?Tiene hijos? Entonces no le alquilo la casa
La b¨²squeda incesante del inquilino perfecto lleva a algunos propietarios a desechar familias con menores. Estos hogares viven un aut¨¦ntico drama para encontrar pisos en alquiler
Los propietarios de viviendas en alquiler han cambiado sus preferencias al escoger inquilino. Las familias con hijos, a?os atr¨¢s vistas como el perfil m¨¢s estable a la hora de pagar la renta, empiezan a ser percibidas con cierto recelo por algunos caseros, que ahora se decantan por lo que consideran inquilinos m¨¢s seguros. La desconfianza se multiplica si quien llama a la puerta es una familia monoparental como la de Marina Duarte, que lleva m¨¢s de un a?o buscando un alquiler en Madrid. Imposible. ¡°No me quieren alquilar¡±, dice esta mujer uruguaya de 39 a?os con dos hijos menores que vive en un piso cedido gratuitamente por una ONG en el barrio de Tetu¨¢n. Ella dice hablar en boca de ¡°much¨ªsimas familias que est¨¢n en la misma situaci¨®n¡±.
Duarte est¨¢ empleada y, aun as¨ª, no tiene acceso a un piso de alquiler. ¡°Tengo dos trabajos, uno de seis horas de limpieza y otro de cuatro horas de empleada del hogar y con los dos gano 1.200 euros al mes. Pero me dicen que no paso el estudio de solvencia porque con mi sueldo tengo que mantener a mis dos hijos¡±. Desde Provivienda explican que perfiles como el de esta uruguaya est¨¢n siendo excluidos del mercado de alquiler. ¡°La mayor¨ªa de las agencias y propietarios tienen preferencia por familias sin hijos y, en el caso de las familias con hijos, prefieren aquellas con dos progenitores; las monomarentales son las que experimentan una mayor discriminaci¨®n directa¡±. Para este tipo de hogares, encabezado por mujeres en el 81% de los casos, el incremento del precio del alquiler en los ¨²ltimos a?os ha generado una sobrecarga econ¨®mica muy importante. Una de cada cuatro familias monoparentales tiene dificultades para afrontar el pago, un porcentaje que baja al 8% cuando son dos progenitores, seg¨²n el Observatorio de Vivienda Asequible de Provivienda.
Duarte sigue buscando piso, tanto por inmobiliaria como a trav¨¦s de particulares. Ni siquiera el alquiler de habitaciones es una soluci¨®n porque necesitar¨ªa dos y ¡°son 900 euros, 450 cada una¡±. As¨ª valora la situaci¨®n: ¡°Es un problema estructural. Yo no s¨¦ que se les pasa a los propietarios por la cabeza, nos lo ponen m¨¢s dif¨ªcil que a la gente sin hijos¡±.
La misma desesperaci¨®n siente Carmen, de 38 a?os y con dos hijos. Actualmente es beneficiaria de un proyecto de Provivienda financiado por el Instituto Insular de Atenci¨®n Social y Sociosanitaria de Tenerife. ¡°Nadie quiere alquilarme, es un rechazo continuo. La negativa es total y absoluta. ?Por qu¨¦? Porque tengo ni?os. No entiendo el motivo de ese rechazo, sobre todo de propietarios que tienen hijos¡±, se queja amargamente la joven canaria. Lleva desde agosto intentando buscar un alquiler. ¡°Se me viene el mundo encima y la cabeza toca techo porque es imposible. A pesar de presentar todos los papeles que nos exigen, como n¨®mina y el aval de Provivienda, siempre hay una pega. En mi caso son los ni?os peque?os, porque los propietarios creen, adem¨¢s, que hacen ruidos y molestan¡±.
La serie hist¨®rica de la red inmobiliaria Tecnocasa revela que en una d¨¦cada se ha reducido el n¨²mero de alquileres a familias (parejas casadas y parejas de hecho) del 37% de 2013 al 27% actual. Por el contrario, ha crecido el arrendamiento a personas solteras, que pasa del 54,5% al 59%. ¡°Los propietarios prefieren solteros con buenos ingresos, n¨®madas digitales, funcionarios... Su mentalidad ha cambiado y lo que valoran son las opciones que consideran de menor riesgo. No es discriminaci¨®n, es una cuesti¨®n de ingresos. Quieren huir de problemas de impagos y una pareja con hijos o una madre soltera tienen mayor riesgo porque sus ingresos deben ser m¨¢s altos¡±, expresa L¨¢zaro Cubero, director de An¨¢lisis de Tecnocasa, quien compara este proceso de los caseros con el an¨¢lisis de riesgos que hacen los bancos o con el proceso de selecci¨®n de personal de cualquier empresa.
