Carreras futuristas preparadas para el mundo real
En los ¨²ltimos a?os ha crecido la demanda y la oferta de estudios de grado m¨¢s especializados relacionados con la inteligencia artificial, los robots o los datos
Nadie pone en duda lo diferente que habr¨ªa sido la pandemia de coronavirus ¨Dy en general, la vida¨D sin la tecnolog¨ªa. Cuando una plataforma streaming sugiere una serie acorde a gustos o una nevera advierte de que una manzana va a estropearse, el usuario est¨¢ utilizando materias que hace una d¨¦cada hubieran sonado a ciencia ficci¨®n, como la Inteligencia Artificial (IA). No queda tanto para que los robots no solo vayan a Marte, sino que atiendan un supermercado, asistan a una persona con Alzheimer o un software detecte un c¨¢ncer. La digitalizaci¨®n de la sociedad no es un fen¨®meno nuevo, pero durante el ¨²ltimo a?o se ha visto acelerado por el auge forzado del teletrabajo; y como toda mutaci¨®n, destruir¨¢ empleos para crear otros nuevos y, como es l¨®gico, necesitar¨¢ que las carreras y los grados de Formaci¨®n profesional Superior se adapten. Y en ese proceso est¨¢n las universidades, que cada vez ofertan m¨¢s grados especializados para hacer frente a los retos que depare la era digital.
Si hace algunos a?os se hablaba del considerable aumento de inter¨¦s por ¨¢mbitos como las matem¨¢ticas o la f¨ªsica, el informe The future of jobs (El futuro de los trabajos), del Foro Econ¨®mico Mundial, confirma que esto tambi¨¦n se ha trasladado a ¨¢mbitos m¨¢s espec¨ªficos como los robots, el Big Data o el Internet de las Cosas. Aunque el panorama no fue siempre tan optimista. Hace solo cuatro a?os, el informe La universidad en cifras de la conferencia de rectores (CRUE) alertaba de la escasa inclinaci¨®n de los estudiantes espa?oles (sobre todo entre las mujeres) por los grados STEM, es decir, aquellos relacionados con la ciencia, tecnolog¨ªa, ingenier¨ªa y matem¨¢ticas, en comparaci¨®n con Europa.
Desde entonces, la demanda por estas carreras ha aumentado un 20%, pero Vera Sacrist¨¢n, directora del Observatorio del Sistema Universitario, advierte de que, de volver a bajar, Espa?a podr¨ªa quedar a la cola de la que ser¨¢ la cuarta revoluci¨®n industrial, la de internet y las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n. Jos¨¦ Luj¨¢n, presidente de asuntos estudiantiles de la CRUE, asegura que el coronavirus marcar¨¢ un antes y un despu¨¦s en el mundo acad¨¦mico: ¡°Por eso, es indispensable actualizar la formaci¨®n de los futuros empleados a las nuevas competencias demandadas para la era digital¡±.
El mundo universitario se ha diversificado mucho y, a pesar de que se siguen ofertando carreras m¨¢s tradicionales ¨Dcomo Inform¨¢tica o Ingenier¨ªa de Telecomunicaciones¨D, cada vez surgen grados m¨¢s espec¨ªficos debido a la demanda del mercado laboral. Eduardo Vendrell, vicerrector de Estudios, Calidad y Acreditaci¨®n de la Universidad Polit¨¦cnica de Valencia, considera que esto ha sido el gran cambio con respecto a los ¨²ltimos a?os. La principal ventaja de estas ense?anzas es que, al amoldarse mejor al mundo digital, suelen ser muy completas, ya que tocan m¨²ltiples palos. Vendrell explica que, por ejemplo, el grado Ciencia de Datos a¨²na conceptos de estad¨ªstica, matem¨¢ticas e inform¨¢tica: ¡°Un experto debe ser capaz de gestionar grandes vol¨²menes de datos, con el objetivo de generar una estrategia¡±. De forma que ya se puede determinar con bastante precisi¨®n cu¨¢ndo es mejor sacar a la cancha a un jugador de baloncesto para que brille en funci¨®n a un an¨¢lisis de datos. En cambio, el Internet de las Cosas tiene m¨¢s aplicaci¨®n a lo dom¨¦stico. Hay televisores, neveras o altavoces inteligentes con conexi¨®n a internet que recogen informaci¨®n continuamente para hacer la vida m¨¢s c¨®moda.
