Lula le declara la guerra al jefe del Banco Central
El presidente de Brasil acusa a la autoridad monetaria de boicotearle con la tasa de inter¨¦s al 10,5% y ya tiene un favorito para sustituir a Campos Neto
Desde que regres¨® por tercera vez al poder en Brasil, el presidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva, 78 a?os, nunca ha ocultado su desconfianza hacia el presidente del Banco Central. ¡°En mi opini¨®n, trabaja mucho m¨¢s para perjudicar al pa¨ªs que para ayudarlo¡±, declar¨® el antiguo obrero metal¨²rgico y sindicalista al d¨ªa siguiente de que la entidad decidiera, en junio, mantener las tasas de inter¨¦s al 10,5%, interrumpiendo una temporada de bajadas. Su animadversi¨®n hacia Roberto Campos Neto, 55 a?os, un economista de familia de banqueros (de ah¨ª el nieto de su nombre) y formado en Estados Unidos, no ha dejado de aumentar con sucesivos episodios de ataques frontales. En ocasiones, Lula se refiere a ¨¦l como ¡°ese ciudadano¡± o ¡°ese chaval¡± al que acusa de ¡°estar sometido al mercado¡±.
Campos Neto fue nombrado para el puesto por el ultraderechista Jair Bolsonaro en 2019 y su mandato termina a finales de diciembre pr¨®ximo. La autonom¨ªa del jefe de la autoridad monetaria brasile?a est¨¢ blindada desde 2021 por una ley que establece mandatos de cuatro a?os que no coinciden con los presidenciales.
El principal reproche del presidente Lula al jefe del Banco Central es que mantiene el precio del dinero demasiado caro con una inflaci¨®n que ¨¦l considera bajo control y que eso entorpece sus planes de movilizar el cr¨¦dito para reactivar el consumo y que la econom¨ªa crezca a mayor ritmo. La inflaci¨®n acumulada de los ¨²ltimos 12 meses es del 2,97%. Tambi¨¦n le irrita lo que considera una cercan¨ªa excesiva del alto cargo al bolsonarismo. El afectado mantiene la discreci¨®n, se ha limitado a decir que esas declaraciones complican la tarea del banco.
¡°No puede ser que este ciudadano tengo un mandato con m¨¢s poder que el presidente de la rep¨²blica¡±, se quej¨® este 1 de julio el jefe del Estado en una entrevista. Los continuos y expl¨ªcitos ataques personales al Banco Central, unidos a los nervios en EEUU por las perspectivas de un segundo mandato de Donald Trump y las dudas sobre las cuentas p¨²blicas brasile?as, han disparado el d¨®lar respecto al real, que cerr¨® el lunes a 5,63 reales y ha subido m¨¢s del 12,5% en lo que va de a?o. Lula lo atribuye a especulaci¨®n contra la moneda brasile?a.
Lula no ve el momento de relevar a Campos Neto. Y lo proclama a los cuatro vientos. ¡°Cuando yo tenga que elegir al presidente del Banco Central, ser¨¢ una persona madura, experimentada, responsable, alguien que respete el cargo que ocupa y que no se someta a las presiones del mercado, sino que haga trabaje en favor del inter¨¦s de 203 millones de brasile?os¡±. Incluso tiene ya un favorito, Gabriel Gal¨ªpolo, 39 a?os, un economista que ya presidi¨® un banco privado y al que el actual Gobierno nombr¨® para la direcci¨®n del Banco Central. Gal¨ªpolo, presentado en la prensa brasile?a como un heterodoxo moderado, es m¨¢s partidario de reducir el precio del dinero.
Al izquierdista Lula le revienta eso de que el mercado le marque el paso. En mayo ces¨® al presidente de Petrobras, nombrado por ¨¦l mismo, para sustituirlo por una veterana de la casa que conf¨ªa en que le escuchar¨¢ con m¨¢s atenci¨®n. Magda Chambriard, el octavo ejecutivo de la petrolera en ocho a?os, es m¨¢s af¨ªn a la idea de Lula de que los beneficios de la mayor empresa de Brasil, de capital mixto, deben ser distribuidos entre los brasile?os antes de llenar los bolsillos de los inversores. La prensa brasile?a apunta a que el fundador del PT tambi¨¦n quisiera alguien m¨¢s af¨ªn al frente de otra de las grandes, la minera Vale.
No es que Lula est¨¦ en contra de empresarios y banqueros. Ni mucho menos. En sus primeros Gobiernos, los ricos tambi¨¦n hicieron much¨ªsimo dinero porque todos en Brasil prosperaron. La clase media aument¨® y gast¨® como nunca. La prioridad absoluta de Lula es esa gran mayor¨ªa de brasile?os que trabaja hasta la extenuaci¨®n para llegar a fin de mes y darse un capricho de vez en cuando. ¡°?Ustedes se creen que yo quiero un pa¨ªs como Rusia? ?Como Cuba? No, yo quiero un pa¨ªs con el nivel de vida de Suecia, Dinamarca o Alemania. Ese es el pa¨ªs con el que sue?o para la clase obrera brasile?a¡±, afirm¨® a finales de junio. La promesa de d¨¦ficit cero le deja escaso margen de maniobra mientras la deuda p¨²blica aumenta. Ya alcanza el 74% del PIB. Ante las cr¨ªticas, Lula suele compararla con la de Espa?a o Francia, no con otros pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo.
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