En la lista de desconfianzas de los due?os est¨¢ el miedo a la declaraci¨®n de vulnerabilidad de una familia con hijos menores y la consiguiente dificultad para llevar a cabo el desahucio. ¡°La reciente ley de vivienda, si bien ha establecido m¨¢s mecanismos de protecci¨®n a los arrendatarios frente a los desahucios, tambi¨¦n ha generado una gran intranquilidad entre algunos propietarios. Estos ¨²ltimos tienen miedo de que el hecho de que haya menores en la vivienda dificulte posibles desahucios en caso de producirse un impago¡±, indican en el bufete KLJ Abogados. ¡°La percepci¨®n del propietario es que la ley es muy proteccionista con el inquilino y eso le genera incertidumbre, cree estar m¨¢s expuesto y cierra la puerta a determinados perfiles¡±, ampl¨ªa Ferran Font, director de Estudios de Pisos.com.
Sin olvidar los prejuicios sobre los ruidos, molestias y desperfectos que podr¨ªan causar los menores en el piso y la comunidad. Los abogados de KLJ constatan que ¡°cuando estamos ante inmuebles reci¨¦n reformados algunos propietarios, sobre todo personas f¨ªsicas, evitan alquilarlos a familias con hijos porque piensan que hay m¨¢s posibilidades de que le devuelvan la casa en mal estado¡±.
Los due?os de pisos en alquiler buscan por encima de todo seguridad. ¡°Al final, cuando una familia empieza a no tener dinero lo primero que deja de pagar es el alquiler. Los propietarios quieren tener la certeza de que los inquilinos no den problemas y tengan buena solvencia econ¨®mica. Ahora el perfil m¨¢s demandado es el de una pareja relativamente joven sin hijos y tambi¨¦n funcionarios¡±, indica David Caraballo, director general de Alquiler Seguro.
Es raro encontrar negro sobre blanco, el requisito de que no se aceptan perfiles con hijos, aunque algunos anuncios hay, sobre todo en el caso de alquileres de habitaciones. Es m¨¢s habitual que tanto los propietarios como las inmobiliarias indiquen la limitaci¨®n de forma verbal. ¡°Una vez que reciben m¨¢s informaci¨®n sobre los arrendatarios (n¨²mero de personas que van a vivir en la vivienda, ingresos y estabilidad laboral, si tienen o no mascotas), limitan la selecci¨®n, por ejemplo indicando que finalmente la vivienda se ha reservado o exigiendo garant¨ªas adicionales a la fianza que saben que la parte arrendataria no van a poder afrontar¡±, se?alan en KLJ.
El efecto ¡®casting¡¯
Este rechazo a ciertos perfiles de inquilinos es una de las consecuencias m¨¢s duras e injustas de una oferta que no cubre ni de lejos la sobredemanda. ¡°Cada vez hay menos casas que se alquilan, as¨ª que el propietario tiene donde elegir¡±, se?ala Font. El casero tiene un poder de decisi¨®n absoluto, casi nunca visto. Ha instaurado los conocidos castings inmobiliarios, en los que hay que cumplir un sinf¨ªn de requisitos para poder acceder al alquiler del piso. ¡°Al final, los propietarios son due?os de sus viviendas y, por tanto, son quienes suelen tener la ¨²ltima palabra sobre qu¨¦ tipo de inquilino quiere¡±, dice Caraballo.
Sobre si se trata de discriminaci¨®n, resulta muy complicado demostrar que el arrendador veta a las familias con hijos, ya que puede alegar cualquier causa para no aceptarlos. ¡°Consideramos que, aunque podr¨ªa vulnerar el art¨ªculo 14 de la Constituci¨®n, es muy dif¨ªcil demostrar esta discriminaci¨®n, adem¨¢s no se trata de un problema legal, sino m¨¢s bien social¡±, concluyen los letrados de KLJ.
La soluci¨®n para los hogares con hijos y una solvencia econ¨®mica insuficiente para los caseros pasa por buscar alquileres m¨¢s asequibles, algo que pr¨¢cticamente no existe en las grandes ciudades. Habr¨ªa que ampliar mucho la zona de b¨²squeda y alejarse. ¡°Esto puede tener consecuencias en la propia vida de las familias. Desplazarse de barrio, en ocasiones, implica perder tambi¨¦n la red de apoyo informal de cercan¨ªa, ya sea familiar o a trav¨¦s de la vecindad¡±, sostienen en Provivienda.
Sigue toda la informaci¨®n de Econom¨ªa y Negocios en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.