Uniformes: la moda que divide a las empresas
M¨¢s de un tercio de las profesiones usa ropa de trabajo. En general por seguridad e higiene, pero tambi¨¦n como imagen de marca. Muchos empleados la rechazan
De las 2.260 profesiones que detalla el cat¨¢logo de ocupaciones del Servicio P¨²blico de Empleo Estatal (SEPE), el 35,5% viste uniforme en el trabajo. Un asunto que acarrea luces y sombras. Obligatorio por motivos de seguridad e higiene, la uniformidad para el empleador supone, adem¨¢s, el refuerzo de la imagen de su marca. Aspecto que ha llevado a m¨¢s de una empresa a los tribunales por denuncias relacionadas con el uso de trajes y corbatas, as¨ª como de zapatos de tac¨®n, maquillajes, faldas o camisetas con publicidad sobre el pecho. ¡°Soy m¨¢s de la diversidad en la vestimenta. Sin embargo, y con...
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De las 2.260 profesiones que detalla el cat¨¢logo de ocupaciones del Servicio P¨²blico de Empleo Estatal (SEPE), el 35,5% viste uniforme en el trabajo. Un asunto que acarrea luces y sombras. Obligatorio por motivos de seguridad e higiene, la uniformidad para el empleador supone, adem¨¢s, el refuerzo de la imagen de su marca. Aspecto que ha llevado a m¨¢s de una empresa a los tribunales por denuncias relacionadas con el uso de trajes y corbatas, as¨ª como de zapatos de tac¨®n, maquillajes, faldas o camisetas con publicidad sobre el pecho. ¡°Soy m¨¢s de la diversidad en la vestimenta. Sin embargo, y con independencia de los sectores que la requieren, la uniformidad es buena como medida para reforzar la identidad de una marca, m¨¢s a¨²n si, como ropa de trabajo, la abona la empresa¡±, se?ala Gerardo Guti¨¦rrez, director general del SEPE.
La ropa de trabajo ¡°ha evolucionado mucho y est¨¢ en auge como uniforme corporativo¡±, aprecia Fernando Montalvo, director comercial del distribuidor de uniformes Camelforme. Entre los motivos, Montalvo se?ala: la calidad ¡°que demanda tejido inteligente¡±, la protecci¨®n ¡°m¨¢s t¨¦cnica y segura¡±, y el dise?o ¡°con un nuevo patronaje para la mujer que se incorpora a empleos masculinizados, como la lectura de contadores o vigilantes del SER¡±. Un auge que tambi¨¦n justifica ¡°porque la identidad de marca se ha convertido en un medio de comunicaci¨®n que habla de la empresa¡±. As¨ª, a los sectores uniformados (industria, seguridad, sanidad, cocina, limpieza, peluquer¨ªa y est¨¦tica) se suma ¡°la explosi¨®n de franquicias en hosteler¨ªa y restauraci¨®n, el uso del pijama en el servicio dom¨¦stico o el negocio inmobiliario¡±, dice Montalvo.
Es el caso de Tecnocasa. ¡°En el sector somos los corbata verde, un elemento insignia que nos uniforma¡±, destaca Nuria Gim¨®, desde el departamento de Comunicaci¨®n. Tambi¨¦n en la Inmobiliaria Eduardo Molet ¡°todos los empleados visten con chaqueta roja corporativa porque ver a alguien uniformado infunde confianza al cliente que te da a vender su casa¡±, indica su director general, Eduardo Molet.
A pesar de sus ventajas: protecci¨®n, aparente profesionalidad, identidad, confianza, pertenencia al grupo o diferenciaci¨®n de la competencia, la uniformidad tiene un lado oscuro. Adem¨¢s de p¨¦rdida de la individualidad, posible falta de comodidad o cierta estigmatizaci¨®n, el uniforme genera una ristra de sanciones y sentencias entre las que se llevan la palma las relativas a discriminaci¨®n por raz¨®n de sexo.
