Los ¡°superpoderes¡± de la oveja segure?a y otros recursos de educaci¨®n ambiental
Un grupo de ambient¨®logos, psic¨®logos y maestros desarrolla talleres para aumentar la conexi¨®n de los estudiantes con su paisaje y paliar la despoblaci¨®n del altiplano estepario en Granada, Almer¨ªa y Murcia
?C¨®mo se logra que un ni?o se sienta unido a su paisaje, al territorio y a su naturaleza? ?Es posible que ese afecto perdure, se convierta en amor, y as¨ª paliar el auge de la despoblaci¨®n en la Espa?a vaciada? Un grupo de expertos del altiplano estepario en Almer¨ªa y Granada y el noroeste de Murcia han estado buscando las respuestas y creen haberlas encontrado. ¡°La clave es maravillar y hablar a los ni?os desde el alma, a trav¨¦s del asombro, las emociones y la magia. Les contamos los superpoderes curativos de las plantas arom¨¢ticas y les hablamos sobre sus abuelos y las semillas ancestrales. Si creas un amor por los manantiales, les importar¨¢ comprobar que se secan y que ellos pierden identidad¡±, resume la ambient¨®loga Bel¨¦n S¨¢nchez sobre la iniciativa, llamada Educar en paisaje, consistente en talleres para escolares en y sobre la naturaleza.
Es un paso m¨¢s en la educaci¨®n ambiental, con la vista puesta en 2040, cuando los alumnos de hoy empiecen a decidir su futuro vital. La poblaci¨®n se desangra en este rinc¨®n del sudeste y ya solo quedan cuatro habitantes por kil¨®metro cuadrado en la comarca de los V¨¦lez (Almer¨ªa), una densidad menor que la de Laponia. Los colegios cierran de manera progresiva y el clima semi¨¢rido empuja a las familias j¨®venes sin arraigo hacia las ciudades y la costa. Si Gor (Granada) ten¨ªa 6.016 habitantes en 1950, hoy solo quedan 733 (-88%); Moratalla (Murcia) de 14.117 vecinos se ha quedado con la mitad, 7.839, y C¨®bdar (Almer¨ªa) ha pasado de 949 habitantes a mediados del siglo XX, a solo 143 hoy (-85%), seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE).
De la mano de los m¨¢s ancianos del altiplano y sus historias, el grupo formado por psic¨®logos, ambient¨®logos, maestros, historiadores e ingenieros buscaron inspiraci¨®n durante un a?o para perge?ar un proyecto de visi¨®n hol¨ªstica que ya han puesto en marcha con ¨¦xito para alumnos de infantil y primaria de 32 escuelas el curso pasado, hasta la irrupci¨®n del coronavirus. ¡°El reto es educar su mirada, llegar a su interioridad. Y es m¨¢s sencillo desde experiencias reales y palpables de sus abuelos. Cuando le preguntas a un ni?o en una plaza por el edificio m¨¢s bonito, siempre se va al edificio nuevo¡±, ejemplifica Loly Masegosa, codirectora del proyecto, obra de la Fundaci¨®n Paisaje.
¡°El problema del desequilibrio poblacional es una de las razones de la p¨¦rdida de autoestima de la gente que vive en el mundo rural, y es bienvenida cualquier iniciativa que genere un v¨ªnculo afectivo positivo con el campo frente al mundo brillante de los sue?os que alberga la pl¨¢stica urbana que nos ha acunado. Necesitamos reequilibrar el uso del territorio¡±, ensalza Jos¨¦ Antonio Corraliza, catedr¨¢tico de Psicolog¨ªa Ambiental en la Universidad Aut¨®noma de Madrid.
Los alumnos aprenden en positivo que las personas pueden tambi¨¦n ser regeneradores del medio ambiente, no solo destructores, que es la tendencia habitual, alertar sobre el impacto negativo del desarrollo. La pasada Navidad conocieron los ¡°superpoderes¡± de la oveja segure?a aut¨®ctona (entre los que destaca su capacidad de adaptaci¨®n a los entornos m¨¢s dif¨ªciles y su velocidad de crecimiento) y muchos tocaron por primera vez la lana verdadera. ¡°?Lo mejor del curso? El huerto que hicimos, porque metimos las plantas en la tierra. Bueno, tambi¨¦n las clases de alimentaci¨®n saludable¡±, resalta Eva Vilar, de nueve a?os, que de mayor quiere ser panadera. Para los ni?os, los agricultores y los pastores son un referente esencial como ¡°guardianes del paisaje¡± y ¡°herederos de su cultura ancestral¡±, subraya David Guerrero, codirector de estos talleres.
