Mauro Guill¨¦n (Wharton School): ¡°La idea de que la jubilaci¨®n es el gran premio que tienes en la vida es nociva¡±
El vicedecano de la escuela de negocios de la Universidad de Pensilvania propone cambiar las estructuras de la sociedad para dar oportunidades a la gente, que aprenda durante toda su vida, y evitar que la frustraci¨®n de quienes sienten que no encajan nutra los populismos
Este leon¨¦s de 59 a?os es uno de los m¨¢s destacados docentes espa?oles en Estados Unidos, donde trabaja desde hace m¨¢s de treinta a?os. Mauro Guill¨¦n, doctor en Sociolog¨ªa por la Universidad de Yale y en Econom¨ªa Pol¨ªtica por la de Oviedo, es vicedecano de Wharton School y titular de la c¨¢tedra Zandman de Gesti¨®n Internacional. Acaba de publicar en Espa?a La revoluci¨®n multigeneracional (Deusto), un libro en el que incita a romper las normas con las que se rige la sociedad, el trabajo y la econom¨ªa, un sistema obsoleto que cree con fecha de caducidad. ¡°Tenemos un desfase completo entre la manera en la cual el sistema nos pide que vivamos y la din¨¢mica de cambio tecnol¨®gico y la mayor esperanza de vida¡±, asegura.
Guill¨¦n plantea una organizaci¨®n mucho m¨¢s flexible para un mundo en el que las familias nucleares (pareja de distinto sexo con hijos) s¨®lo son el 18% del total en EE UU y el 33% en Espa?a a pesar de la posici¨®n hegem¨®nica que se les presupone en el modelo actual que ¡°aporta mucha predictibilidad a la econom¨ªa, que as¨ª puede planificarse bien, pero que la esperanza de vida y la tecnolog¨ªa est¨¢n tumbando¡±, sostiene.
Pregunta. ?Por qu¨¦ cree que se avecina la revoluci¨®n multigeneracional?
Respuesta. Porque hemos organizado nuestras vidas en funci¨®n de la edad, en varias etapas: estudio, trabajo y jubilaci¨®n, y esto funcionaba muy bien hace 140 a?os, cuando el mundo no variaba mucho, la mayor parte de los trabajos eran manuales y, sobre todo, cuando no viv¨ªamos m¨¢s all¨¢ de 50 o 55 a?os. Pero ahora la situaci¨®n ha cambiado radicalmente, tambi¨¦n por la tecnolog¨ªa, que hace que los trabajos se queden obsoletos, y estamos pidiendo a la gente que sea flexible, pero en realidad lo que no es flexible es el sistema.
P. ?Qui¨¦nes son los perennes, los protagonistas de su libro?
R. Son simplemente gente que no piensa ni act¨²a en funci¨®n de la edad. Dicen que lo que quieren en este momento es volver a la escuela aunque tengan 50 a?os, por ejemplo. Eso es muy dif¨ªcil bajo el sistema que tenemos, que prescribe lo que tienes que hacer en cada momento. Mientras la din¨¢mica del mercado y la tecnolog¨ªa nos exigen que nos reinventemos varias veces a lo largo de la vida.
P. ?C¨®mo se arregla el desfase?
R. Pues con mucha dificultad porque lo primero que tienen cambiar son las mentalidades. Por ejemplo, esa idea de que el gran premio que tienes en la vida es la jubilaci¨®n es absolutamente nociva para la inmensa mayor¨ªa de los jubilados. Todo lo que conseguimos jubil¨¢ndonos es que el declive cognitivo y de salud se acelere, te quedes desconectado de tus redes sociales, te sientas aislado... la sensaci¨®n de soledad de las personas de cierta edad es un problema muy dif¨ªcil. Y tambi¨¦n impone unos costes muy altos a la sociedad porque hay que financiar esas pensiones y los cuidados. En un momento, adem¨¢s, en el que hay pocos j¨®venes por la ca¨ªda de la natalidad; el desequilibrio es enorme y los problemas se multiplican. Son problemas que no se pueden abordar sin cambiar el sistema.
P. ?Y qu¨¦ papel tienen que jugar las empresas?
R. Tienen que cambiar, sobre todo las grandes, y Espa?a es un ejemplo muy bueno, porque cuando un trabajador cumple 50 a?os, ya est¨¢n pensando c¨®mo quit¨¢rselo del medio. No nos lo podemos permitir. Es insostenible para el sistema de pensiones. Un empleado de 60 a?os por t¨¦rmino medio tiene otros 25 o 26 a?os de esperanza de vida. Y hay otro problema: que la mayor parte de la gente odia su trabajo, por eso se quiere jubilar. El dise?o de los puestos est¨¢ mal hecho.
