Soy mujer y desactivo bombas, ?pasa algo?
Aunque m¨¢s de la mitad de las profesiones est¨¢n masculinizadas, las trabajadoras tratan de hacerse un hueco en ellas. Igual que hacen los varones en la enfermer¨ªa, la limpieza o?la ense?anza
La profesi¨®n no tiene g¨¦nero para las mujeres que ya han roto su techo de cristal subi¨¦ndose al carro de ocupaciones masculinizadas, el 53%, seg¨²n un informe de la Fundaci¨®n BBVA, para obtener mejores salarios y condiciones laborales. Dan as¨ª esquinazo a empleos en los que hay paridad (14,8%) o est¨¢n feminizados (31%), donde la enfermer¨ªa (90%), limpieza (95%) o profesorado (66,5%) son los principales y en los que cada vez aterrizan tambi¨¦n m¨¢s hombres. Aunque son los menos. Lo hacen sin prejuicios y por vocaci¨®n, conciliaci¨®n o incluso desempleo.
Aunque la mujer representa el 16,3% de la Polic¨ªa Nacional, su avance con 11.218 efectivos, es ya imparable y se muestra en todas las especialidades. La m¨¢s sorprendente es la unidad de ¨¦lite Tedax-NRBQ. Natalia (prefiere no facilitar su apellido por motivos de seguridad) es una de ellas. No es raro que, tras una llamada, aparezca junto a su compa?ero, que llaman binomio, en una obra o domicilio para examinar o desactivar un artefacto de la Guerra Civil. Asegura que el camino no ha sido f¨¢cil. ¡°He trabajado muy duro en un mundo de hombres donde me he hecho respetar por mi preparaci¨®n y profesionalidad¡±. Y agradece a sus antecesoras ¡°que abrieron brecha¡±. Natalia confiesa que se emplea a fondo para que ¡°el compa?ero se sienta seguro trabajando conmigo¡±. Y ejemplifica cuando se enfunda un traje antiexplosivos y de defensa nuclear, radiol¨®gica, biol¨®gica y qu¨ªmica, NRBQ, que pesa 30 kilos m¨¢s otros 5 del casco, ¡°si tengo que tirarme al suelo con ese traje eval¨²o antes un punto de apoyo para levantarme¡°.
Abrir brecha, como la primera ur¨®loga de su centro hospitalario, es lo que ha hecho Cristina Guti¨¦rrez, en la Cl¨ªnica Universidad de Navarra. ¡°Es la ¨²nica especialidad de la medicina que ejercen el doble de varones¡±, indica el presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Urolog¨ªa, Jos¨¦ Luis ?lvarez Osorio. Ella reconoce que ¡°al principio no era f¨¢cil hablar de disfunci¨®n er¨¦ctil, pr¨®stata o incontinencia con el paciente¡± y que ha sido crucial ¡°trabajar la empat¨ªa y saber crear un clima de confianza¡± en su consulta. Guti¨¦rrez agradece a su empleador ¡°que apostara por m¨ª hace seis a?os y ahora contrate a m¨¢s mujeres¡±. Eligi¨® esta especialidad porque ¡°el m¨¦dico hace todo el proceso de la enfermedad, as¨ª como la parte quir¨²rgica¡± y aunque admite que ¡°genera sorpresa ver a una mujer, y joven, que adem¨¢s opera¡±, siente que lo est¨¢ haciendo bien porque ¡°hasta el momento ning¨²n hombre se ha dado la vuelta al verme¡±.
De ¡°servicio a los dem¨¢s sin g¨¦nero¡± habla la comandante Yurena Espinosa, como artillera de campa?a, especialidad donde el 15% son mujeres. La presencia de la mujer en el Ej¨¦rcito de Tierra es del 11,5% y del 13% en el total de las Fuerzas Armadas, seg¨²n el Observatorio Militar para la Igualdad 2022 del Ministerio de Defensa, cuyos efectivos se distribuyen en 106.204 hombres y 15.864 mujeres. ¡°Eleg¨ª ser militar para servir a mi pa¨ªs y la artiller¨ªa porque es una rama t¨¦cnica que me gusta por su alto grado de profesionalizaci¨®n¡±, sostiene la comandante desde el Cuartel General del Mando de Artiller¨ªa de Campa?a en San Andr¨¦s del Rabanero, en Le¨®n. Para Espinosa, la artiller¨ªa es una profesi¨®n de oportunidades, cambios de destino, viajes... ¡°aunque dificulta mucho la conciliaci¨®n y la vida familiar¡±, destaca. Ha estado desplazada en misiones en Afganist¨¢n o Letonia. ¡°La actividad acarrea una continua y exigente preparaci¨®n f¨ªsica¡± y celebra que se hayan modificado las marcas por raz¨®n de sexo, as¨ª como la eliminaci¨®n de la altura en las pruebas de ingreso. Sobre esta profesi¨®n tradicionalmente masculinizada, la comandante no niega que pueda haber casos particulares de discriminaci¨®n: ¡°Pero no es el m¨ªo¡±. ¡°Nunca he sentido rechazo, ni trato diferente, ni presi¨®n para demostrar mi val¨ªa por ser mujer¡±, afirma.
