Cinco planes para perderse en el bosque en familia
Un paseo por la naturaleza puede ser mucho m¨¢s enriquecedor pedag¨®gicamente que un aula convencional. La maestra y directora de la escuela bosque Amadahi da las claves para disfrutarlo y aprender
¡°Entrar en un bosque es como ir a la casa de tu t¨ªa favorita¡±, explica la veterana maestra y profesora de magisterio en la Universidad de A Coru?a Paz Gon?alves. ¡°Es una experiencia especial, a la que enfrentarse con respeto, porque no somos los protagonistas, sino invitados en el hogar de los ¨¢rboles, los animales, y la tierra...¡±. Para los alumnos de Paz en su escuela bosque Amadahi, en el monumento natural de Deixo (A Coru?a), el bosque es tambi¨¦n un aula, como puede serlo para aquellas familias que huyan de los humos de la gran ciudad este verano. Esta especialista en educaci¨®n infantil da algunas pistas para convertir un paseo por el bosque en un aprendizaje.
Su primer consejo es pr¨¢ctico. ¡°Hay que prepararse con la ropa fresquita adecuada, crema de sol, calzado c¨®modo, prendas de recambio, y un sombrero o gorra; podemos incluso improvisarlo si nos lo olvidamos: los ni?os de mi escuela han dise?ado uno con hojas de helecho que se engancha en la coleta, funciona como visera y al bambolearse te evita las picaduras de mosquitos; es el helecho-sombrero¡±, explica esta profesora con 29 a?os de experiencia. Su segunda recomendaci¨®n es m¨¢s reflexiva: ¡°Debemos vestirnos con una actitud amorosa y agradecida ante la invitaci¨®n que el bosque nos hace. Si se lo planteas a los ni?os, su entrada al espacio natural ser¨¢ con mayor respeto, y con vocaci¨®n de establecer un di¨¢logo¡±. Para ese recorrido por el bosque, Gon?alves realiza cinco propuestas para los lectores de EL PA?S.
1. La llave del bosque
¡°Cada d¨ªa el bosque nos regala una llave. Nadie puede entrar sin encontrarla antes. Es una llave ef¨ªmera, a veces disfrazada de palito, otras de piedra y debe encajar en la cerradura, que tambi¨¦n cambia, y se esconde en un ¨¢rbol cercano¡±. As¨ª propone esta educadora gallega comenzar el recorrido por el bosque. Y debe guardarse todo el camino para cerrar el bosque una vez acabe la visita. ¡°Cuando entramos, le damos las gracias al bosque por dejarnos pasar y as¨ª ya se ha establecido un di¨¢logo¡±, explica esta maestra. ¡°Solo con esta acci¨®n cambia todo. No vale el primer palo que encuentren, ellos buscan y escogen el que les llama. Y esa llave nos sirve para entender lo que nos quiere contar el bosque a trav¨¦s de ese palo: su textura, las emociones que transmite, a qu¨¦ huele, si es ¨¢spero, pegajoso, si es una resinosa... Y les invitas a que interpreten y escuchen lo que nos quiere contar el bosque hoy con esa llave¡±, explica la profesora.
Gon?alves apunta que es importante que los adultos se queden en un segundo plano. ¡°Los padres no deben ir de superanimadores, sino responder a lo que los ni?os van demandando. Hay que evitar el: ¡°mira, mira¡± y usar el silencio; permitir el asombro y escuchar¡±.
2. Caminar consciente: ingredientes para nuestra pasta de dientes o bombas de semillas
Paz recomienda olvidarse la mayor¨ªa de los m¨®viles en el coche, y caminar atentos a lo que ocurre alrededor. ¡°Venimos a curiosear, a investigar y a preguntarnos mil cosas, pero sobre todo venimos a estar. Podemos ir a recoger moras y hacer pinchitos con pajitas que encontremos, comer pi?ones reci¨¦n recolectados o casta?as o madreselvas comestibles o fruta de la pasi¨®n, saludar a los animales... Todas esas actividades generan un mont¨®n de preguntas y siempre es conveniente llevar una gu¨ªa de aves, de insectos o mariposas¡±, apunta. Tambi¨¦n se puede plantear el reto de encontrar menta o hierbabuena para conseguir los ingredientes de una pasta de dientes casera a base de arcilla blanca.
Tampoco debe preocupar en exceso si los padres o madres son legos en asuntos de la naturaleza: ¡°Les dices que no tienes ni idea y les planteas investigarlo juntos. A los ni?os les encanta porque les da un rol activo en el proceso y se implican mucho m¨¢s¡±, explica Gon?alves. Y si no se encuentra la respuesta, ¡°siempre se puede tirar de creatividad y buscarle un nombre a esa mariposa o ese insecto que quedar¨¢ para siempre en la familia, con la complicidad que eso genera¡±.
3. Crear un bast¨®n de poder y el poder de crear bosques
Un recurso que siempre funciona es crear un bast¨®n de poder o un bord¨®n. Para ello solo hay que escoger un buen palo, tal alto como el ni?o y suficientemente firme como para apoyarse en ¨¦l y acordarse de llevarlo siempre que se hace una salida al campo. ¡°En cada salida debemos escoger algo que nos la recuerde y a?adirla al bast¨®n. Puede ser una semilla y atarla con un cordel, o una piedrecita o una concha que nos regale la naturaleza. O simplemente una muesca o marca, como un diario de aventuras en el bosque¡±, explica Paz.
