Las nuevas familias desplazan a las tradicionales, pero la econom¨ªa no se ha dado cuenta
Los hogares monoparentales y sin hijos son mayor¨ªa y van a cambiar las pautas de trabajo y de consumo. Es necesario actualizar el sistema de protecci¨®n social para responder a sus necesidades
La familia ya no es lo que era. Si Alberto Closas y Amparo Soler Leal, los protagonistas de la saga cinematogr¨¢fica sesentera La gran familia, levantaran la cabeza, comprobar¨ªan que el n¨²cleo que ellos formaron con 15 hijos hoy es una utop¨ªa. Porque la natalidad se encuentra bajo m¨ªnimos (el 45% de los hogares carecen de ni?os) y la familia tradicional ha ...
La familia ya no es lo que era. Si Alberto Closas y Amparo Soler Leal, los protagonistas de la saga cinematogr¨¢fica sesentera La gran familia, levantaran la cabeza, comprobar¨ªan que el n¨²cleo que ellos formaron con 15 hijos hoy es una utop¨ªa. Porque la natalidad se encuentra bajo m¨ªnimos (el 45% de los hogares carecen de ni?os) y la familia tradicional ha dejado de ser mayoritaria en Espa?a. El ¨²ltimo censo, de 2021, ha mostrado que los hogares constituidos por dos padres heterosexuales con hijos suman s¨®lo el 48% del total, frente al 58% de 2001 o el 65% de 1990. Algo que no s¨®lo ocurre en nuestro pa¨ªs sino en la mayor¨ªa de Occidente. En Estados Unidos, por ejemplo, las familias nucleares representaban el 70% del total en 1970, mientras que en 2021 s¨®lo eran el 18%, seg¨²n Mauro Guill¨¦n, vicedecano de Wharton School.
En su lugar, crecen con fuerza otros modelos familiares, como los hogares monoparentales o las familias reconstituidas (parejas formadas con hijos de uniones anteriores). Estas ¨²ltimas suman 2,7 millones y representan el 14% del total de hogares, cuando en 2011 apenas eran el 3%, indica Amaia Echevarr¨ªa, directora de la Uni¨®n de Asociaciones Familiares (UNAF), mientras que hay otros dos millones de familias monoparentales. Juntando las parejas sin hijos y las familias monoparentales superan el 51% de las estructuras familiares en Espa?a; son m¨¢s de 5,8 millones en total, seg¨²n los datos del INE.
¡°Los cambios en la composici¨®n del hogar en Espa?a son muy importantes. Las tres cuartas partes no tienen menores a su cargo y los hogares unipersonales se han multiplicado del 3% al 14% entre 1980 y 2022. Esto tiene consecuencias econ¨®micas y sociales muy relevantes¡±, mantiene Olga Cant¨®, catedr¨¢tica de Econom¨ªa en la Universidad de Alcal¨¢. Desde luego, dice, tener menos hijos dependientes favorece que las familias puedan vivir con menos recursos, otra cosa son las implicaciones para la sociedad: ¡°Vamos a sociedades m¨¢s individualistas y ego¨ªstas, en las que se facilitar¨¢ la situaci¨®n econ¨®mica de los j¨®venes, con tasas de desempleo menores, pero se dificultar¨¢ cuando envejezcan, puesto que el sistema de pensiones se va a resentir. Y vamos hacia una sociedad insatisfecha porque la gente manifiesta que quiere tener hijos y no los tiene¡±.
