caras detr¨¢s de estos n¨²meros, mientras que la calle oculta a sus v¨ªctimas y entre la sociedad se tira a menudo del chascarrillo de que los bares est¨¢n llenos, haya crisis o no, o nos digan que hay gente que no llega a final de mes o no. En ese sentido, Carlos Sus¨ªas, presidente de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusi¨®n Social en el Estado Espa?ol (EAPN), calific¨® de ¡°invisibles¡± a los que se encuentran en esta situaci¨®n, cuyo estereotipo les vincula con ¡°pedir en la puerta de la iglesia¡± y no con el perfil real: un 30% tiene trabajo y un 15% ha alcanzado estudios superiores.
Sus¨ªas realiz¨® tal afirmaci¨®n durante la presentaci¨®n del informe El Estado de la Pobreza. Espa?a 2017 el lunes 16 de octubre en Madrid, con motivo del D¨ªa Internacional de la Erradicaci¨®n de la Pobreza. Este documento recoge los datos sobre el riesgo de pobreza o exclusi¨®n social seg¨²n el indicador AROPE (At-Risk-of Poverty and Exclusion), basado en tres variables: la Tasa de Riesgo de Pobreza Relativa (es decir, que las ganancias econ¨®micas no pasen del 60% del ingreso nacional medio), la Baja Intensidad del Empleo en los Hogares (que los mayores de 18 a?os en la unidad familiar no hayan trabajado m¨¢s que un 20% de sus posibilidades en el ¨²ltimo a?o) y la Privaci¨®n Material Severa (falta de recursos como la calefacci¨®n, el pago del alquiler mensual o la ingesta de pollo m¨¢s de dos veces a la semana). "Es la gu¨ªa sobre la que trabaja la Uni¨®n Europea y los gobiernos de cada estado, les guste o no", expres¨® Sus¨ªas.
La cifra exacta en nuestro territorio nacional es de 12.989.405 personas en riesgo de pobreza. Esto es el 27,9% de la poblaci¨®n, un 0,9% menos que el a?o anterior (que fue del 28,6%), pero cuatro puntos y medio por encima de la media europea, que se sit¨²a en el 23,4%. Incluso siendo un dato ¡°positivo¡±, que se?ala que 345.000 personas han salido del riesgo de pobreza, el dilema que se presenta es si continuar¨¢ descendiendo o se paralizar¨¢. Las expectativas para 2020 ¡ªy el acuerdo de nuestro pa¨ªs con la Uni¨®n Europea¡ª era reducir la cifra en, al menos, 2,8 millones de personas. Objetivo complicado, exponen, porque no existe una estrategia paralela de protecci¨®n para mejorar la realidad y controlar la inestabilidad. En la crisis, dijeron, se dispar¨® la ca¨ªda, pero en tiempos de relativa bonanza no mejora sino que se estanca. ¡°A falta de dos a?os, las evidencias estad¨ªsticas demuestran que no se ha avanzado en el cumplimiento de estos compromisos.
Aunque se est¨¢n registrando modestos avances en la reducci¨®n de algunos indicadores, en general, se ha retrocedido con respecto al escenario inicial. De ello se deduce que ser¨¢ necesario introducir cambios importantes a fin de volver a la situaci¨®n de partida, y una inversi¨®n social a¨²n m¨¢s destacada para llegar a la meta fijada, en el horizonte 2020¡±, argumentan en la introducci¨®n.
Dentro de esta cantidad total, 1,5 millones est¨¢n en una situaci¨®n de riesgo de pobreza severa, sumando m¨¢s de uno de los par¨¢metros mencionados. El presidente tild¨® de ¡°sangrante¡± este aspecto antes de detallar que las tasas afectan pr¨¢cticamente por igual a hombres y mujeres (con un 28% y un 27,9% respectivamente). ¡°Al contrario que en otros ejercicios, donde la mujer era m¨¢s vulnerable, en este se ha equiparado. Pero no porque la mujer haya mejorado, sino porque el hombre ha empeorado mucho¡±, matiz¨®. Por grupos de edad, el riesgo de pobreza se ceba en los ¡°j¨®venes adultos¡±, de entre 16 y 29 a?os, con un 37,6% de afectados. Despu¨¦s se sit¨²an los menores de 16 (31,7%), los enmarcados entre los 30 y 65 a?os (27,1%) y los mayores de 65, que suman un 14,4%. ¡°Uno de cada tres ni?os est¨¢ en riesgo de exclusi¨®n social y 4,5 millones de pensionistas ya se encuentran en ¨¦l¡±, lament¨® Sus¨ªas. ¡°Los datos macroecon¨®micos prosperan, pero la pobreza no. Los pobres son los que m¨¢s notan la crisis y menos la recuperaci¨®n¡±, apunt¨®.