Algo que choca de plano con los derechos recogidos en el Estatuto de los Trabajadores (ET) (art¨ªculo 4.2 e) y en la Constituci¨®n (art¨ªculo 18.1) relativos al honor, la intimidad, dignidad y propia imagen. En esta l¨ªnea, una sentencia pionera del Tribunal Supremo de 2011, a favor de unas enfermeras que denunciaron a la Cl¨ªnica San Rafael de C¨¢diz, ¡°supuso una aut¨¦ntica revoluci¨®n y cre¨® escuela¡±, en palabras de Max Arias, socio del ?rea Laboral de Crowe. ¡°En el marco de la Ley Org¨¢nica de Igualdad 2007, el Supremo vio discriminaci¨®n por raz¨®n de sexo hacia un colectivo de enfermeras obligado a vestir falda, delantal, cofia y medias, a diferencia del pijama sanitario de los enfermeros¡±, destaca el abogado. Y a?ade: ¡°Aquellos magistrados tuvieron que hacer un trabajo ¨ªmprobo para que el sector empresarial comenzase a tomar conciencia de la necesidad de aplicar una correcta perspectiva de g¨¦nero en esta materia¡±.
Rimel y tacones
Adem¨¢s del personal sanitario femenino, las auxiliares de a bordo en compa?¨ªas ferroviarias, mar¨ªtimas o aeron¨¢uticas y las camareras son las profesionales que suman mayor n¨²mero de denuncias por discriminaci¨®n. Como las tripulantes de cabina de Vueling, a las que la aerol¨ªnea exig¨ªa como ¡°requerimientos est¨¦ticos¡± el uso de maquillaje, rimel y zapatos de tac¨®n. La Inspecci¨®n de Trabajo de la Generalitat sancion¨® con 30.000 euros a la compa?¨ªa, que acept¨® retirar y reformular su c¨®digo de vestimenta para ¡°ofrecer opciones m¨¢s inclusivas, como el zapato plano¡±, resalta Max Arias. ¡°Donde antes ve¨ªamos glamur, hoy consideramos riesgo laboral innecesario moverse en un avi¨®n con zapatos de ocho cent¨ªmetros de tac¨®n¡±, zanja.
En esta misma l¨ªnea, otra sentencia reciente del Juzgado de lo Social n¨²mero 4 de Barcelona orden¨® a la empresa Aleman Product a readmitir e indemnizar con 6.251 euros por da?os morales a una camarera que fue despedida por negarse a trabajar con un c¨®digo de vestimenta que exig¨ªa poca ropa (bragas, culotte y sujetador).
Adem¨¢s de esta discriminaci¨®n por g¨¦nero, la obligatoriedad es otro de los puntos calientes en la uniformidad. Aunque el ET no dice nada al respecto, el empleador es quien puede exigirlo y ha de contemplarlo as¨ª en el contrato. Tambi¨¦n puede ser requerido por convenio colectivo o acuerdo sectorial. Sobre su adquisici¨®n, Jos¨¦ Luis Perea, director de la asesor¨ªa Perea Global, lo deja claro: ¡°Si la empresa requiere uniforme, tiene que abonarlo. Es ilegal cobr¨¢rselo al trabajador¡±.
El Tribunal Supremo ha dado recientemente la raz¨®n a Sicor Seguridad El Corte Ingl¨¦s, que obliga a sus trabajadores a usar corbata tambi¨¦n en verano. Algo que no atenta contra la dignidad de los trabajadores, seg¨²n el alto tribunal, al exigirlo en el interior de un centro comercial con aire acondicionado. Tambi¨¦n el Tribunal de Justicia de Madrid fall¨® a favor de la empresa que despidi¨® a un comercial de un concesionario que se present¨® a trabajar con camiseta deportiva, pantal¨®n vaquero y zapatillas de deporte al estimar que, cuando se trabaja como comercial, se aceptan determinados c¨®digos de indumentaria, incluso sin que exista un acuerdo escrito.
Gasto deducible
Profesionales de banca, consultoras o despachos de abogados requieren un código de vestimenta que también es objeto de denuncia. Como la que ganó un abogado (2905/2023) cuando el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña le dió la razón para desgravarse fiscalmente la factura de un traje hecho a medida (1.524 euros) y dos corbatas (223 euros) por considerarlos “casi indispensables” para su trabajo. “Desgravan los uniformes, así como el vestuario de trabajo siempre que se demuestre ante la Agencia Tributaria que es un gasto vinculado al ejercicio profesional”, señala el director de la asesoría Perea Global, José Luis Perea. “Este gasto se deduce aportando factura en la declaración del IVA, a través del IRPF en la Renta o en el impuesto de sociedades”, añade.
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