Espa?a es el segundo pa¨ªs de Europa con la tasa de fecundidad m¨¢s baja por detr¨¢s de Malta, con 1,16 hijos por mujer, destaca Cristina Casaseca, subdirectora general de Estad¨ªsticas Demogr¨¢ficas del INE. La menguada natalidad se traduce en una reducci¨®n del crecimiento del PIB, explica Omar Rachedi, profesor del departamento de Econom¨ªa de Esade. Si entre 1990 y 2019 Espa?a creci¨® una media del 2% anual, Estados Unidos (con 1,67 hijos por mujer) lo hizo a ritmos del 2,6%. ¡°La productividad por persona es inferior, se produce menos y esto es un determinante que explica el inferior crecimiento econ¨®mico. Y la tendencia puede ir a m¨¢s¡±, avisa. No solo eso, una sociedad sin hijos y que envejece a pasos agigantados supone una merma de la productividad y tambi¨¦n de la innovaci¨®n, a?ade.
Sin acci¨®n
¡°El cambio en la tipolog¨ªa de familia va a tener implicaciones muy profundas en la econom¨ªa¡±, coincide Raymond Torres, director de Coyuntura de Funcas, que considera que la diversidad familiar va a llevar a una diversificaci¨®n de las pautas de trabajo, de vida y de consumo, adem¨¢s de impactar en las pensiones y en la protecci¨®n social. Y va a requerir actuaciones diferentes a las actuales por parte de los gobiernos que, de momento, no est¨¢n respondiendo a los cambios. ¡°Los gobiernos van a rebufo de la realidad. Tendr¨¢n m¨¢s ¨¦xito aquellos que dispongan de mecanismos de escucha para detectar las transformaciones sociales y reaccionar ante ellas¡±, prev¨¦. Y lo mismo opina de las empresas, que tampoco est¨¢n reaccionando: ¡°Si no integran la diversidad pueden tener problemas de rentabilidad, el mercado puede penalizar su comportamiento continuista¡±. Y lo mismo opina de las empresas, que tampoco est¨¢n actuando: ¡°Si no integran la diversidad pueden tener problemas de rentabilidad, el mercado podr¨ªa penalizar su comportamiento continuista¡±.
Las familias monoparentales tienen un peso creciente en la sociedad (han pasado del 14,8% de los hogares en 2001 al 23% actual). Representan una revoluci¨®n silenciosa, prosigue Torres. Y sus necesidades son muy distintas a las de las familias tradicionales. ¡°En Holanda s¨ª que se est¨¢n incorporando dispositivos sofisticados dirigidos a ellas en materia de horarios, conciliaci¨®n, guarder¨ªas, tributaci¨®n y prestaciones sociales. Pero en Espa?a no¡±.
Y esta carencia de ayudas se est¨¢ traduciendo ya en un aumento de la desigualdad. Las familias con una madre e hijos a su cargo (los padres solo son el 23% del total de familias monoparentales) tienen un riesgo de pobreza y exclusi¨®n social mucho m¨¢s severo que el resto, del 52,7% frente al 20,2% de la poblaci¨®n general. Porque, como dice Rachedi, cuando se constituyen dos n¨²cleos familiares tras una separaci¨®n o divorcio se produce una p¨¦rdida de rendimientos de escala: no gasta lo mismo una familia de dos o tres personas, con cada miembro adicional de la familia se produce un ahorro del 30%, que se pierde cuando la pareja se divide y se crean dos hogares.
A Ant¨®n Costas, presidente del Consejo Econ¨®mico y Social (CES), le preocupa mucho el aumento de los ni?os viviendo en familias monoparentales y de acogida porque va a incrementar notablemente la desigualdad, anticipa, ya que las familias tradicionales dedican m¨¢s tiempo y recursos a sus hijos, ¡°a los que hemos convertido en ni?os trofeo¡±, para que tengan una trayectoria de ¨¦xito en su educaci¨®n y su futuro. ¡°Invierten mucho en formaci¨®n, algo que no pueden permitirse las familias monoparentales y eso tiene efectos a largo plazo al acentuar las desigualdades¡±, sostiene.
La segunda consecuencia de esta situaci¨®n es un incremento de las cargas para el Estado, contin¨²a Costas, a quien los padres transfieren la responsabilidad de la educaci¨®n de sus hijos. Y lo mismo sucede con las familias sin descendientes, que precisar¨¢n de m¨¢s apoyo por parte de los servicios p¨²blicos cuando se hagan mayores y necesiten de cuidados en la medida en que carecen de hijos que puedan proporcion¨¢rselos.
