El problema de la inversi¨®n en Espa?a es su composici¨®n
Nuestra econom¨ªa padece las consecuencias del marcado sesgo del pasado hacia la inversi¨®n inmobiliaria y la menor presencia de los activos ligados al conocimiento, como las TIC, la I+D y otros activos intangibles
Existe acuerdo pr¨¢cticamente un¨¢nime en que la econom¨ªa espa?ola se est¨¢ comportando mejor de lo esperado, y mejor que el resto de sus socios de la UE. Con un solo pero: el comportamiento de la inversi¨®n, considerado negativo por ser la ¨²nica variable macroecon¨®mica que no ha alcanzado todav¨ªa los niveles de 2019. Sin embargo, este no es el rasgo de la inversi¨®n que m¨¢s deber¨ªa preocuparnos, teniendo en cuenta las tres funciones que desempe?a en la econom¨ªa.
La primera es su papel como componente de la demanda agregada, el m¨¢s vol¨¢til y principal responsable del perfil c¨ªclico del PIB. La segunda porque, en el medio y largo plazo, nutre las dotaciones de capital con las que los trabajadores combinan su esfuerzo en la producci¨®n de bienes y servicios. La tercera, porque difunde el progreso t¨¦cnico a trav¨¦s de los nuevos bienes de capital: cuantos menos a?os tiene un activo mayor progreso t¨¦cnico incorpora. Pi¨¦nsese en un m¨®vil de hace cinco a?os y otro de ¨²ltima generaci¨®n.
La valoraci¨®n de la inversi¨®n debe hacerse desde esas tres perspectivas, todas relevantes, y los mensajes de estas pueden no coincidir. Desde la primera ¨®ptica, la de corto plazo, el papel de la inversi¨®n en la recuperaci¨®n del PIB tras la pandemia est¨¢ siendo modesto. La inversi¨®n privada, pese a la recuperaci¨®n reciente no ha alcanzado en 2023 su nivel de 2019, mientras la inversi¨®n p¨²blica se beneficia de las nuevas pol¨ªticas europeas para superar la pandemia, aunque a un ritmo menor al esperado.
Desde la perspectiva del crecimiento econ¨®mico, lo que importa es el esfuerzo inversor (inversi¨®n/PIB) realizado durante periodos prolongados y sus consiguientes efectos sobre las dotaciones de capital por trabajador. Conviene tener en cuenta que la inclusi¨®n de la vivienda como componente de la inversi¨®n plantea un problema conceptual al ser en gran parte adquirida por las familias y prestar las viviendas en propiedad servicios de dif¨ªcil valoraci¨®n. Por eso, el capital residencial suele excluirse cuando se analiza el papel de la inversi¨®n como motor del crecimiento. Seg¨²n el reciente informe de la FBBVA y el Ivie El stock de capital en Espa?a y sus CCAA 1995-2023, la ratio inversi¨®n no residencial (excluida vivienda)/PIB en ese periodo fue, en promedio, del 15,6%, una cifra que supera la de Alemania, Italia, y el Reino Unido. El resultado de esa acumulaci¨®n de inversiones es un capital por hora trabajada en Espa?a elevado. Por tanto, nuestra econom¨ªa no se encuentra especialmente mal dotada de capital productivo, gracias al elevado esfuerzo inversor realizado durante periodos largos de tiempo.
Donde s¨ª tenemos problemas es en la composici¨®n por activos del capital, ya que Espa?a ocupa las ¨²ltimas posiciones en TIC e I+D. La mejora en ese sentido avanza, pero se ha visto frenada -no detenida- por la ca¨ªda de la inversi¨®n padecida durante el periodo 2019-2023 que, sin embargo, no afect¨® a todos los activos por igual. Las mayores ca¨ªdas acumuladas alcanzaron al equipo de transporte (-28,9%), y al equipo de oficina y hardware (-10,9%), afectando al software (-1,3%) en menor medida. En cambio, comunicaciones (+22,2%) e I+D (+14,8%) han crecido a buen ritmo, aunque insuficiente para cerrar la brecha que todav¨ªa nos separa de otros pa¨ªses desarrollados. Por otra parte, la inversi¨®n p¨²blica ha experimentado desde 2019 un crecimiento m¨¢s que notable, el 28,2% acumulado hasta 2023, aunque sigue siendo muy inferior en t¨¦rminos reales (-31,6%) a la de 2007, al ser utilizada como variable de ajuste de las cuentas p¨²blicas durante la Gran Recesi¨®n.
En definitiva, Espa?a no tiene un problema de inversi¨®n ni tampoco de stock de capital insuficiente, pero s¨ª de composici¨®n. Padece las consecuencias del marcado sesgo del pasado hacia la inversi¨®n inmobiliaria y la menor presencia de los activos ligados al conocimiento, como las TIC, la I+D y otros activos intangibles, de vidas medias m¨¢s cortas y mayor capacidad para difundir el progreso t¨¦cnico. Estas carencias se van reduciendo paulatinamente, pero el cambio deseable en la estructura de la inversi¨®n muestra en los ¨²ltimos a?os titubeos que todav¨ªa frenan el crecimiento potencial del PIB y la productividad.
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