Y el bast¨®n puede completarse con el poder de crear bosque. ¡°Se pueden fabricar bombas de semillas de especies aut¨®ctonas¡±, explica esta profesora. Si se va a un casta?ar, un robledal o un encinar, podemos llevar en el bolsillo una nuez germinada, una casta?a o una bellota. ¡°Una vez en el bosque, buscamos una buena tierra h¨²meda, arcillosa a ser posible, con la que envolver la semilla y hacer una pelota. El ni?o la lanza donde le apetezca dese¨¢ndole: ?Buen crecer!¡±, se?ala. Para germinar una nuez, por ejemplo, hay que ponerla dos d¨ªas a remojo, abrir un trocito en la concha, envolverla en una servilleta h¨²meda y dejarla unos d¨ªas m¨¢s en un armario hasta que salga la ra¨ªz. ¡°Es incre¨ªble la emoci¨®n del ni?o al a?o siguiente, cuando va al bosque piensa que ese roble chiquito es el que ¨¦l lanz¨® con su bomba de semillas, o en zonas quemadas, que ellos se vean como actores del cambio capaces de contribuir a repoblar un monte¡±, garantiza.
4. Un herbario de reciclaje y un ¡®bichario¡¯ de insectos encontrados
Otra de las tareas que propone esta maestra que ha convertido al bosque en su aliado educativo es la de crear un herbario o un bichario. Para el primero propone llevar una prensa casera. ¡°Usas dos cartones de una caja de zapatos, metes entre ellos varios folios doblados a modo de cuartilla y, con un par de gomas, ya tienes una prensa en la que ir archivando las flores y hojas que m¨¢s les vayan interesando¡±, explica. Y, al regresar a casa, pueden investigarse esas plantas, dibujarlas e irlas pegando en un ¨¢lbum casero para completar una perfecta clase de biolog¨ªa: ¡°Partes de lo que les ha llamado la atenci¨®n, de sus centros de inter¨¦s y despiertas la curiosidad cient¨ªfica: curiosidades de cada planta, a qui¨¦n alimenta, qu¨¦ p¨¢jaros anidan en ella, el nombre, la clasificaci¨®n... Es un ejercicio muy completo para compartir en familia¡±. Incluso les puede servir para relacionarse con los peligros de su entorno. ¡°Los ni?os de mi escuela saben reconocer las hierbas urticantes y recolectarlas sin que piquen. Como las ortigas, todos saben que si las acaricias desde el centro hacia fuera no te pican¡±, apunta.
Otra versi¨®n recolectora puede ser la de ir creando poco a poco un bichario con insectos muertos. Esto permite trabajar la paciencia, poner en valor el largo plazo. Cuando encuentras los insectos hay que guardarlos en una cajita ¡ªpuede ser una caja de cerillas o la c¨¢psula de un huevo sorpresa, por ejemplo¡ª. Una vez en casa, se congelan 24 horas para eliminar posibles bacterias y luego se colocan pinch¨¢ndolos en un cart¨®n. ¡°Si se observan con una lupa, los ni?os descubrir¨¢n colores que no se aprecian a simple vista, formas geom¨¦tricas escondidas en el caparaz¨®n, pelos, el aguij¨®n, los ojos, texturas sorprendentes. En casa se pueden investigar esos tesoritos con la ayuda de gu¨ªas de insectos y poner el nombre, la especie y la informaci¨®n que consideren interesante¡±, sugiere la docente gallega.
5. Cuentacuentos exquisito en un tronco
Y antes de despedirse del bosque, Paz propone reservar un tiempo para contar un cuento entre todos. Al estilo de los cad¨¢veres exquisitos dada¨ªstas, pero en versi¨®n familiar. ¡°Basta con sentarse en un tronco, coger un palito y una pi?a e inventarse dos personajes que protagonicen una historia encadenada en la que cada uno va continuando el relato del anterior. Este es un ejercicio de expresi¨®n oral, de trabajo en equipo y de creatividad¡±, concluye esta profesora, que recuerda que antes de marcharse hay que volver a cerrar el bosque.
Todas estas actividades ef¨ªmeras sirven para trabajar el v¨ªnculo con la naturaleza, para acompa?arles a crecer m¨¢s felices y para convertir a los ni?os en cuidadores de mundos: ¡°Los ni?os que tienen experiencias tempranas en la naturaleza y la van a cuidarla pero no por el miedo, sino por amor¡±.
La clave para que la aventura en el bosque concluya con ¨¦xito es, seg¨²n Paz, el ¡°no tiempo¡±: ¡°No ir con prisas, no querer llegar a ning¨²n sitio sino disfrutar del camino; es algo que tenemos que aprender a hacer los adultos, y que los ni?os llevan incorporado. Vayamos al bosque como si fuera la primera vez que nos adentramos en la naturaleza, con la mirada fresca. Si les dejas y les permites los ni?os te dan un mont¨®n de pistas porque son muy poderos y muy sabios. Dejemos que nos arrastren¡±, concluye.
Cinco planes para disfrutar el verano con hijos en... La playa
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