Las familias sin hijos, que en 2001 supon¨ªan el 27,2% de los hogares, hoy representan el 28,2%, tras un descenso de cuatro puntos en los ¨²ltimos diez a?os que est¨¢ motivado porque cada vez se crean menos parejas al retrasarse la edad de emancipaci¨®n, indica Casaseca. Los expertos se?alan que problemas de acceso a la vivienda y al empleo de calidad est¨¢n detr¨¢s de esta situaci¨®n, que deriva en la ¨ªnfima natalidad espa?ola. La subdirectora del INE explica que, si hay un grupo que contribuye a que haya ni?os en Espa?a, esas son las familias migrantes. Otros grupos que tambi¨¦n est¨¢n aumentando notablemente. Mientras que las mujeres espa?olas tienen 1,12 hijos de media, las nacidas en el extranjero tienen 1,35: ¡°Casi el 30% de los nacimientos son de mujeres migrantes, cuando el colectivo s¨®lo supone el 17% de la poblaci¨®n de mujeres¡±, indica.
¡°La inmigraci¨®n est¨¢ dejando una huella muy profunda en la sociedad y va a requerir grandes esfuerzos de las administraciones para evitar el rechazo y realizar la integraci¨®n. Es una cuesti¨®n monumental que va a tener un enorme impacto en toda Europa y en toda la econom¨ªa¡±, sostiene Raymond Torres.
Tolerancia
Un asunto que tampoco est¨¢ resuelto en Espa?a, un pa¨ªs que se ha mostrado muy tolerante con la diversidad. ¡°Con una ley del divorcio ampliamente aceptada, con el reconocimiento de las parejas de hecho, la aprobaci¨®n del matrimonio y la posibilidad de tener hijos de las parejas del mismo sexo: la diversidad se ha alcanzado de manera m¨¢s acelerada que en otros pa¨ªses¡±, aprecia la subdirectora del INE. A d¨ªa de hoy las parejas de hecho son el 16% del total y las homosexuales registradas representan un 1%. Aunque su crecimiento tambi¨¦n es imparable, porque cada vez existe m¨¢s variedad de pactos privados, ¡°perdemos seguridad [al haber menos matrimonios], pero ganamos felicidad¡±, manifiesta Luis Ayuso, catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa en la Universidad de M¨¢laga y autor de La gesti¨®n de la intimidad en la sociedad digital: parejas y rupturas en la Espa?a actual.
Sin embargo, las herencias o las pensiones se gestaron cuando estas estructuras a¨²n no eran legales. Y se encuentran en inferioridad de condiciones frente a las familias tradicionales. Igual que ocurre con las parejas de hecho o con las familias monoparentales. De ah¨ª que expertos como el director de Coyuntura de Funcas consideren que todo el sistema de prestaciones sociales tiene que actualizarse.
¡°Los apoyos a las familias siguen siendo rid¨ªculos. Las comunidades aut¨®nomas no se toman en serio el papel de esta instituci¨®n social¡±, afirma Luis Ayuso, que considera que hacen falta pol¨ªticas familiares porque la familia es rentable socialmente. Y pone como ejemplo las reducciones de jornada, que convienen a las empresas, puesto que en menos tiempo se realiza el mismo trabajo. ¡°Hay que repensar los servicios sociales. Y tener en cuenta el envejecimiento de la poblaci¨®n¡±, asevera.
El Gobierno est¨¢ tramitando la Ley de Familias, un proyecto que se retrasa y que, seg¨²n todos los expertos consultados, es tan solo una legislaci¨®n de m¨ªnimos. ¡°La ley pretende dar respuesta a los nuevos modelos de familia que pueden ser m¨¢s vulnerables y aumentar la tasa de natalidad¡±, se?ala la directora de UNAF. ¡°Pod¨ªa ser m¨¢s ambiciosa porque todav¨ªa hay muchos permisos que no son remunerados y que duran poco tiempo. Pero consideramos que se est¨¢n dando pasos al visibilizar las nuevas estructuras familiares y que los permisos que introduce van a mejorar la conciliaci¨®n¡±, agrega Amaia Echevarr¨ªa.
