Qu¨¦ ayuda conviene m¨¢s a cada empresa afectada por la dana
Los laboralistas todav¨ªa ven algunos puntos en la ley que dificulta a las empresas recuperarse de la cat¨¢strofe
Ya han pasado tres semanas desde que la dana azot¨® con fuerza el mediterr¨¢neo. Desde entonces, el tejido empresarial de los municipios afectados por las riadas se encuentra en una situaci¨®n delicada. Casi 50.000 empresas han visto c¨®mo su negocio quedaba destruido, seg¨²n los ¨²ltimos datos de la C¨¢mara de Comercio de Valencia. Para reducir el impacto de la cat¨¢strofe, el Gobierno puso en marcha dos paquetes de medidas con m¨¢s de un centenar de propuestas para reparar las p¨¦rdidas y la actividad laboral lo antes posible. Aunque, por el momento, las infraestructuras de las calles siguen da?adas y tras el paso de otra dana, las empresas se recuperan lentamente.
El asunto no es balad¨ª. Las ayudas del Gobierno ya est¨¢n en marcha, pero ahora son las empresas las que tienen que decidir cu¨¢les son las medidas m¨¢s viables que tienen encima de la mesa para salir adelante. La recomendaci¨®n de los expertos consultados es que los negocios soliciten el expediente de regulaci¨®n temporal de empleo (ERTE). ¡°Es una medida primordial que puede salvar la econom¨ªa de much¨ªsimos trabajadores y empresas¡±, expone Luis Gallego, socio de laboral en Auren. Para el letrado, esta herramienta permite ayudar a las empresas, por un lado, porque pueden dejar de pagar el salario de su plantilla y a los empleados, por otro, ya que durante el tiempo que dure el expediente, podr¨¢n solicitar la prestaci¨®n por desempleo. Por ahora, de acuerdo con la informaci¨®n publicada por el Ministerio de Trabajo, las empresas ya han tramitado m¨¢s de 1.000 expedientes de ERTE que afectan a m¨¢s de 15.000 trabajadores, aunque se espera que esta medida afecte a 400.000 empleados y pueda rescatar a unas 30.000 empresas, las m¨¢s da?adas por el desastre.
Otra posibilidad para auxiliar a las compa?¨ªas ser¨ªa utilizar los cr¨¦ditos ICO, como ya se hizo en la pandemia. Estos avales permiten financiar a los empresarios para poder reconstruir sus infraestructuras, recuperar sus equipos y volver a ofrecer servicios de cara al p¨²blico. No obstante, advierte Gallego, los negocios deben mirar con lupa estos pr¨¦stamos porque pueden ser un arma de doble filo. ¡°Los cr¨¦ditos son necesarios y puede dar pie a una buena gesti¨®n empresarial, pero una mala gesti¨®n puede provocar un exceso de endeudamiento y el cierre de la empresa, con los consiguientes perjuicios de aumento del desempleo y otros efectos en proveedores o clientes¡±.
Los expertos advierten que, pese a que estas medidas est¨¢n pensadas para rescatar a las empresas afectadas, llevadas al l¨ªmite podr¨ªan llegar a suponer un obst¨¢culo en el d¨ªa a d¨ªa de las organizaciones ahora que tienen que levantarse y superar la cat¨¢strofe.
Un punto que puede entorpecer el restablecimiento es la obligaci¨®n de mantener el empleo. Las empresas que se han acogido a las ayudas, como el ERTE por fuerza mayor, no pueden despedir a sus trabajadores durante los seis meses siguientes de finalizar el periodo del expediente. En caso contrario, los empresarios tendr¨¢n que devolver todas las subvenciones que les ha proporcionado el Gobierno. Esta cuesti¨®n, como comenta Joaqu¨ªn Merch¨¢n, presidente del Consejo General de los Graduados Sociales de Espa?a, es una espada de Damocles para los negocios que, a diferencia de en la pandemia, no solo deben hacerse cargo de la n¨®mina de sus trabajadores, sino que tambi¨¦n tienen que hacer frente a una ola de gastos para recuperar sus estructuras. ¡°Hay que velar por mantener el empleo de los trabajadores, pero cuando la empresa est¨¦ viva y no derruida, no podemos seguir cargando a las empresas con costes porque en estos momentos su viabilidad se resiente por sueldos y salarios que igual no pueden pagar¡±, dice Merch¨¢n.
Permisos retribuidos
Otro frente abierto son los permisos retribuidos. Con el paquete de medidas los trabajadores podr¨¢n faltar al trabajo por causas excepcionales ocasionadas por la dana, como la imposibilidad de llegar al lugar de trabajo o de teletrabajar, ausentarse por labores de b¨²squeda, o por fallecimiento o cuidado de un familiar, entre otras. Esta medida, seg¨²n Estela Mart¨ªn, abogada laboralista, es un golpe para los peque?os negocios: ¡°Una peluquer¨ªa o un taller con dos o tres empleados que se encuentran en una zona afectada por la dana va a estar semanas sin poder trabajar, y el impacto es enorme porque muchas no se pueden permitir pagar esos permisos como lo podr¨ªa hacer una mediana o gran empresa¡±.
Adem¨¢s, Jorge Saraz¨¢, socio laboral en Ceca Mag¨¢n, encuentra una falla en la redacci¨®n del texto sobre la concesi¨®n de estos permisos. ¡°Es necesario que se concedan estos permisos a los trabajadores, pero el texto no deja claro lo que se entiende por imposibilidad para llegar al trabajo ni c¨®mo se tiene que acreditar y tampoco se ha limitado el n¨²mero de d¨ªas¡±. El letrado cree que hay que acotar los casos en los que se puede utilizar estos permisos porque ¡°pueden dar lugar a situaciones de picaresca, de abuso o de indefinici¨®n jur¨ªdica para las empresas¡±.
Espa?a es un pa¨ªs de pymes. El 99,8% del tejido empresarial est¨¢ compuesto por este nicho. Por esa raz¨®n, opinan los laboralistas consultados, el Gobierno tiene que reconsiderar sus propuestas para dar un respiro a los negocios afectados por la cat¨¢strofe. Para salvar a las empresas de la dana, defiende Joaqu¨ªn Merch¨¢n, es necesario que ¡°el Estado se haga cargo de los costes de los permisos retribuidos, que se incluyan en los presupuestos generales. Hay que liberar m¨¢s a las empresas porque en caso contrario se van a ver a¨²n m¨¢s afectadas¡±.
Estimaciones
Los daños son grandes y habrá que evaluar el impacto una vez se analicen los perjuicios provocados por la dana. No obstante, el tejido empresarial tardará en reponerse, sobre todo en las zonas más afectadas, como los negocios ubicados en la localidad de Paiporta (Valencia). “Todo dependerá del sector y del volumen de las organizaciones, pero para que una empresa pueda recuperar las pérdidas y empiece a ser productiva puede pasar mínimo un año hasta que opere con normalidad”, afirma Luis Gallego, socio de laboral en Auren. Un tiempo que se puede prolongar “en función de la productividad que genere después de la apertura y de la situación económica que tenía la empresa antes de que se produjeran las consecuencias de la dana”, concluye el letrado.
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