El a?o de la magdalena de Proust
En materia arancelaria Trump ser¨¢ ahora m¨¢s comedido dirigiendo las tarifas a pa¨ªses y sectores espec¨ªficos
Encaramos un ejercicio con el mundo revuelto y cargado de incertidumbres, pero tambi¨¦n con la sensaci¨®n de habernos enfrentado con anterioridad a algunas incertezas que no son tan diferentes. Ante esta suerte de flash proustiano contamos con el privilegio de la memoria y la prerrogativa del tiempo, que nos permiten mirar al pasado para extraer informaci¨®n del futuro.
Seguramente recordar¨¢n lo bien que Marcel Proust describ¨ªa el sinf¨ªn de sensaciones que le surg¨ªan al narrador de Por el camino de Swann cuando se dispon¨ªa a engullir una magdalena reci¨¦n ba?ada en t¨¦. Se desencadenaban un mont¨®n de recuerdos que trasladaban su mente al pasado.
Ni estamos ante el primer mandato de Trump, ni es la primera vez que el autoritarismo impera en la Casa Blanca. Tampoco son novedosas las resistencias globales a rebajar los engrosados d¨¦ficits p¨²blicos, las dudas sobre la longevidad del ciclo econ¨®mico o la cada vez m¨¢s exagerada apropiaci¨®n del valor a?adido global por parte de las 10 mayores compa?¨ªas norteamericanas, que ya suponen un 27% de la capitalizaci¨®n mundial.
La reminiscencia del pasado m¨¢s importante es que han transcurrido ya m¨¢s de 18 meses desde que los tipos de inter¨¦s norteamericanos alcanzaran su m¨¢ximo nivel en un cuarto de siglo, y el ciclo resiste gracias a la fortaleza del empleo y la resiliencia del consumo. Un periodo lo suficientemente largo como para confirmar que las subidas de tipos no acaban siempre con los ciclos econ¨®micos ¡ªhist¨®ricamente ha existido un decalaje medio de 10 meses entre el punto de m¨¢xima restricci¨®n monetaria y las recesiones¡ª. La econom¨ªa norteamericana crecer¨¢ este trimestre un 3%, estirando un ciclo de cinco a?os que todav¨ªa es dos a?os m¨¢s joven que el promedio.
La otra magdalena que comenzamos a saborear es el Trump 2.0., que muy probablemente diferir¨¢ mucho de su primer mandato. Tras una semana de extravagantes declaraciones y ordenes ejecutivas, conviene recordar que no cumpli¨® muchas de las promesas de su primer mandato. Su pol¨ªtica estuvo marcada por las negociaciones comerciales (renegoci¨® el NAFTA) a base de acosos arancelarios; la reducci¨®n de un 11% de la inmigraci¨®n ilegal y los recortes de impuestos. Ahora hereda una econom¨ªa que ofrece un margen bastante m¨¢s reducido: un d¨¦ficit p¨²blico del 7% frente al 2,9% de entonces y la deuda p¨²blica ronda el 123% del PIB frente al 105% en 2016. Adem¨¢s, aunque la irrupci¨®n de Elon Musk al mando del Departamento de Eficiencia Gubernamental genera muchas expectativas, la magia no existe: la capacidad real de actuaci¨®n sobre el gasto p¨²blico sin la aprobaci¨®n de un 60% del Senado se limita al 2,4% del PIB, por no decir que Trump, en su primer mandato, increment¨® el empleo p¨²blico en un 3,4%. Adem¨¢s, en materia arancelaria, seguramente ahora ser¨¢ m¨¢s comedido dirigiendo las tarifas a pa¨ªses y sectores espec¨ªficos.
Sin duda, muchas reminiscencias del pasado que nos hacen pensar que, al final, el agua no llegar¨¢ al r¨ªo y que queda MAGA y ciclo para rato.
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