Dilaci¨®n de la norma
A Carmen Flores, presidenta de la Federaci¨®n de Asociaciones de Madres Solteras (FAMS), le preocupa la dilaci¨®n que est¨¢ sufriendo la aprobaci¨®n de la norma. ¡°Estamos enfadadas y desesperadas porque se sigue prorrogando desde marzo el periodo de enmiendas¡±, asegura. A su juicio, la ley acreditar¨¢ a las familias monoparentales y apoyar¨¢ la crianza, poniendo a este colectivo de mujeres con dos hijos al nivel de las familias numerosas, que cuentan con su propia regulaci¨®n, y evitando la discriminaci¨®n que sufren, dice. No obstante, el 70% de las familias monoparentales tienen un hijo, advierte. ¡°Si no se aprueba la Ley de Familias podr¨ªa implementarse una de medidas urgentes porque la capacidad econ¨®mica de las familias monoparentales es cada vez peor con la crisis y la escalada de los precios de la vivienda. Sus posibilidades de ahorro son cero. Y no tienen facilidad de acceso a becas, colegios, tasas universitarias... y tambi¨¦n pagan un 13% m¨¢s de impuestos. Hacienda les desgrava 2.150 euros por hijo frente a los 3.400 euros de las familias biparentales¡±, aprecia.
Claro que la normativa no entra en asuntos transversales como el acceso a la vivienda o al empleo de calidad. ¡°Hay que abordar ambas cosas si queremos m¨¢s nacimientos en Espa?a¡±, prosigue Echevarr¨ªa.
El problema no es balad¨ª. Se necesita m¨¢s gasto p¨²blico para atender a los nuevos colectivos familiares. Seg¨²n el OCDE, el gasto dedicado a las familias se ha incrementado desde un 1,1% del PIB hasta el 1,3% entre 2001 y 2019. Aunque en este periodo el aumento del n¨²mero de hogares ha sido del 31%, muy por encima, en opini¨®n de Rachedi, que se?ala que la media en los pa¨ªses de la organizaci¨®n est¨¢ en un 2,1%. El experto lo pone en relaci¨®n con el gasto dirigido a los mayores, que la organizaci¨®n dice que ha evolucionado del 6,6% al 7,7% del PIB en el mismo periodo.
Seg¨²n el profesor de Esade, para paliar la vulnerabilidad de las nuevas familias tendr¨ªa que haber guarder¨ªas gratis de 0 a 3 a?os (especialmente para las monoparentales) y desgravaciones en el IRPF. ¡°El sistema impositivo en Espa?a y en muchos otros pa¨ªses se cre¨® para las familias tradicionales, a las que otorga beneficios. Y esto debe modificarse¡±, aprecia Raymond Torres, que suma a las dos medidas anteriores facilitar el acceso al empleo y a la vivienda, as¨ª como mejorar la conciliaci¨®n.
Olga Cant¨® considera que en Espa?a no hay pol¨ªticas familiares, ¡°aqu¨ª tener un hijo es un bien de lujo y no existe apenas diferencia ni en la tributaci¨®n ni en las prestaciones sociales entre las familias con y sin hijos¡±, afirma. La catedr¨¢tica de la Universidad de Alcal¨¢ aboga por implementar algunas medidas que ha puesto en marcha otros pa¨ªses. ¡°Deber¨ªamos copiar a los pa¨ªses que tienen ayudas universales, ayudas focalizadas y ventajas fiscales por renta, como ocurre en Alemania o Francia¡±, asegura. En este ¨²ltimo Estado, el tercer hijo reduce notablemente los impuestos.
