?Qui¨¦n redacta el examen de selectividad? ?Cu¨¢nto cobran los correctores? Todas las claves del acceso a la Universidad

Siempre en v¨ªas de extinci¨®n, la selectividad ha logrado sobrevivir hasta hoy pese a los augurios que han anunciado una y otra vez su desaparici¨®n casi desde su nacimiento en Espa?a, hace 45 a?os. Ha sufrido, eso s¨ª, numerosos cambios y adaptaciones que no han conseguido, sin embargo, desterrar algunas de las cr¨ªticas que le han perseguido desde el principio, como la de ser una prueba demasiado blanda; estaba presente ya cuando aprobaba el 75% de los alumnos, y lo est¨¢ ahora, con porcentajes superiores al 90% y cercanos al 95% en algunas comunidades. Otras acusaciones, como la de ser una prueba antisocial o ser directamente innecesaria, han ido y venido, palideciendo ahora ante la m¨¢s repetida: al ser los contenidos de las pruebas distintos en cada comunidad, la dificultad var¨ªa, seg¨²n sus detractores, convirtiendo el proceso en injusto para una parte del alumnado.

Lo cierto es que, con independencia de que nunca se hayan demostrado claramente, seg¨²n los rectores, esas diferencias de dificultad, las universidades siempre han tenido un gran margen para fijar, dentro de unas normas generales, los contenidos concretos de los ex¨¢menes. Aunque esto no fue un problema para casi nadie hasta que comenz¨® a funcionar, en los primeros a?os del siglo XXI, el distrito abierto universitario, es decir, cuando un alumno pudo hacer la selectividad en cualquier punto de Espa?a y solicitar plaza en igualdad de condiciones en un campus de cualquier otro lugar; hasta entonces, las universidades de cada comunidad estaban pr¨¢cticamente blindadas solo para los vecinos de sus autonom¨ªa.

Hace algo m¨¢s de un a?o, la ministra de Educaci¨®n, Isabel Cela¨¢, le quit¨® importancia a esta pol¨¦mica y rechaz¨® de plano un examen nacional igual en todo el pa¨ªs, aunque admiti¨® cierto margen de mejora, por ejemplo, homologando los criterios de correcci¨®n. Pero la comisi¨®n que deb¨ªa proponer los cambios qued¨® atascada por las dobles elecciones del a?o pasado, as¨ª que los sistemas por los que se deciden los contenidos, los procesos y las correcciones y las personas que dirigen todo siguen siendo exactamente las mismas este a?o. Las siguientes son las claves para entender el proceso por el que pasar¨¢n m¨¢s de 220.000 estudiantes durante las pr¨®ximas semanas:

?Para qu¨¦ sirve? El objetivo declarado que establece la ley es muy parecido al que ten¨ªa ya a mediados de los setenta, esto es, decidir si alumno tiene la madurez y el nivel educativo m¨ªnimos para seguir los estudios universitarios. ¡°Valorar¨¢, con car¨¢cter objetivo, la madurez acad¨¦mica y los conocimientos adquiridos en ¨¦l, as¨ª como la capacidad para seguir con ¨¦xito los estudios universitarios¡±, dice el proyecto de reforma de ley educativa (Lomloe) que se est¨¢ tramitando en el Congreso. Sin embargo, en una prueba que aprueban pr¨¢cticamente todos los estudiantes, lo cierto es que sirve sobre todo para ordenar el sistema: cuando hay m¨¢s aspirantes que plazas para entrar en una carrera de la universidad p¨²blica, entran los que tengan mejor nota. Adem¨¢s, como esa nota de acceso es la media de la de selectividad (40%) y la del bachillerato (60%), muchos defienden que sirve para ajustar y ponderar las calificaciones de algunos centros privados, acusados de evaluar muy generosamente a sus alumnos.

?Cu¨¢l es el papel del Gobierno central? El punto de partida de las pruebas es una norma estatal que fija los criterios generales de cada examen, su duraci¨®n, los tipos de preguntas posibles (de respuesta abierta, semiabierta o cerrada), las partes del mismo, qu¨¦ contenidos corresponden a cada una y que porci¨®n de la nota final del examen representan. Por ejemplo, en el ejercicio de Lengua, tiene que haber tres partes. La primera es de ¡°Comunicaci¨®n escrita: leer y escribir¡±, que representar¨¢ el 40% de la nota y dentro de la cual hay contenidos (¡°est¨¢ndares evaluables de aprendizaje¡±, dice la norma) como la comprensi¨®n general de los textos o el reconocimiento y uso de recursos gramaticales. El ¡°Conocimiento de la lengua¡± y la ¡°Educaci¨®n literaria¡± son los otros dos bloques, y valen otro 30% cada uno. En otras asignaturas como Historia, las partes corresponden a periodos concretos: ¡°Bloque 1. La Pen¨ªnsula Ib¨¦rica desde los primeros humanos hasta la desaparici¨®n de la monarqu¨ªa Visigoda (711). Bloque 2. La Edad Media: Tres culturas y un mapa pol¨ªtico en constante cambio (711-1474) ¡­¡±.