Ocupaciones feminizadas
Junto a estas mujeres, hay hombres que han recorrido el camino inverso, ejerciendo empleos feminizados. Es el caso de Carlos Castro, uno de los 10 hombres que trabaja como matrona de las 60 con las que cuenta el Hospital Universitario Virgen del Roc¨ªo, de Sevilla. ¡°Tengo normalizado ser una de ellas¡±, admite. No es as¨ª con las pacientes que acuden: ¡°Las hay que se retraen, aunque solo al principio¡±. Asegura que convivir con enfermeras le ha ense?ado ¡°a adaptar sus formas de trabajar para las que los hombres no estamos educados¡± y ha desarrollado ¡°una sensibilidad que ten¨ªa aparcada y que es vital para empatizar con la mujer que llega con dolor¡±. Castro anima a otros hombres: ¡°Ayudar es lo m¨¢s. Saca la mejor versi¨®n de una persona¡±.
Eso mismo opina Ricardo Ayala, que tras la crisis del ladrillo cambi¨® su trabajo en la construcci¨®n por el de cuidador y empleado del hogar. Un trabajo que consigui¨® por la mediaci¨®n de C¨¢ritas, que cada a?o coloca a cerca de 13.000 personas. Aunque ahora est¨¢ en b¨²squeda activa, trabaja en Vitoria como cuidador e interno ¡°porque el cuidado de la persona adulta, al ser mayor, dependiente y vivir solo, incluye limpieza¡±. Ayala declara que no se siente intruso en una profesi¨®n feminizada y se hace valer: ¡°Un hombre tiene m¨¢s fuerza para levantar alfombras o mover muebles¡±. Aconseja a otros hombres ¡°transmitir confianza a los familiares y a la persona a tu cargo¡± para desempe?ar esta ocupaci¨®n.
Tambi¨¦n Dani Zayas trabaja como educador en la Escuela Infantil Tricicle, de San Cugat (Barcelona). Lo hace rodeado de compa?eras, ¡°que no me discriminan y me apoyan¡±. Es de los pocos hombres que integran el sector. El asesor de la Federaci¨®n Nacional de Centros de Educaci¨®n Infantil, Juan Mart¨ªn, se?ala dos motivos: ¡°Baja retribuci¨®n y resistencia de algunos padres a que un hombre atienda a sus beb¨¦s y ni?os¡±. Para Zayas, lo suyo es vocacional. ¡°Hemos sido familia de acogida¡±, dice. Y sostiene que ¡°ni el empleador ni de los padres me han puesto trabas para que me ocupe de los ni?os. Esto va de profesionalidad¡±.
Celebradora de la palabra
Castilla León es con 2.248 la comunidad autónoma con más pueblos de España y donde más se evidencia la despoblación y el envejecimiento. Algo que unido a la pérdida de vocaciones crean el caldo de cultivo perfecto para recibir en el ámbito rural a los celebradores de la palabra. Es el caso de Belén Palomar, que en domingo cambia su profesión de terapeuta social para subirse al púlpito del municipio que le adjudican de los 14 que el párroco de Sepúlveda tiene asignados. “Celebramos misa sin consagración”-explica Palomar.
Su trabajo consiste en dar la homilía, “que escribo bajo la orientación del párroco e interpretar las lecturas del día”. A esta llamada acuden habitantes de pueblos como Castrillo, Urueñas, Sotillo, Villaseca o Navares, cuyas poblaciones oscilan entre 20 y 100 personas, según el INE. “Agradecen este encuentro para rezar juntos y verse con otra gente. Es un servicio a la comunidad y una manera de retomar la participación de la mujer en la Iglesia”, señala la celebradora de la palabra.
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