A pesar de que aumentar la oferta de titulaciones lleva su tiempo, ya son muchos los centros que incorporan t¨ªtulos o combinaciones m¨¢s adaptados al mundo cambiante de hoy. Por primera vez la Universidad Jaume I de Castell¨®n va a ofertar el grado en Inteligencia Rob¨®tica, y hace cinco a?os la Universidad de Alicante (UA) era pionera en ofertar Rob¨®tica en Espa?a, que ahora se estudia en otras cuatro p¨²blicas. A principio de curso, el profesor Francisco Pujol propuso a sus alumnos de este grado alicantino un proyecto sostenible para combatir el cambio clim¨¢tico. La mejor nota fue para el equipo de Natalia Sempere. ¡°Vimos que en la India exist¨ªa un filtro para el di¨®xido de carbono de los tubos de escape y desarrollamos una manada de drones para recogerlo, y despu¨¦s transformarlo con una m¨¢quina que ya existe en tinta para bol¨ªgrafos¡±, cuenta la joven de 19 a?os. El profesor Pujol asegura que a pesar de que sus alumnos todav¨ªa no cuentan con conocimientos muy t¨¦cnicos, pero son capaces de idear propuestas brillantes gracias a su motivaci¨®n.
Algunas personas que entran en la carrera ya han tocado robots antes o tienen conocimientos de programaci¨®n, pero otros vienen de institutos donde no han tenido un laboratorio tecnol¨®gico en condiciones, por lo que la Universidad de Alicante proporciona cursos cero. Markel Ferro, que estudia en la primera promoci¨®n de Inteligencia Artificial en la Universidad del Pa¨ªs Vasco, admite que la programaci¨®n es algo que asusta bastante. ¡°Piensan que quien entra tiene seis a?os de experiencia a sus espaldas, pero para nada. Un compa?ero est¨¢ sacando notables y no hab¨ªa tocado programaci¨®n antes¡±, explica el alumno de 18 a?os. Markel ya hab¨ªa investigado por su cuenta, lo que ha sido una ventaja en algunas asignaturas, pero asegura que en el grado se enfoca de forma diferente y ha creado una base que no ten¨ªa.
Cuando Natalia era peque?a sol¨ªa desmontar una a una las piezas de su piano de juguete sobre la mesa de la cocina para volverlo a armar. ¡°Me fascinaba comprender el mecanismo y hacer que funcionara¡±, recuerda. El imaginario afecta mucho al decidirse por un camino formativo. Hay carreras como Medicina que son m¨¢s f¨¢ciles de imaginar, porque est¨¢n muy profesionalizadas, o como Historia, puesto que hay una asignatura similar en el colegio. En cambio, los grados tecnol¨®gicos suelen ser concebidos como aislados del mundo (aunque esto no sea cierto) y, por ejemplo, las mujeres tienden a elegir carreras que perciban como ¨²tiles socialmente. Afecta incluso el nombre. Marta Olea, profesora de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid (UPM), cuenta que cuando se introdujo la palabra ¡°dise?o¡± en una ingenier¨ªa, el porcentaje de mujeres igual¨® al de los hombres. En el grado Ciencia de Datos e Inteligencia Artificial de la UPM hay un 22% de mujeres, una cifra que la profesora considera buena porque en su Escuela de Sistemas Inform¨¢ticos hay un 12% de media. No obstante, la percepci¨®n mejora poco a poco. ¡°Antes, cuando pregunt¨¢bamos a las chicas en los institutos si quer¨ªan ser hackers o poner un sat¨¦lite en el espacio te miraban con cara rara¡±, admite Olea. ¡°Ahora se les iluminan los ojos. Te dicen: ?Yo podr¨ªa hacer eso? Y t¨² les respondes: ¡®Por supuesto¡±.
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