Tambi¨¦n establece un periodo durante el que las comunidades deben elegir la fecha concreta de las pruebas, que pueden prolongarse durante tres o cuatro d¨ªas. Este a?o, el Gobierno hubo de cambiar, despu¨¦s de publicado, tanto el periodo de celebraci¨®n como algunas de las caracter¨ªsticas de los ejercicios. Esto ¨²ltimo trataba de que los alumnos tengan muchas m¨¢s posibilidades para elegir (normalmente pueden hacerlo entre dos bloques de preguntas) de tal manera que puedan responder siempre alg¨²n tema que s¨ª hayan podido ver en este extra?o curso en el que un trimestre ha tenido que ense?arse a distancia.

?Qu¨¦ hacen las comunidades? A partir de la norma estatal, la mayor¨ªa de comunidades ponen la organizaci¨®n y dise?o de las pruebas, b¨¢sicamente, en manos de sus universidades, aunque puedan aprobar alg¨²n detalle auton¨®mico sobre las mismas (la fecha exacta, el n¨²mero concreto de preguntas de los ejercicios) y tienen alg¨²n representante en las diferentes comisiones que organizan y coordinan cada a?o las pruebas. Estas comisiones se parecen mucho a las que establec¨ªa la norma de 1975 que regul¨® la primera selectividad. Un nombre tradicional, que nunca ha sido, en realidad el oficial. Durante muchos a?os fue PAAU (prueba de aptitud para acceso a la Universidad) y luego PAU (prueba de acceso a la Universidad). Ahora conviven dos siglas distintas, seg¨²n la comunidad: EBAU (Evaluaci¨®n de Bachillerato para el acceso a la Universidad, est¨¢ es la que usa tambi¨¦n el ministerio), EvAU (Evaluaci¨®n para el Acceso a la Universidad).

La SELECTIVIDAD con la amenaza del CORONAVIRUS

?Qui¨¦n redacta los ex¨¢menes? Las comisiones organizadoras de la universidades nombran a su vez, entre sus especialistas, comisiones con coordinadores responsables de cada materia, que en muchos casos trabajan mano a mano con alg¨²n profesor de bachillerato, aunque suele ser el primero el responsable de la redacci¨®n final de las pruebas. ¡°Quien redacta el examen es el coordinador de universidad, que realiza varias propuestas (cuatro, generalmente) y las hace llegar en sobres cerrados a la comisi¨®n organizadora de las pruebas. Esta hace un sorteo que determina el que deber¨¢n realizar los alumnos en cada una de las convocatorias [la ordinaria y la segunda oportunidad, normalmente en septiembre]¡±, explica por correo electr¨®nico Jos¨¦ Ignacio Extremiana, profesor de la Universidad de La Rioja, coordinador de la asignatura de Matem¨¢ticas Aplicadas a las Ciencias Sociales.

En el caso de Extremadura, el proceso es similar. Sin embargo, en otras comunidades, como la Valenciana, solo hay profesores universitarios entre los coordinadores. ¡°Para cada materia de la prueba, cada universidad [de las cinco p¨²blicas de la autonom¨ªa] nombra a un especialista; normalmente lo hace el consejo de departamento de la asignatura correspondiente. Y esos especialistas son los que se re¨²nen y preparan el examen¡±, explica Salvador Pons, responsable de la asignatura Lengua Castellana y Literatura de la Universidad de Valencia. Y aclara: ¡°Lo que pasa es que para preparar el examen nosotros tenemos que seguir unas normas, no podemos poner las preguntas que queramos¡±, dice en referencia las normas fijadas por el Gobierno y los contenidos que fija finalmente cada comunidad para sus alumnos de bachillerato. Sobre el papel, el 70% de los contenidos hay que tomarlos de la normativa estatal, pero en la pr¨¢ctica, el margen es amplio en unas pruebas con distintas opciones y con unos ¡°est¨¢ndares evaluables¡± muy gen¨¦ricos en muchas ocasiones.