P. Pero eso es tremendamente dif¨ªcil de solucionar...
R. Hay que hacer un esfuerzo por dar mejores oportunidades a la gente. Aunque eso requiere un cambio en las empresas y, por supuesto, un cambio en el sector p¨²blico y en las regulaciones. Porque todos los incentivos p¨²blicos que tenemos van orientados hacia ese modelo de primero estudias, luego trabajas y despu¨¦s te jubilas. Los incentivos fiscales, las ayudas para ir a la universidad...
P. Dice que la sociedad posgeneracional que propugna generar¨ªa oportunidades a las empresas, ?por qu¨¦?
R. La investigaci¨®n es muy clara: cuando tienes equipos de trabajo en los que hay diversidad, ya sea de g¨¦nero, ya sea ¨¦tnica o ya sea por grupo de edad, la productividad es mayor y la creatividad tambi¨¦n. Hay muchas ventajas asociadas a la diversidad. Lo mismo ocurre en el sistema educativo, donde nos dedicamos a clasificar a la gente por grupos de edad y luego les damos a cada uno un t¨ªtulo distinto, les segregamos. Lo hemos dise?ado todo de una manera err¨®nea, que ten¨ªa sentido hace 140 a?os, aunque ya no.
P. ?C¨®mo evitar que una carrera sea lineal como hasta ahora?
R. Tenemos que cambiar las estructuras y ofrecer oportunidades para que la gente siga aprendiendo a lo largo de toda la vida, programas que les permitan reinventarse porque, si no, llega un momento en el que lo aprendido ya no sirve porque ha cambiado el entorno, la competencia, la tecnolog¨ªa y, entonces, muchos de ellos pierden su trabajo y luego no pueden encontrar otro similar y terminan votando a Trump. Ese es el problema, que tiene unas consecuencias pol¨ªticas nefastas: los populismos en Europa y Estados Unidos se nutren de esa frustraci¨®n que tiene una gran masa de gente cuando llega a los 40 o 50 a?os y se dan cuenta de que ya no encajan.
P. A los j¨®venes se les exige decidir su futuro demasiado pronto. ?C¨®mo deber¨ªamos hacerlo?
R. Los padres hemos cometido un error muy grande: ejercer una presi¨®n enorme sobre los ni?os para que decidan a los 16 a?os qu¨¦ quieren hacer en su vida. Tanta que las tasas de fracaso escolar, depresi¨®n y suicidio han aumentado dr¨¢sticamente. Y ahora esto es contraproducente: no les podemos pedir que decidan por el resto de su vida porque seguramente 10 a?os m¨¢s tarde el puesto de trabajo elegido ya no exista. A los adolescentes les tenemos que decir piensa qu¨¦ es lo que quieres hacer en los pr¨®ximos 10 a?os y asume que despu¨¦s vas a tener que reinventarte por el cambio tecnol¨®gico. Ahora cerca del 50% de los graduados de mi escuela en Wharton est¨¢n aceptando puestos de trabajo que no exist¨ªan hace 20 a?os.
P. Si los estudios solo van a servir 10 a?os, ?qu¨¦ va a pasar con las universidades?
R. Las universidades somos lo peor. Sobre todo a las que les ha ido bien porque no hay nada que te paralice m¨¢s para innovar que haber tenido ¨¦xito. Las universidades vamos a empezar a cambiar a ra¨ªz de la competencia que nos va a venir cada vez m¨¢s fuerte de las plataformas digitales. De momento, ofrecen un producto educativo no de tan buena calidad porque est¨¢n experimentando, pero en unos a?os van a ofrecer oportunidades educativas comparables m¨¢s baratas y m¨¢s flexibles.
P. Habla mucho de reinvenci¨®n, pero en un pa¨ªs como Espa?a con un paro muy elevado, ?es factible?
R. Espa?a es peculiar, con una tasa media de paro alta, que no es la de Madrid, porque est¨¢ distribuida de forma desigual, sobre todo anclada en el sur del pa¨ªs. Pero, a¨²n as¨ª, es obvio que aqu¨ª no sabemos aprovechar el talento. El problema empieza en el sistema educativo y se magnifica en las empresas, que todav¨ªa son muy tradicionales. Si miras el Ibex ves que son las mismas empresas que hace 30 a?os. Hay muy poco dinamismo y eso fosiliza todo. Es complicado hacer cambios porque est¨¢n c¨®modas y no tienen incentivos para ello.
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