Se acaba la moratoria contable para las empresas en p¨¦rdidas por la covid
La medida que se aprob¨® tras la pandemia y salv¨® a muchos grupos expira el 31 de diciembre
Una pesada losa que arrastran desde hace a?os. Para muchas empresas, eso son las p¨¦rdidas generadas durante la pandemia. Algunas optaron por la disoluci¨®n, pero otras se agarraron a un salvavidas legal creado en plena crisis para ayudarlas a seguir levantando la persiana cada d¨ªa. Se trata de la moratoria contable o moratoria societaria, un instrumento que les ha permitido esquivar esta causa de disoluci¨®n que contempla la ley, a pesar de los n¨²meros rojos que figuran en los libros contables de los peores a?os de la covid, 2020 y 2021. De este modo, compa?¨ªas de la hosteler¨ªa, el comercio, el turismo, la construcci¨®n o la automoci¨®n han podido funcionar como si esos deterioros no existieran y tambi¨¦n han contado con tiempo extra para intentar recuperarse de los desequilibrios en sus balances. Pero esta ¡°ficci¨®n¡± contable, como la califican los expertos, termina el 31 de diciembre de 2024.
Para evitar una hecatombe econ¨®mica y empresarial por las restricciones del coronavirus, en 2020 el Gobierno puso en marcha dos medidas de alto impacto: una moratoria concursal, que finaliz¨® en junio de 2022, y una moratoria societaria o contable. El Real Decreto-ley 20/2022, de 27 de diciembre, ampli¨® los efectos de esta ¨²ltima hasta el cierre de 2024 con el fin de apoyar a las empresas que, antes de la crisis y en condiciones normales, ten¨ªan capacidad para asumir sus obligaciones y seguir funcionando. ?El objetivo? Que el par¨®n econ¨®mico no truncara su viabilidad.
¡°La moratoria ha permitido a las empresas en dificultades econ¨®micas mejorar su estabilidad financiera en un contexto de recuperaci¨®n y facilitar el proceso de reestructuraci¨®n empresarial sin la presi¨®n de tener que mostrar viabilidad o solvencia en el corto plazo¡±, explica Victoria Vilar, socia de fusiones y adquisiciones de Zadal. Adem¨¢s, les ha dado m¨¢s margen para planificar a largo plazo, adaptarse a las nuevas condiciones del mercado y, en los escenarios m¨¢s optimistas, acometer innovaciones y mejoras. Gracias a ella, las empresas han podido obviar los deterioros registrados en los ejercicios m¨¢s duros para acogerse a la opci¨®n de eludir la causa legal de disoluci¨®n si su patrimonio neto quedaba por debajo de la mitad de su capital social. Y es que, si una empresa llega a este punto, la Ley de Sociedades de Capital obliga a los administradores a convocar una junta en los dos meses siguientes para decidir si ponen punto final a la actividad de la compa?¨ªa o si adoptan medidas para sacar a flote el negocio.
No es que no existan las p¨¦rdidas, porque est¨¢n ah¨ª y figuran en el balance, pero se act¨²a como si no existieran, aclara Juan D¨ªaz Hidalgo, socio de mercantil de Eversheds Sutherland. El abogado cuenta que en estos a?os muchas empresas que no lograron remontar el vuelo optaron por no alargar la agon¨ªa y echaron el cierre. Y, en todo caso, advierte de que ¡°las empresas han tenido que seguir haciendo su contabilidad. Si en 2022 y 2023 la situaci¨®n se segu¨ªa deteriorando, con esos n¨²meros ya tendr¨ªan que haber ido a la causa de disoluci¨®n porque no todas las empresas se acogieron a la moratoria, no era obligatorio¡±.
Un bal¨®n de ox¨ªgeno
Algunas han logrado recuperarse a niveles previos de la covid en estos ¨²ltimos ejercicios. ¡°En algunos casos, el paso del tiempo ha evidenciado que se trataba de p¨¦rdidas meramente coyunturales¡±, explica Victoria Vilar, que se?ala que, en estos a?os, incluso en el mercado de fusiones y adquisiciones, ha sido habitual no tener en cuenta los resultados de 2020 y 2021 en la valoraci¨®n de la compa?¨ªa objeto de una operaci¨®n.
Pero otras empresas est¨¢n en el l¨ªmite. ¡°Las que hayan tenido un desempe?o negativo a posteriori, es muy probable que hayan ido a concurso. Y las empresas que podr¨ªan estar en la cuerda floja son casos muy concretos¡±, advierte Manuel Garc¨ªa-Villarrubia, socio de concursal de Ur¨ªa. Los especialistas creen que no deber¨ªa haber grandes sorpresas y que, a estas alturas, con los balances contables sobre la mesa, el panorama deber¨ªa estar m¨¢s o menos claro para los administradores.
La moratoria toca algo muy sensible: la responsabilidad de los administradores. En n¨²meros rojos, ¡°si no convocan la junta en dos meses para adoptar decisiones, habr¨ªa responsabilidad solidaria de los administradores y tendr¨¢n que responder con su patrimonio personal. Con esto se crea un incentivo para que sean diligentes al adoptar las medidas¡±, se?ala Juan D¨ªaz Hidalgo. Precisamente el principal beneficio de ambas moratorias ha sido poner en estado de hibernaci¨®n esta responsabilidad.
Hay coincidencia en que, en los dos ejercicios anteriores a este 2024, ha habido una suerte de depuraci¨®n natural de negocios inviables, que se han disuelto, y tambi¨¦n de empresas en dificultades para afrontar sus deudas, por ejemplo, casos de sociedades que no estaban en desequilibro patrimonial, pero que s¨ª se encontraban en situaci¨®n de concurso.
El impacto del fin de la moratoria apenas se notar¨¢ en grandes empresas y multinacionales, pero las pymes lo pueden tener m¨¢s dif¨ªcil. ¡°Al final, la econom¨ªa real es la que funciona. Esto es una ficci¨®n que puede haber ayudado, pero la realidad se impone. Una cosa es el desbalance patrimonial, pero la mayor¨ªa de las empresas mueren por falta de liquidez¡±, concluye Juan D¨ªaz Hidalgo. Ahora es el momento de revisar las cuentas para saber si la situaci¨®n es cr¨ªtica. ¡°El administrador debe saber ahora, con los datos disponibles y los constatados contablemente, si la carroza se va a convertir en calabaza y determinar las medidas que puede adoptar ¡°, explica Manuel Garc¨ªa-Villarrubia, que recalca que los directivos de las empresas deben ser diligentes si ven que la empresa no remonta. El tiempo se agota.
Toma de decisiones
Cuanto antes se adopten decisiones para reflotar la empresa, mucho mejor. El calendario apremia. “Octubre es un buen momento para tener un margen y decidir qué se va a hacer: aportación de fondos de los socios, búsqueda de un inversor que traiga capital… Encontrar financiación lleva su tiempo”, advierte Manuel García-Villarrubia, socio de Uría. “Tienen que conocer las medidas que pueden adoptar para salvarse: un aumento del capital, una reducción para ajustar el patrimonio neto, o cerrar préstamos participativos del socio y que computen como patrimonio neto”, propone Juan Díaz Hidalgo, socio de Eversheds Sutherland.
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