?C¨®mo se fijan los criterios de correcci¨®n? Son estos especialistas quienes fijan, junto a cada propuesta de examen, los criterios de correcci¨®n, que son fruto del trabajo de muchos a?os en colaboraci¨®n con los profesores de bachillerato. Con ellos mantienen desde el principio de curso unas reuniones en las que se discute, adem¨¢s, sobre dise?o y contenidos de las pruebas. ¡°En estas reuniones se adoptan acuerdos y se adaptan todas esas exigencias para que la estructura y el modelo de examen contemplen todos los requisitos, sea conocido por todos y permita una cierta homogeneizaci¨®n que evite, dada la complejidad o extensi¨®n de algunas materias, que los alumnos se enfrenten a una prueba con la que no est¨¦n familiarizados o con contenidos muy espec¨ªficos que pudieran haber recibido en sus respectivos centros de manera muy desigual o desproporcionada¡±, explica Juan S¨¢nchez Gonz¨¢lez, profesor de la Universidad de Extremadura y coordinador de la materia Historia de Espa?a para las pruebas de acceso. ¡°Estas reuniones, que cuentan con un alta participaci¨®n de profesores, resultan muy gratificantes en el plano acad¨¦mico, se refuerzan los v¨ªnculos entre la Universidad y los centros de bachillerato, y de ellas a veces surgen iniciativas interesantes en relaci¨®n con la docencia de las asignaturas y resultan muy necesarias para otorgar garant¨ªas y estabilidad tanto a profesores como alumnos¡±, a?ade el profesor.

Por ejemplo, en un examen de Matem¨¢ticas de Madrid, en la resoluci¨®n de una pregunta de funciones logar¨ªtmicas, el ¡°planteamiento correcto de la condici¨®n de continuidad¡± supondr¨¢ 0,25 puntos; la determinaci¨®n correcta del par¨¢metro, otro tanto y el ¡°estudio de la continuidad en el resto del dominio¡±, medio punto m¨¢s. Otro ejemplo, quiz¨¢ con mayor margen de interpretaci¨®n, lo ofrece el examen de Historia de Espa?a. Este dice que para entregar un punto con el desarrollo de una cuesti¨®n sobre ¡°El reino visigodo: origen y organizaci¨®n pol¨ªtica. Los concilios¡±, el profesor valorar¨¢ ¡°la capacidad para sintetizar el proceso hist¨®rico en un desarrollo aconsejable de un m¨¢ximo de 10 l¨ªneas y nunca superior a las 15 l¨ªneas¡±, de ¡°responder a alguno de los aspectos hist¨®ricos que, relacionados con el desarrollo del programa y est¨¢ndares de aprendizaje, atiendan al tema, no siendo preciso para evaluar positivamente el ejercicio que el alumno haga referencia a todos ellos¡±, la ¡°utilizaci¨®n de un lenguaje apropiado al estudio de la historia¡± y ¡°las referencias espacio-temporales a las que hace referencia la cuesti¨®n¡±. Adem¨¢s, en este ejemplo madrile?o, la comisi¨®n organizadora de la prueba ha fijado unos criterios generales de redacci¨®n para todas las materias: ¡°La propiedad del vocabulario. La correcci¨®n sint¨¢ctica. La correcci¨®n ortogr¨¢fica (graf¨ªas y tildes). La puntuaci¨®n apropiada. La adecuada presentaci¨®n¡±.

?Qui¨¦n corrige los ex¨¢menes y vigila las pruebas? ?Cu¨¢nto cobran? Profesores voluntarios, sobre todo de institutos p¨²blicos, pero tambi¨¦n en algunos casos de Universidad, conforman los tribunales y son los encargados de custodiar los ex¨¢menes, vigilar las pruebas durante los d¨ªas de celebraci¨®n y corregirlos. El proceso es an¨®nimo, los ejercicios est¨¢n codificados de tal manera que los correctores desconocen la identidad de los alumnos a los que eval¨²an.