La coyuntura se agrava cuando hablamos de familias monoparentales (o ¡°monomarentales¡±, como precis¨® Sus¨ªas, ya que un 80% de personas solas que se encargan de los hijos son mujeres). ¡°Las personas que viven en hogares con ni?os y ni?as tienen tasas de AROPE hasta 30 puntos porcentuales m¨¢s elevadas que las de aquellas que viven en hogares compuestos solo por adultos¡±, anot¨®. Del total, apenas un 12% representa a extranjeros en riesgo de pobreza. Dentro de esta franja, un 60,1% de los extracomunitarios est¨¢ en riesgo de exclusi¨®n y un 47,3% entre los afectados con residencia europea. ¡°La pobreza ha aumentado para toda la poblaci¨®n espa?ola en su conjunto. Para las mujeres, para las personas mayores de 65 a?os, para los hogares monoparentales, para los extranjeros y extranjeras provenientes de la Uni¨®n Europea, para quienes est¨¢n en paro, para quienes superaron la educaci¨®n primaria y, tambi¨¦n, para quienes tienen educaci¨®n superior¡±, zanjan en la publicaci¨®n.
Un 30% de las personas en situaci¨®n de pobreza tiene trabajo y un 15% posee estudios superiores
Otros resultados llamativos ata?en a la situaci¨®n geogr¨¢fica y laboral de los incluidos en el informe. Un tercio de las personas en riesgo de pobreza trabaja. Y mirando el mapa, la mitad sur copa los primeros puestos. Veamos: la renta media espa?ola era de 10.708 euros en 2016, con variaciones de hasta 6.000 euros entre comunidades. En Pa¨ªs Vasco y Navarra, en el puesto m¨¢s elevado, la renta media es de 14.345 euros y 13.408. En Catalu?a, Comunidad de Madrid, Baleares y Asturias oscila entre los 12.000 y los 13.000 euros. En Murcia y Andaluc¨ªa, esta renta es hasta 2.400 euros por debajo de la media nacional (unos 8.000 euros), y en Castilla-La Mancha, Canarias o Extremadura de hasta 2.000 euros inferior.
La l¨ªnea divisoria de qui¨¦n supera o no llega a esta renta es semejante a la del riesgo de pobreza: ocho comunidades aut¨®nomas por debajo de Madrid (incluyendo Ceuta y Melilla) superan el 27,9% nacional. ¡°Lo que est¨¢n fallando son las pol¨ªticas de repartici¨®n. Necesitamos un sistema de rentas m¨ªnimas y acci¨®n directa sin paliativos¡±, esgrimi¨® el presidente de EAPN, que expuso las l¨ªneas de actuaci¨®n que apoya la agrupaci¨®n: ¡°Defendemos la necesidad de un pacto, de una estrategia que abarque la educaci¨®n, la sanidad, la vivienda y los servicios sociales, pero tambi¨¦n una pol¨ªtica fiscal de impuestos progresivos y de unas ayudas garantizadas, as¨ª como tener en cuenta las diferencias de g¨¦neros, la diversidad y el impacto medioambiental¡±.
Graciela Malgesini, responsable de asuntos europeos e incidencia pol¨ªtica de EAPN, insisti¨® en que Espa?a se sit¨²a cuatro puntos por encima de la Uni¨®n Europea, cuya tasa de riesgo de pobreza se marca en el 23,9%, y se?al¨® que solo siete pa¨ªses de 28 est¨¢n detr¨¢s del nuestro. ¡°En estos se recrudece por una privaci¨®n material severa¡±, apostill¨®. Juan Carlos Llano, investigador y soci¨®logo que ha participado en el informe, remarc¨® algunas deducciones fundamentales del estudio: ¡°No se cumplen los pactos con Europa. En tema de d¨¦ficit s¨ª, pero no en lo social¡±, arranc¨®, ¡°y existe una enorme desigualdad territorial. Aparte, no todos los que salen del c¨®mputo se recuperan por igual y tener hijos es un riego para ser pobres¡±. La s¨ªntesis de estas ideas desemboc¨® en un alegato en contra del modelo ¡°imaginario¡± que solemos asociar a estos datos: ¡°Un 82% es espa?ol. Un 71% ha cursado hasta el segundo ciclo de secundaria y un 15% tiene estudios superiores¡±, finaliz¨®, incidiendo en esa ¡°invisibilidad¡± ya mencionada y en la necesidad de marcar una l¨ªnea entre pobreza y miseria. Hay que desmontarla, rese?¨®, porque es da?ina para la opini¨®n p¨²blica. Escuchemos, si no, las charlas de nuestro alrededor.
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