La ense?anza Montessori, arma secreta contra la despoblaci¨®n
Un centro p¨²blico de Almer¨ªa multiplica por cinco sus alumnos y frena el ¨¦xodo de habitantes de su pueblo al implantar el m¨¦todo de ense?anza alternativo
El colegio Alhfil de Lucainena de las Torres (Almer¨ªa) dio hace dos a?os con una tecla muy sonora: adopt¨® el m¨¦todo Montessori para sus alumnos y provoc¨® una sacudida de aire fresco con gran onda expansiva. Desde entonces, la poblaci¨®n local ha aumentado un 3,4% para pasar de 564 habitantes a 584, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica. El centro descubri¨® un nicho de familias que buscan ese m¨¦todo de aprendizaje centrado en la experimentaci¨®n del ni?o y que apenas existe en el sistema p¨²blico ni concertado, solo en el privado y a precios de matr¨ªcula a menudo prohibitivos. Llegaron 20 familias desde Navarra, Catalu?a, Madrid, Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana, algunas dispuestas a dejar sus empleos atr¨¢s para mudarse a este peque?o pueblo de la sierra almeriense de Alhamilla y mejorar la educaci¨®n de sus hijos.
¡°Yo me preguntaba: ?cu¨¢ntos trabajos necesito para llevar a mis ni?os a esos coles que me gustan? Viv¨ªa en una ciudad dormitorio de Madrid y en la clase de mi hija castigaban a los alumnos de tres a?os fuera de la clase y en el recreo les llamaban con pitos. Ahora mi hija se ha abierto a su cole y es otro mundo¡±, relata Lorena Molinero, presidenta de la asociaci¨®n de madres y padres (Ampa) del centro. El Alhfil, colegio p¨²blico rural que imparte Infantil y Primaria para alumnos de 3 a 12 a?os, solo ten¨ªa 12 estudiantes a mediados de 2020 y hoy cuenta con 63 entre sus ocho clases en Lucainena, Turrillas y Sener, dos pueblos vecinos. De pronto, la sombra de la despoblaci¨®n en este rinc¨®n de la Espa?a vaciada, que alcanz¨® los 4.000 habitantes en su ¨¦poca de esplendor a principios del siglo XX, se ha esfumado.
Todo arranc¨® cuando los maestros Marina Mestanza y Ra¨²l Medina tropezaron justo antes del confinamiento de 2020 con una pareja de padres del colegio Alhfil, que los cazaron en la v¨ªa verde del pueblo tras enterarse de que andaban buscando un nuevo destino donde aplicar su formaci¨®n en el m¨¦todo Montessori. El boca a oreja hizo el resto y en pocos meses llegaron decenas de peticiones de familias para inscribir a sus hijos por tel¨¦fono, correo electr¨®nico y hasta redes sociales.
¡°Ten¨ªamos un sue?o y quer¨ªamos que fuera para todas las ni?as y ni?os, que no se quedara en la escuela privada a la que no todos pueden acceder y que son guetos elitistas. La p¨²blica puede dar una escuela de calidad e innovadora y que realmente se adec¨²e a las necesidades de los ni?os¡±, resume Mestanza, secretaria del colegio. El director, Francisco D¨ªaz, estaba ya con la vista puesta en su pronta jubilaci¨®n, pero la mutaci¨®n pedag¨®gica le atrap¨®: ¡°Yo ve¨ªa que el pueblo se mor¨ªa y nunca me pareci¨® una tonter¨ªa la ense?anza alternativa, pero por mi trayectoria soy de la escuela tradicional. Ahora con 60 a?os ya me podr¨ªa jubilar, pero seguir¨¦ unos a?os m¨¢s¡±, avanza entusiasta.
En Espa?a hay un centenar de centros con unos 7.500 alumnos que imparten este m¨¦todo, seg¨²n c¨¢lculos de la Asociaci¨®n Montessori Espa?ola, fundada en 1973. El colegio Alhfil est¨¢ ubicado en un llamativo edificio de piedra vista, sede de las antiguas oficinas de las minas de hierro de Lucainena de las Torres, cerradas en 1942 tras cuatro d¨¦cadas de explotaci¨®n. En la entrada del centro destacan las bandejas con las pantuflas que cada ni?o se calza nada m¨¢s entrar, y el friso de metro y medio de madera que da un aire acogedor a pasillos y aulas.