Los miembros del tribunal cobran una cantidad fija (por todo el proceso, por d¨ªas o por dietas) y otra por cada examen corregido (suelen evaluar entre 150 y 200 ex¨¢menes como m¨¢ximo). En La Rioja, reciben 280 euros por todo el proceso m¨¢s 2,12 euros por examen corregido. En Salamanca, son 80 euros por cada d¨ªa de vigilancia, 3,31 por examen corregido, y tambi¨¦n se cubren los gastos de alojamiento, en caso de ser necesario dormir fuera de casa en una comunidad tan extensa como la de Castilla y Le¨®n, y de desplazamiento, a raz¨®n de 0,19 euros por kil¨®metro. En la Comunidad Valenciana, son 165 euros por d¨ªa (m¨¢s 15 de dieta) y una cantidad fija de 150 euros por los primeros 50 ex¨¢menes corregidos, y otros tres euros por prueba a partir de ese n¨²mero. Este a?o, adem¨¢s, debido a la dispersi¨®n de sedes (en la Comunidad Valenciana los alumnos se van a examinar en sus institutos), tambi¨¦n habr¨¢ vigilantes no correctores, que recibir¨¢n gratificaciones entre 50 y 200 euros (dependiendo de las responsabilidades) por los tres d¨ªas de examen.

Una vez hecha la prueba, los coordinadores tienen una reuni¨®n con todos los correctores para resolver dudas concretas y fijar definitivamente los criterios de evaluaci¨®n.

Los resultados, las reclamaciones y la nota media. Entre una semana y 10 d¨ªas despu¨¦s de las pruebas, llegan los resultados. Para ser calificado como apto hay que superar la parte general: cuatro ex¨¢menes, o cinco en las comunidades con lengua cooficial, que incluyen Historia de Espa?a, Lengua Castellana y Literatura, Primera Lengua Extranjera y una materia espec¨ªfica de la modalidad del bachillerato que se ha estudiado (Matem¨¢ticas, Lat¨ªn, Matem¨¢ticas aplicadas a las ciencias sociales o Fundamentos del Arte). Estos ex¨¢menes se califican de 0 a 10 y la media de todos ellos es la que se pondera, con una valor del 40%, con la nota del bachillerato, que cuenta el otro 60%. Con lo cual, para ser apto vale con obtener un 4 de media en los ex¨¢menes esa fase general.

Para subir nota, los alumnos se pueden presentar a otros cuatro ejercicios voluntarios de las asignaturas que elija que pueden sumar cuatro puntos extra a la nota final del acceso a la Universidad, con lo cual, la calificaci¨®n puede llegar a hasta un 14 en el mejor de los casos.

Quienes no est¨¦n de acuerdo con la nota de alg¨²n examen, pueden reclamar una revisi¨®n. Con ella, un profesor distinto corregir¨¢ el examen de nuevo esta segunda nota har¨¢ media con la primera, de tal modo que la calificaci¨®n final puede subir, pero tambi¨¦n bajar.

La opini¨®n de los especialistas

Varios especialistas de la Universidad de Extremadura y de La Rioja han ayudado a responder a las preguntas planteadas en este art¨ªculo, pero adem¨¢s han expresado su opini¨®n sobre el actual sistema de selectividad. Estos son sus comentarios, cuyo conjunto, aunque es fruto del azar tras haber solicitado bastantes m¨¢s opiniones que nunca llegaron, resulta un representaci¨®n bastante fiel de las posturas m¨¢s generalizadas frente al actual sistema de acceso a la Universidad:

J. Ignacio Extremiana, profesor de la Universidad de La Rioja, coordinador de la asignatura de Matem¨¢ticas Aplicadas a las Ciencias Sociales: ¡°Considero que la EBAU (u otra prueba similar) es necesaria para homogeneizar en lo posible los niveles de aprovechamiento. ?Caben otros modelos? Por supuesto. Pero, el actual, a pesar de todos sus defectos, no me parece un mal sistema¡±.

Jema Garc¨ªa Rubio, profesora de la Universidad de Extremadura, coordinadora de Lat¨ªn: ¡°Si bien en ning¨²n caso puede decirse que funciona mal, ser¨ªa m¨¢s razonable utilizar el sistema abrumadoramente mayoritario en Europa (la Maturit¨¤ italiana, el Abitur alem¨¢n o el Baccalaur¨¦at franc¨¦s) en el que son los profesores de bachillerato exclusivamente los que examinan a los alumnos (nunca a los propios) para concederles el t¨ªtulo y la nota obtenida es la que les permite el acceso a la Universidad, que puede exigir adem¨¢s otros requisitos¡±.

Minerva S¨¢enz Rodr¨ªguez, profesora de la Universidad de La Rioja, coordinadora de Historia del Arte: ¡°Considero que este sistema denigra y desplaza totalmente a ciertas materias como la que coordino, Historia del Arte, porque al ser optativa en el Bachillerato de Humanidades, y tambi¨¦n en las pruebas de la EBAU, se presentan muy pocos alumnos pues no la necesitan para subir nota, ya que las carreras de letras suelen tener notas de corte bajas. El sistema educativo actual y de d¨¦cadas anteriores es totalmente injusto con las materias de letras y favorece claramente a las de ciencias. Como algunas materias de Humanidades se consideran de segunda categor¨ªa, nuestra sociedad se va ¡®deshumanizando¡±.

