?M¨¢s madera, que es la guerra!
Soluciones simples y efectivas: Am¨¦rica entra en un periodo en el que lo veros¨ªmil imperar¨¢ sobre lo verdadero
As¨ª gritaba Groucho en la m¨ªtica pel¨ªcula Los hermanos Marx en el Oeste. El objetivo: dar caza a los malos con un tren al que ya no le queda combustible mientras Chico y Harpo van despedazando los vagones para alimentar la caldera. Todo transcurre en ese pa¨ªs que acaba de confirmar que ans¨ªa el Make America great again (Hacer de nuevo grande a Am¨¦rica). La escena, en plena vigencia con las recientes elecciones americanas, se caracteriza por un sorprendente espect¨¢culo y un tipo gracioso ofreciendo soluciones simples y efectivas que, enfocadas en el corto plazo, no implican necesariamente el mejor de los finales.
Las urnas han sido rotundas y Donald Trump regresa con un ampl¨ªsimo respaldo. Podr¨¢ implementar un vuelco pol¨ªtico basado en: la reducci¨®n de la inmigraci¨®n, m¨¢s aranceles, recortes impositivos y continuar con la desregulaci¨®n que acometi¨® en su primer mandato, la mayor desde la ¨¦poca de Reagan. Esto beneficiar¨¢ a los grupos financieros, alejar¨¢ las amenazas sobre los monopolios tecnol¨®gicos y frenar¨¢ la lucha contra el cambio clim¨¢tico.
El apoyo parlamentario le permitir¨¢ esquivar el techo de gasto con facilidad y le dar¨¢ margen para extender el Tax Cut & Jobs Act y rebajar el tipo m¨¢ximo de sociedades hasta el 15%. Pero, aunque el ciclo se est¨¢ desacelerando, es discutible que Estados Unidos necesite ¡°quemar tanta madera¡± con una econom¨ªa que est¨¢ lejos de descarrilar: el tercer trimestre ha concluido con un mercado laboral robusto y un crecimiento del PIB del 2,8% impulsado por el consumo, que ha aportado un 88%, la mayor contribuci¨®n en a?o y medio.
El tren cuyo mando asumir¨¢ Trump en enero es muy diferente al de 2016. EE UU terminar¨¢ el a?o con un d¨¦ficit p¨²blico del 7% ¨Cdos veces y medio superior al que se encontr¨® en su primer mandato¨C y una deuda p¨²blica que roza el 100% frente al 76% de hace 8 a?os. Adem¨¢s, su pol¨ªtica econ¨®mica a?adir¨¢ presi¨®n sobre la inflaci¨®n pudiendo llegar a forzar a la Fed a reducir el ritmo de bajadas previstas si no va con cuidado y realmente triplica los aranceles ¡ªcomo ha prometido¡ª, y reduce la poblaci¨®n inmigrante ¡ªque supone un 20% de la fuerza laboral total¡ª.
Con el nuevo presidente y el ¨ªmpetu de sus declaraciones, la volatilidad est¨¢ asegurada as¨ª como la presi¨®n sobre sus principales importadores. En cualquier caso, afrontamos un periodo en el que lo veros¨ªmil ¨Caquello que pueda ser cre¨ªdo¨C imperar¨¢ sobre lo verdadero. Por el momento basta con que los agentes econ¨®micos crean que la econom¨ªa norteamericana pueda ir mejor gracias a la madera que Trump va a introducir en la caldera para que suceda. Los vientos de la locomotora son de cola por m¨¢s que, en el largo plazo, el desequilibrio presupuestario y la deuda no se deban ignorar o que, parafraseando a Groucho Marx, pensemos ?a qui¨¦n va usted a creer, a m¨ª o a sus propios ojos? Mientras, a seguir participando del riesgo, m¨¢s ciclo, a?adir compa?¨ªas peque?as y m¨¢s Am¨¦rica.
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