El pasado martes, con el cielo anaranjado y sabor apocal¨ªptico por la calima, el humo sobre las cabezas se intu¨ªa en las aulas a ras de suelo, donde suceden muchos descubrimientos de un sistema pedag¨®gico que logra el aprendizaje a trav¨¦s de la experiencia y autonom¨ªa de los alumnos. En la clase de Matem¨¢ticas una ni?a tomaba trocitos de madera coloreados con n¨²meros, que colocaba a medida que operaba sumas y restas con la ayuda de una peque?a barra. En la de Lengua, otro ni?o insertaba tarjetas chillonas de palabras en cajitas gramaticales para analizar oraciones. Y en la de ciencias, unos alumnos toqueteaban mapas que eran puzles con accidentes geogr¨¢ficos, mientras otros se recreaban en f¨®siles, rocas y minerales.
El truco consiste en tocar, sentir y ver m¨¢s all¨¢ del papel, aunque todos tienen a mano libros de consulta. Cuando se aprende algo, los alumnos se lo explican a sus pares m¨¢s peque?os ¡ªejemplo de metacognici¨®n¡ª porque en las clases est¨¢n mezcladas las edades y casi todo fluye, el alboroto no se conjuga.
¡°El material Montessori me impact¨® porque no sab¨ªa c¨®mo utilizarlo. Luego he aprendido a hacer divisiones con el material, y pas¨¦ a la libreta a hacerlo yo sola. El material te ayuda a pillar m¨¢s f¨¢cilmente las cosas¡±, resume Laila Calatrava, alumna de sexto curso. Eso s¨ª, es ¡°muy caro¡±, destacan los profesores, y por eso se compra ¡°poco a poco¡± o se crea con tes¨®n y de manera artesanal en el colegio. Todo el material tiene un control de error por el que el ni?o puede comprobar si sus ejercicios est¨¢n bien realizados, no es necesario la supervisi¨®n de un maestro, aqu¨ª denominado ¡°gu¨ªa¡±.
El Alhfil trabaja por proyectos¡ª-pedagog¨ªa insertada en el curr¨ªculum escolar de la Junta andaluza¡ª y desde el pr¨®ximo septiembre tendr¨¢ el sello de ¡°comunidad de aprendizaje¡±, que en la pr¨¢ctica ya existe y es un proyecto por el que los padres se implican en el desarrollo del colegio, varios grados m¨¢s que solo para acudir a las fiestas de fin de curso. Esto hace que los alumnos vean una continuidad entre la escuela y el hogar, y refuerza su sentimiento de apego y pertenencia.
¡°Jugamos con las mismas herramientas en casa y el cole y para ellos es m¨¢s f¨¢cil. Una de las cosas m¨¢s chulas de este cole es que yo como mam¨¢ puedo participar de todo lo que se hace y puedo presentar cualquier proyecto y el equipo directivo me apoya¡±, resalta Inmaculada Ruiz, madre de tres ni?os. El Ampa ha logrado que los ni?os aprendan deportes e idiomas por las tardes. ¡°Antes no sab¨ªan lo que eran extraescolares, solo apedreaban los gatos, como el que dice¡±, bromea Filomena Garc¨ªa, otra de las madres.
?C¨®mo se nota el desarrollo y autonom¨ªa de los alumnos?
¡°Observo mucho la forma de expresarse y la seguridad que adquieren porque se han escuchado, se les tiene en cuenta y se les da el permiso para que tomen sus decisiones, eso les da mucha seguridad. Y esta se transmite luego a la hora de expresarse, y dices ?madre m¨ªa!¡±, exclama Mestanza. Los informes sobre la evoluci¨®n acad¨¦mica de los ni?os son positivos. ¡°La inspecci¨®n dice que el m¨¦todo se imparte conforme a la normativa, y recuerdo que est¨¢ reconocido por el Ministerio de Educaci¨®n y la Junta¡±, puntualiza el delegado de Educaci¨®n en Almer¨ªa, Antonio Jim¨¦nez.
A pesar del ¨¦xito del centro, el alcalde del pueblo desde hace 27 a?os, Juan Herrera (PP), se niega a ceder al colegio alguno de los dos locales municipales contiguos para instalar un comedor, que facilitar¨ªa la conciliaci¨®n de muchas familias. Y tambi¨¦n reh¨²sa permitir que los alumnos utilicen el sal¨®n cultural del pueblo para recibir sus clases de yoga y baile flamenco, aunque los mayores del pueblo s¨ª acuden a clases de mantenimiento. La semana que viene el delegado de Educaci¨®n se reunir¨¢ con el regidor para intentar limar sus resistencias y que ceda el espacio necesario para disponer de comedor y aula matinal.