Y contin¨²a: En Polonia, por ejemplo, existen importantes prestaciones para el coste de la crianza y una pol¨ªtica muy potente contra la pobreza infantil, que se ha reducido mucho. Al contrario de lo que ha ocurrido en Suecia, donde las prestaciones no han cambiado en los ¨²ltimos a?os, y se ha duplicado del 5% al 10%.
Nuria Chinchilla, directora del Centro Internacional de Trabajo y Familias de IESE Business School, est¨¢ de acuerdo en que en Espa?a no hay pol¨ªtica de familia. ¡°Se prima al individuo¡±, afirma, ¡°y la familia debe de ser el centro de decisi¨®n de las pol¨ªticas p¨²blicas porque es la instituci¨®n que ofrece las habilidades y competencias a los ni?os para ser buenos ciudadanos y trabajadores¡±.
¡°El Estado debe facilitar guarder¨ªas gratis y apoyar a las empresas para implantar medidas de flexibilidad¡±, opina. Y como Cant¨®, sugiere replicar medidas desarrolladas en otros pa¨ªses: como la prestaci¨®n universal de 200 euros por hijo hasta los 18 a?os de Polonia (que ha sido el Estado de la UE que m¨¢s ha reducido la pobreza infantil desde que la puso en marcha), los pr¨¦stamos a la vivienda a muy bajo inter¨¦s de Hungr¨ªa (que se reducen en familias con hijos y no se devuelven a partir de 3 hijos), el cheque de servicios universal para reducir en la declaraci¨®n de la renta todos los gastos relacionados con el cuidado infantil y el cociente familiar de Francia, que supone dividir los ingresos entre los miembros de la familia para calcular el IRPF. ¡°Lo importante son las medidas integrales, que se implementen con consenso social y que se mantengan en el tiempo¡±.
Pareja sin hijos / Sonia P¨¦rez e Iv¨¢n Alc¨¢ntara: ¡°Hay que facilitar la reproducci¨®n asistida¡±
Las razones detr¨¢s del aumento de las parejas sin hijos son m¨²ltiples y dependen de la edad. Para los que tienen entre 30 y 34 a?os mandan las dificultades de acceso a la vivienda y a un sueldo digno. Entre esa edad y los 39 la causa m¨¢s habitual es no encontrar pareja. Y a partir de los 40 los problemas de fertilidad, cuenta el soci¨®logo Luis Ayuso. El 10% de los nacimientos se producen por reproducci¨®n asistida, una cifra que va en aumento porque cada vez se retrasa m¨¢s la edad de tener hijos, se?ala Gloria Labay, matrona que lidera el proyecto La vida sin hijos, un espacio que sirve para acompa?ar en el duelo a las mujeres que no han podido ser madres.
Sonia P¨¦rez, de 47 a?os, a¨²n no se explica por qu¨¦ no ha podido cumplir su sue?o de ser madre. ¡°He tenido que aceptarlo¡±, dice. En 2015 se qued¨® embarazada por primera vez. Y tuvo el primero de sus tres abortos espont¨¢neos. Tras superar los tres tragos, ¡°que son dur¨ªsimos¡± y reci¨¦n cumplidos los 40, decidi¨® junto a su marido someterse a pruebas para detectar qu¨¦ fallaba. Parec¨ªa que todo estaba bien. Y optaron por la fecundaci¨®n in vitro en una cl¨ªnica privada ¡°porque en la Seguridad Social el tope son los 40 a?os y hay listas de espera de dos o tres¡±. Fueron a una primera cl¨ªnica, que no les gust¨®, pero s¨ª la segunda. Cuando iban a iniciar el tratamiento ¨¦l enferm¨® y fue operado de urgencia. Pararon hasta que se recuper¨®. Lo intentaron en 2019 y no funcion¨®. ¡°Otro jarro de agua fr¨ªa¡±. Y en 2020, con la misma mala suerte. ¡°Casi seis a?os despu¨¦s de empezar con un proceso que arrasa con tu salud mental y f¨ªsica, ca¨ª en picado¡±, recuerda Sonia. Entonces, tras contemplar opciones y hablarlo mucho, decidieron parar por su salud mental. ¡°Y lleg¨® el momento m¨¢s duro, el del duelo, no solo por los tres hijos perdidos y los dos intentos, sino por truncarse el proyecto de vida que hab¨ªas pensado para ti¡±. Derrota, sentimiento de culpabilidad y entre 10.000 y 12.000 euros de coste, ¡°nos nos hemos parado a calcularlo exactamente, pero es car¨ªsimo¡±. Fueron a terapia.