Jes¨²s Mar¨ªa Garc¨ªa, hoy jubilado, busc¨® durante 27 a?os como maestro en Galera (Granada) que sus alumnos se enamoraran de su patrimonio arqueol¨®gico. ¡°Teatralizamos la vida en los diferentes yacimientos y dividimos a los ni?os entre los investigadores cient¨ªficos y los arg¨¢ricos (sociedad de hace 4.000 a?os). Los primeros no entend¨ªan el idioma, pero yo hac¨ªa de mago-traductor. Los ni?os se divert¨ªan, porque la ense?anza de la historia se considera un plomo por aprenderse fechas y periodos. Se concienciaron tanto que me sali¨® un director de museo y ge¨®logos relevantes¡±, destaca. En la ¨²ltima d¨¦cada su colegio ha pasado de 110 alumnos a solo la mitad.
Una l¨ªnea de investigaci¨®n universitaria sobre educaci¨®n ambiental denominada ¡°experiencias vitales significativas¡± entrevist¨® a centenares de especialistas y concluy¨® que la interacci¨®n con la naturaleza siendo ni?o y la influencia de personas concretas son las dos razones que m¨¢s pesan para investigar o implicarse en defensa del medio natural. ¡°El aprecio por las cosas puede venir por el conocimiento, pero lo normal es que venga por las huellas, que son enormes siendo ni?os, porque lo que se disfruta en la infancia te marca la vida. A la gente se le llega por el coraz¨®n, no por la cabeza¡±, apunta Javier Benayas, catedr¨¢tico de Ecolog¨ªa de la Universidad Aut¨®noma y coeditor del libro blanco de la educaci¨®n ambiental en Espa?a.
La intenci¨®n del proyecto es pasar a formar parte de los programas de la Junta de Andaluc¨ªa, que ya cuenta con Vivir y sentir el patrimonio y Aldea, que aglutina a 415.252 alumnos, uno de cada cuatro de los dos millones con los que cuenta la comunidad. Adem¨¢s, hay 215 ecoescuelas con el 80% de su claustruo implicado en la educaci¨®n ambiental. Eso s¨ª, un escollo para su expansi¨®n es la formaci¨®n del profesorado para adquirir la capacidad de emocionar a sus alumnos. El uso de la sabidur¨ªa popular es un truco que forma parte hace a?os de la educaci¨®n ambiental. ¡°Para querer algo tienes que comprenderlo. Con la pedagog¨ªa activa el alumno tiene acceso a mucha informaci¨®n sutil y constructiva a trav¨¦s de la cooperaci¨®n y el debate. En la naturaleza, pero tambi¨¦n en un parque, donde se pueden hacer grandes descubrimientos¡±, apunta Federico Vel¨¢zquez de Castro, presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Educaci¨®n Ambiental. En el pa¨ªs hay 600 centros de educaci¨®n ambiental.
Los ni?os realizan salidas a la naturaleza con estos talleres, aunque pasan la mayor¨ªa del tiempo en el aula. Al contrario que las escuelas-bosque, donde los alumnos de entre tres y seis a?os generan ese afecto con el medio natural porque es su escenario diario de aprendizaje y su mapa emocional, entre el 80% y el 100% de su horario lectivo. Su segundo hogar. Analizar un ¨¢rbol con un trabajo matem¨¢tico o ver las leyendas es su rutina, pero su conocimiento tambi¨¦n llega a trav¨¦s de personas mayores ¡°que saben mucho del clima y parece magia¡±, ilustra Bibiana Marful, de la escuela Nenea, en Lugo, y miembro de la directiva de la Asociaci¨®n Nacional de Educaci¨®n en Naturaleza (EDNA).
Mar¨ªa Nieves Navarro, directora del colegio Francisco Ayala en Castril (Granada), con 47 alumnos, est¨¢ encantada: ¡°Ha sido una experiencia estupenda por lo que aporta en este entorno rural y tan alejado. Todo el mundo quiere ir a la ciudad y parece que esto es el tercer mundo. Es fundamental llevar nuestra calidad de vida al colegio para que nuestros ni?os no sientan ese impulso de salir de aqu¨ª porque no hay recursos para los j¨®venes. Hay que abrir su mente¡±, resume. Masegosa dispara con una raz¨®n m¨¢s para expandir su idea, de cariz antropol¨®gico: ¡°Somos los ind¨ªgenas de Europa¡±.
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