El alcalde alega que no puede confiar en la pericia de las madres del colegio para utilizar el sal¨®n municipal: ¡°No puedo darle a una madre una llave del sal¨®n cultural porque tenemos alarma y clave para los equipos de m¨²sica. Adem¨¢s, todas las actividades se pueden hacer en el colegio¡±. El director del centro educativo explica con otras palabras m¨¢s crudas los peros del regidor: ¡°Soy persona non grata para el Ayuntamiento y el alcalde me dijo a las claras que quer¨ªa echar a esta gente de aqu¨ª [los nuevos maestros y las familias]¡±.
A pesar de las dificultades y las horas extra de trabajo, los docentes del Alhfil subrayan que el esfuerzo merece la pena. ¡°Empezar de cero un proyecto requiere muchas horas de trabajo, de estudio, mucha formaci¨®n, mucha energ¨ªa f¨ªsica, emocional y mental, a todos los niveles. Y eso se sostiene desde la ilusi¨®n, la emoci¨®n por saber que estamos en un proyecto con frutos fant¨¢sticos y las ganas de participar en el cambio. Porque trabajar por proyectos no es duro, es dur¨ªsimo. Curras el doble, pero cuando ves a los ni?os crecer por dentro, te vas a casa con agotamiento f¨ªsico pero subid¨®n emocional¡±, concluye Mestanza con sonrisa extenuada.
Un pueblo rodeado de parques renovables
¡°Veo peligrar el pueblo por tant¨ªsimos parques de renovables que lo pueden rodear. Ah¨ª piensas hasta d¨®nde te compensa a nivel de salud venirte a vivir, rodeada de tantas l¨ªneas de alta tensi¨®n¡±. Natalia Molina, profesora y madre de dos alumnos, expresa un temor que acompa?a este invierno a los vecinos del pueblo: la profusi¨®n de 12 parques fotovoltaicos previstos en el t¨¦rmino municipal de Lucainena de las Torres y que provocar¨ªa un gran impacto paisaj¨ªstico, adem¨¢s de elevar la temperatura entre dos y cuatro grados, seg¨²n los expertos. Lucainena pertenece a la red Los pueblos m¨¢s bonitos de Espa?a, sello tur¨ªstico que estar¨ªa en peligro, alertan los vecinos. Francisco Mestre, presidente de esta red de 105 municipios, confirma el riesgo: ¡°Nuestra comisi¨®n de calidad, que revisar¨¢ este a?o Lucainena, podr¨ªa concluir su expulsi¨®n si el impacto visual del parque m¨¢s cercano es significativo¡±.
La Junta andaluza tiene sobre la mesa ahora 14 proyectos de renovables con 537 megavatios de potencia que rodear¨ªan el pueblo en los pr¨®ximos a?os, uno de ellos para ocupar el valle sobre el que se asienta la localidad. Claudia Scholler posee el cortijo El Saltador desde 2001 y justo antes de venderlo el pasado noviembre le lleg¨® un comercial de la empresa 4 Punto Sertec para ofrecerle 12.774 euros por sus tierras, propuesta econ¨®mica que fren¨® la venta de sus 36 hect¨¢reas de terreno porque la l¨ªnea de alta tensi¨®n proyectada atravesar¨ªa su propiedad con tres grandes torretas. ¡°Es como una pel¨ªcula del lejano oeste, pero a¨²n tengo fe en que la gente joven del pueblo pueda frenar esto¡±, conf¨ªa.
La plataforma local en defensa del valle ha presentado a la Junta una propuesta de ordenaci¨®n para reducir de 14 a 7 los parques fotovoltaicos que se instalen en Lucainena sobre los campos de olivos en s¨²per intensivo y que han dejado el acu¨ªfero bajo m¨ªnimos, por lo que ayudar¨ªa a su recuperaci¨®n. Adem¨¢s, reducir¨ªa el tendido de l¨ªneas el¨¦ctricas de 30 kil¨®metros a solo 7 y aun as¨ª el Ayuntamiento recibir¨¢ dos millones de euros al a?o como compensaci¨®n.
La Junta de momento no ha respondido al respecto, pero avanza que si los proyectos cuentan con los informes t¨¦cnicos favorables, ¡°la licencia ¨²ltima la concede el Ayuntamiento¡±, seg¨²n fuentes del Gobierno andaluz. El alcalde, que vive en Almer¨ªa y ha puesto su cortijo local en venta, se escuda en los beneficios econ¨®micos: ¡°?Qui¨¦n soy yo para negarle a la gente que venda sus tierras? Tenemos que acostumbrarnos a las placas, hay gente a la que le encanta mirarlas¡±.
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