'Bullying', anorexia, peleas en el recreo¡ ?Cu¨¢ndo es responsable el colegio de los da?os que sufren los ni?os?
Los jueces condenan a indemnizar si aprecian falta de atenci¨®n y vigilancia por los profesores
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La semana pasada se dio a conocer la sentencia que condena a la Comunidad de Madrid a indemnizar con 7.500 euros a los padres de una menor por no detectar y actuar en un caso de acoso escolar por racismo (texto que puede consultar ¨ªntegramente aqu¨ª). Este es solo uno m¨¢s de los numerosos supuestos en los que los colegios pueden llegar a responder por negligencia en el cuidado de los menores matriculados.
Siempre que haya una situaci¨®n de dejadez, omisi¨®n o una actuaci¨®n insuficiente, los padres pueden demandar por los da?os o el mal que hayan sufrido sus hijos en el colegio, ya sea bullying, lesiones, o, incluso, por des¨®rdenes alimentarios como la anorexia. Cuesti¨®n distinta es que el centro sea finalmente condenado porque, si bien existen unos par¨¢metros m¨¢s o menos unitarios para medir la diligencia de los colegios, la culpa de la entidad o los profesores depender¨¢ de c¨®mo valoren los jueces las circunstancias del caso.
Responsables de sus alumnos
Los centros educativos, tanto p¨²blicos como privados, tienen una especial obligaci¨®n de cuidado y vigilancia de los menores que se encuentren en sus instalaciones o al cargo de un profesor o empleado (en actividades extraescolares o excursiones, en el recreo, e, incluso, si se escapan del centro escolar). El?art¨ªculo 1.903 del C¨®digo Civil dispone que los titulares de los colegios "responder¨¢n por los da?os y perjuicios que causen sus alumnos menores de edad durante los per¨ªodos de tiempo en que los mismos se hallen bajo el control o vigilancia del profesorado del centro, desarrollando actividades escolares o extraescolares y complementarias¡±. Una responsabilidad casi objetiva (es decir, que se activa de forma autom¨¢tica), seg¨²n establece el Tribunal Supremo en una sentencia de 10 de marzo de 1997.
En todo caso, hay una serie de premisas que deben darse para poder exigir esa responsabilidad. En primer lugar, debe existir una actuaci¨®n negligente del centro o del profesor. En segundo t¨¦rmino, debe haber una relaci¨®n o un nexo entre este comportamiento descuidado y el da?o sufrido por el menor. En tercer lugar, debe acreditarse el da?o f¨ªsico o moral provocado, cuya cuantificaci¨®n se establecer¨¢ posteriormente.
¡®Bullying¡¯
Una de las situaciones m¨¢s tr¨¢gicas en ese sentido son los casos de acoso escolar. Seg¨²n los datos del Tel¨¦fono contra el Acoso Escolar del Ministerio de Educaci¨®n, a lo largo de 2018 se detectaron 5.557 posibles casos de bullying. Una cifra que, sin embargo, no representa la realidad, teniendo en cuenta que se trata de supuestos no siempre f¨¢ciles de detectar y que las v¨ªctimas evitan denunciar. No obstante, en caso de llegar a un tribunal, una de las cuestiones que examinan los jueces es si hab¨ªa protocolo antiacoso y si se actu¨® de acuerdo con el mismo. Una actividad insuficiente o ineficaz puede ser motivo de condena.
En este sentido, fall¨® un juzgado de lo Contencioso-Administrativo de Madrid en 2014 (puede ver aqu¨ª la sentencia) cuando conden¨® a la Administraci¨®n por un caso de acoso escolar contra un menor. Seg¨²n el juez, el centro, que conoc¨ªa del problema entre los ni?os implicados y la v¨ªctima, no tom¨® las medidas suficientes para evitar la situaci¨®n, como instaurar un sistema de prevenci¨®n o un protocolo de actuaci¨®n. Por ello, el juzgado fij¨® una indemnizaci¨®n de 4.000 euros por los da?os morales sufridos. Un motivo que tambi¨¦n eplen¨®, en 2016, el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Madrid. En este caso (que puede consultar aqu¨ª), los magistrados reprochan al centro, no solo la inexistencia de un protocolo, sino tambi¨¦n que no indagara sobre lo que estaba sucediendo en el grupo, sobre todo teniendo en cuenta el parte de lesiones que present¨® el hospital que atendi¨® al alumno acosado despu¨¦s de sufrir una paliza.
No obstante, la existencia de un protocolo no exime al colegio de responsabilidad. As¨ª lo determin¨® un juzgado de lo contencioso-administrativo Barcelona cuando penaliz¨® en 2018 al Consorci d'Educaci¨® de Barcelona a indemnizar con 3.800 euros, m¨¢s los intereses legales, a la familia de un alumno por la "pasividad" del centro para atajar la situaci¨®n de bullying que sufri¨® el menor. A pesar de que la escuela contaba con un protocolo, recalca el juez, este no activ¨® ¡°pese a existir un informe de un pediatra que alertaba de posibles indicios de acoso¡±. Seg¨²n recoge el fallo, el centro se limit¨® a afirmar que respetaba la opini¨®n del pediatra, aunque no la compart¨ªa, lo que, en opini¨®n del magistrado,?acentuaba su responsabilidad.