Encarnaci¨®n N¨²?ez, profesora de la Universidad de La Rioja, coordinadora de la prueba de Biolog¨ªa: ¡°La prueba selecciona a los alumnos que pueden acceder a una determinada titulaci¨®n universitaria si esta tiene una nota de corte elevada, pero no es adecuada para medir si los alumnos tienen las capacidades necesarias para enfrentarse a la Universidad. En mi opini¨®n, a la Universidad cada vez llegan m¨¢s estudiantes con capacidades insuficientes, porque el sistema educativo no tiene filtros adecuados para seleccionarlos en las etapas preuniversitarias. Adem¨¢s, la Universidad tampoco adopta mecanismos de selecci¨®n adecuados, ya que las normas de permanencia son demasiado laxas y hay mucha presi¨®n sobre los profesores para relajar los sistemas de evaluaci¨®n. Por tanto, esta instituci¨®n se est¨¢ convirtiendo en una simple m¨¢quina de expender t¨ªtulos que, por otra parte, cada vez tienen menos valor en la sociedad y el empleo. Todo ello resulta muy preocupante. Por aportar alg¨²n aspecto positivo, es necesario que exista un sistema de clasificaci¨®n de alumnos antes de la Universidad para homogeneizar la procedencia de los estudiantes (en particular, si provienen del sistema p¨²blico o privado). Pero tambi¨¦n deber¨ªa existir un sistema de selecci¨®n m¨¢s duro en otras etapas del sistema educativo. Adem¨¢s, ser¨ªa positivo que la prueba fuese ¨²nica para toda la naci¨®n, algo parecido al MIR de Medicina, porque tambi¨¦n hay presi¨®n por parte de las comunidades aut¨®nomas y de los centros educativos por quedar bien clasificadas en el sistema¡±.

Juan S¨¢nchez Gonz¨¢lez, profesor de la Universidad de Extremadura y coordinador de la materia Historia de Espa?a: ¡°Podr¨ªa ser deseable que no existiera la selectividad, cuesti¨®n por otra parte que ya se planteaba en los a?os setenta del siglo pasado. En el caso de que hubiera que mantenerla, siempre caben mejoras y optimizaciones, en la l¨ªnea, a mi modo de ver, de una mayor coordinaci¨®n entre las diferentes comunidades aut¨®nomas para que el modelo de examen sea m¨¢s equiparable y equilibrado ¡ªalgo se ha hecho por las circunstancias excepcionales en este curso¡ª, y donde sin necesidad de pactar un mismo examen por materia para todos los alumnos espa?oles, algo que parece una quimera indeseable, ni de proponer ex¨¢menes tipo test o exclusivamente memor¨ªsticos, los niveles de dificultad y de capacitaci¨®n est¨¦n mucho mejor compensados y ajustados. Con una buena coordinaci¨®n e intercambio de experiencias, si el sistema debe mantenerse ¡ªque es un debate en principio m¨¢s trascendente¡ª no encuentro mayor problema y s¨ª, incluso, beneficios formativos, en el hecho de que los alumnos extreme?os tengan que comentar un texto de las guerras carlistas y que los andaluces tuvieran que hacer lo propio con otro de la Primera Rep¨²blica. Siempre y cuando la estructura de la prueba a la que se enfrenten sea equivalente y ajustada en t¨¦rminos acad¨¦micos y de conocimientos¡±.

Eugenio S¨¢nchez Bravo, profesor del instituto p¨²blico Valle del Jerte, de Plasencia, y coordinador de secundaria para Filosof¨ªa: ¡°La selectividad es un buen sistema porque ayuda a organizar un cuerpo de conocimientos com¨²n en bachillerato. Una prueba final, escrita, universal es un buen ejercicio de igualdad. ?Funciona bien? S¨ª, la organizaci¨®n es buena. La gente puede criticar, los medios buscar el esc¨¢ndalo, pero hay mucho trabajo y gente competente detr¨¢s de la organizaci¨®n de un evento de estas dimensiones. ?Se puede mejorar? Creo que s¨ª. Se podr¨ªa empezar por avanzar hacia la digitalizaci¨®n de los ex¨¢menes del alumnado¡±.

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