La pareja tuvo que lidiar con la incomprensi¨®n de su entorno y en el trabajo, as¨ª como la falta de empat¨ªa en las cl¨ªnicas. ¡°Cada vez es m¨¢s complicada la natalidad. Si se quiere incentivar, hay que dar facilidades y eliminar las listas infinitas para el tratamiento en la Seguridad Social¡±, aprecia Sonia. Y apoya Labay: ¡°Es muy dif¨ªcil encajar la maternidad en las exigencias laborales y vitales. La sociedad es muy hostil para la gente que quiere tener hijos¡±.
Familia monoparental / Violeta Cruz: ¡°Vamos justitos, pero llegamos¡±
Boliviana de origen, pero con 20 a?os en Espa?a y doble nacionalidad, Violeta Cruz es madre de dos hijos de 18 y 5 a?os a sus 43. Lleg¨® a Espa?a con el padre de su hija para buscar una vida mejor y seguir sus estudios. Es licenciada en Enfermer¨ªa. Sin embargo, la adaptaci¨®n en Barcelona le cost¨®. ¡°Entre que buscar cursos, trabajo y un techo sin tener la documentaci¨®n en regla, fue muy complicado¡±. Lleg¨® su hija y esto provoc¨® conflictos con su pareja por falta de recursos. Se separ¨®. Trabaj¨® en todo lo que pudo: repartiendo publicidad, cuidando perros, limpiando... Con el tiempo, y con trabajo fijo en el servicio dom¨¦stido, conoci¨® al padre de su segundo hijo. Pero la covid la llev¨® al paro. Aprovech¨® para hacer cursos de gesti¨®n administrativa, ¡°un cambio de 180?¡±, que la llev¨® al trabajo que tiene hoy. La guerra de Ucrania oblig¨® a su pareja a regresar a su pa¨ªs. Y Violeta volvi¨® a quedarse sola con sus dos hijos. ¡°Siempre he sido yo la que se ha enfocado en la familia, en conseguir techo, comida, vestimenta... A veces es dif¨ªcil por los horarios laborales. Tengo que buscar trabajos que cubran el horario del colegio¡±, dice. Lo tiene claro: prefiere cuidar a sus hijos que pagar porque lo hagan otros. De hecho, por eso ha descartado la profesi¨®n de enfermera, que tambi¨¦n ha ejercido en Espa?a. Su sueldo no cubre el alquiler y tiene que recurrir al Ingreso M¨ªnimo Vital y al bono social para pagar el agua y la luz. Cree que las familias monoparentales deber¨ªan contar con ayudas a la vivienda. Dice que no puede ahorrar, pero s¨ª solventar las necesidades b¨¢sicas: ¡°Vamos justitos, pero llegamos. Una familia tradicional va a dos supermercados a hacer la compra, nosotros vamos a 10 en busca de ofertas¡±.
La cesta de la compra es de los mayores
Con la subida de los precios de la cesta de la compra, NielsenIQ detecta que los hogares de los más jóvenes han contraído su consumo un 13,3% en los últimos dos años, mientras que los formados por mayores lo aumentan un 3,6%. “Los que dinamizan el consumo son los hogares sénior, que representan el 38% del total y han crecido un 2,2% desde 2022”, explica.