Tel¨¦fonos m¨®viles
La permisividad en el uso de los tel¨¦fonos m¨®viles de los menores en clase o en instalaciones ¡°especialmente delicadas¡± como las duchas y vestuarios, puede motivar la condena al colegio por el acoso sufrido por un alumno. Este es el caso que sentenci¨® en enero de 2019 la Audiencia Provincial (AP) de Vizcaya (en una sentencia que puede consultar aqu¨ª),?en el que dio la raz¨®n a los padres de un menor v¨ªctima de bullying. Para el tribunal qued¨® ¡°meridianamente claro¡± que la actuaci¨®n del centro hab¨ªa sido ¡°francamente negligente y descuidada¡± pues lo sucedido demostraba el ¡°fracaso estrepitoso¡± de los ¡°supuestos controles que se ven¨ªan realizando para impedir el uso de los tel¨¦fonos m¨®viles en el centro escolar, particularmente en un ¨¢rea especialmente delicada y sensible como son las duchas y los vestuarios¡±.
Este mismo tribunal, en cambio, eximi¨® en 2018 a otro centro por acoso escolar? (en una resoluci¨®n que puede consultar aqu¨ª) por ¡°falta de acreditaci¨®n de conducta negligente del colegio¡±, ya que, seg¨²n los magistrados, adopt¨® las medidas oportunas para solventar la situaci¨®n denunciada por los padres. Seg¨²n recoge el fallo, se trataba fundamentalmente de un conflicto entre los dos alumnos en exclusiva, y se actu¨® separando a los ni?os de la clase para el siguiente curso y elaborando el protocolo correspondiente con informaci¨®n peri¨®dica a la inspecci¨®n educativa.
Accidentes
M¨¢s all¨¢ del acoso escolar, los colegios tambi¨¦n pueden ser considerados responsables por incidentes fortuitos que ocurren en sus instalaciones, como un balonazo durante el recreo o una ca¨ªda durante la clase de gimnasia, por ejemplo. En estos casos, el centro ha de probar que tom¨® las medidas suficientes para evitar que el accidente ocurriera, lo que en ocasiones resulta muy complejo teniendo en cuenta que son situaciones pr¨¢cticamente imposibles de prever. En este contexto, la Audiencia Provincial de Guadalajara conden¨® en 2009 a un colegio por el golpe que sufri¨® una menor al ser golpeada por un columpio mientras jugaba en el patio. Para el tribunal, el columpio es un elemento que ¡°entra?a cierta peligrosidad¡±, y considera el accidente no se hubiera producido ¡°si los encargados de vigilar a los alumnos hubieran adoptado las medidas de precauci¨®n y seguridad oportunas¡±. Asimismo, recuerda que las medidas de vigilancia se deben reforzar cuando se trata de ni?os de corta edad, como as¨ª ocurr¨ªa en este caso (la menor lesionada ten¨ªa cuatro a?os).
Un fallo similar fue el del Tribunal Supremo cuando en el a?o 2000 confirm¨® la responsabilidad del colegio por el balonazo que sufri¨® un alumno de siete a?os, provoc¨¢ndole un grave traumatismo cr¨¢neo-encef¨¢lico que le dej¨® importantes secuelas motoras. El alto tribunal (cuya sentencia puede consultar aqu¨ª) critica especialmente la falta de vigilancia durante el recreo, especialmente teniendo en cuenta que el espacio era compartido por ni?os peque?os y por adolescentes. Por ello, fij¨® la indemnizaci¨®n en 28 millones de pesetas (alrededor de 170.000 euros).
A una conclusi¨®n diferente lleg¨® en 2015 la AP de Islas Baleares cuando desestim¨® la demanda de los padres de un menor que sufri¨® una ca¨ªda mientras jugaba. En este caso (que puede consultar aqu¨ª), los magistrados constataron que el tropez¨®n fue a causa del empuj¨®n de otro compa?ero, lo que ¡°forma parte de un riesgo normal en la vida escolar¡±. Asimismo, niega que existiese negligencia en la vigilancia por parte del personal docente ya que ¡°no se puede prever un empuj¨®n de estas caracter¨ªsticas¡±.
Trastornos de aprendizaje
En 2015, los padres de un menor reclamaron a la Administraci¨®n los gastos econ¨®micos y da?os morales por los trastronos de conducta y falta de rendimiento escolar de su hijo derivados, seg¨²n demandaron, de un inadecuado tratamiento educativo y desviaciones en su orientaci¨®n psicol¨®gica.
La Audiencia Provincial de Zaragoza rechaz¨® la demanda. Aunque reconoci¨® que este era un tema complejo, no encontr¨® relaci¨®n de causalidad entre la docencia impartida al ni?o y sus trastornos de comportamiento. En su resoluci¨®n (que puede consultar aqu¨ª) aclara que se debi¨® de probar que el menor ten¨ªa una conducta normal y que fueron los m¨¦todos empleados por el colegio los que incidieron perjudicialmente en su comportamiento.
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