El nuevo desaf¨ªo de la educaci¨®n en casa
El ¡¯homeschooling¡¯ es muy minoritario en Espa?a, pero el movimiento de padres que no quiere escolarizar a sus hijos por la covid preocupa a las autoridades educativas
El movimiento de padres que no quieren llevar a sus hijos a la escuela por miedo a los contagios de coronavirus ha ido creciendo este verano al calor de las redes sociales, donde las adhesiones a manifiestos digitales se cuentan por centenares de miles. ?Qu¨¦ fuerza tendr¨¢ al final, cuando los colegios abran y los progenitores tengan que enfrentarse a la disyuntiva de desafiar la ley ¡ªla normativa espa?ola no permite la educaci¨®n en casa o homeschooling¡ª? Nadie lo sabe. Pero la cuesti¨®n preocupa a las autoridades educativas, y as¨ª qued¨® de manifiesto en las reuniones que la semana pasada mantuvieron el Ministerio de Educaci¨®n y las comunidades aut¨®nomas. Su mensaje desde entonces es el mismo: ir a clase es un derecho de los ni?os, no una decisi¨®n que puedan tomar los padres.
La Fiscal¨ªa de Menores advirti¨® el jueves a los progenitores que la escolarizaci¨®n de los menores es obligatoria entre los seis y 16 a?os. Y que los padres que incumplan la obligaci¨®n de forma injustificada se enfrentan a consecuencias penales, si bien el ministerio p¨²blico subray¨® este viernes que tendr¨¢ en cuenta las circunstancias personales del alumno absentista, as¨ª como el estado de salud de los familiares con quienes conviva, a la hora de valorar cada caso. La Abogac¨ªa del Estado est¨¢ elaborando un informe al respecto a petici¨®n del Ministerio de Educaci¨®n. Y la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa acaba de terminar una gu¨ªa en la que concluye que el potencial contagio de coronavirus solo supone un riesgo relevante para una peque?a parte de los ni?os con enfermedades cr¨®nicas, mientras que la mayor¨ªa de quienes las padecen pueden ir a la escuela.
Antes de que la epidemia infundiera el miedo al contagio en un sector de las familias, agravado por las, en su opini¨®n, insuficientes medidas adoptadas por las Administraciones para hacer de las escuelas lugares seguros, el movimiento que defiende la educaci¨®n en casa ya exist¨ªa en Espa?a, aunque siempre ha sido muy minoritario. La Asociaci¨®n por la Libre Educaci¨®n (ALE), la entidad de referencia del movimiento espa?ol, afirma tener unas 400 familias asociadas, las mismas que en 2008, seg¨²n una informaci¨®n publicada aquel a?o por este peri¨®dico. Su presidenta, Marta Arnau, dice, sin embargo, que en las ¨²ltimas semanas est¨¢n recibiendo un aluvi¨®n de llamadas y mensajes de personas interesadas en el homeschooling. Y el abogado y profesor de la Universidad Europea de Valencia Jorge S¨¢nchez-Tarazaga, que asesora a la asociaci¨®n, cuenta que el jueves lleg¨® a tener una videoconferencia con un centenar de personas interesadas en conocer las consecuencias legales que puede acarrearles dejar de llevar a los ni?os al colegio.
Abundantes problemas
Sus partidarios creen que la educaci¨®n en casa no ha despegado hasta ahora en Espa?a porque no es legal, lo que se traduce en abundantes problemas para padres e hijos. ¡°Hay familias que lo llevan perfectamente. Pero generalmente se sufre, porque si las Administraciones se ponen en contra, las presiones que ejercen hacia la integridad familiar son bastante graves¡±, se?ala la presidenta de ALE.
Seg¨²n el abogado S¨¢nchez-Tarazaga los procesos penales por absentismo escolar (que pueden conllevar hasta seis meses de prisi¨®n) no prosperan contra quienes practican la educaci¨®n en casa, ya que no encajan en el delito de abandono familiar. Pero el letrado admite que los progenitores se exponen a expedientes administrativos de los servicios sociales y a procedimientos civiles que pueden conducir a la p¨¦rdida de la tutela e incluso de la patria potestad, ya que las normas estatal y auton¨®micas identifican la no escolarizaci¨®n con una situaci¨®n de potencial ¡°riesgo y desamparo del menor¡±. Y que aunque hay diferencias entre autonom¨ªas, lo habitual es que las familias arrojen la toalla y acepten llevar a sus hijos a la escuela o el instituto.
El Tribunal Constitucional zanj¨® en 2010 el debate jur¨ªdico al rechazar el recurso de unos padres de M¨¢laga que no quer¨ªan escolarizar a sus hijos. De modo que la ¨²nica manera de que el homeschooling pudiera practicarse con tranquilidad en Espa?a pasar¨ªa por cambiar la ley, concluye S¨¢nchez-Tarazaga.
Quienes pese a todo lo practican, pasando bajo el radar de los servicios sociales, tienen dificultades para obtener los t¨ªtulos oficiales, los alumnos suelen perder cursos y est¨¢, adem¨¢s, la cuesti¨®n del contacto con iguales. ¡°Los ni?os socializan perfectamente fuera de la escuela, el problema es la ilegalidad. Si hubiera otros sitios donde pudieran socializar por las ma?anas, podr¨ªan hacerlo de una manera m¨¢s natural. El problema viene cuando una se tiene que esconder y salir en horario no lectivo. Eso empuja a quedarse en casa quieta, por miedo¡±, cuenta Vicky, miembro de la Asociaci¨®n por la Libre Educaci¨®n, que pide que no se publique su apellido.
Derecho a socializar
?Por qu¨¦ algunas familias se exponen pese a todo? ¡°Por respeto a los ritmos de los ni?os y para darles una educaci¨®n m¨¢s personalizada. No estamos en contra que se lleve a los ni?os a la escuela, pero creemos que esta es otra opci¨®n que deber¨ªa contemplarse, como sucede en otros pa¨ªses¡±, dice la presidenta de la asociaci¨®n. El homeschooling tiene mucho arraigo en EE UU y est¨¢ permitido en pa¨ªses europeos como el Reino Unido y Portugal. Otros, como Alemania, tambi¨¦n lo proh¨ªben.
Jos¨¦ Saturnino Mart¨ªnez, profesor de Sociolog¨ªa de la Universidad de La Laguna, nombrado recientemente director de la Agencia de Calidad Universitaria y Evaluaci¨®n Educativa del Gobierno de Canarias, defiende el veto. ¡°Incluso si estuvieran bien atendidos desde el punto de vista did¨¢ctico, el menor tiene el derecho a socializar con otros ni?os, a aprender a convivir en instituciones m¨¢s all¨¢ de la familia y a entender que no solo somos individuos con deseos, sino que tambi¨¦n tenemos responsabilidades con la sociedad¡±, afirma.
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