Cr¨®nica sobre la guerra de Xi Jinping contra las clases particulares: a?o II
Los esfuerzos del Gobierno chino para acabar con las tutor¨ªas privadas chocan con los intereses de las familias y de los propios funcionarios que deben hacer cumplir la medida
En el verano de 2021, el Gobierno Chino anunci¨® la pol¨ªtica hoy conocida como ¡°doble reducci¨®n¡±: la ilegalizaci¨®n del mercado de las clases particulares acompa?ada de una rebaja de la carga de deberes y tareas escolares. La medida sorprendi¨® a propios y a extra?os, sobre todo por el enorme volumen que para entonces hab¨ªan adquirido las grandes empresas chinas de tutor¨ªas privadas online, que se hab¨ªan mirado con buenos ojos, si es que no animado y apoyado, desde el Gobierno. De repente, sin embargo, se declaraba la guerra oficial a las clases particulares, calific¨¢ndolas del mayor riesgo para la equidad educativa y, por ende, para el bienestar de las nuevas generaciones chinas.
Las compa?¨ªas de clases particulares online se hundieron en los mercados burs¨¢tiles, despidieron a decenas de miles de trabajadores, y las que no desaparecieron se han ido reconvirtiendo en negocios m¨¢s modestos, pero nada despreciables. Un a?o despu¨¦s, ofrecen sus servicios fuera de China ¡ªdesde el sudeste asi¨¢tico a, por ejemplo, Australia y Nueva Zelanda¡ª y desarrollan ¡°materiales educativos¡±. En el caso de las compa?¨ªas m¨¢s grandes, su cotizaci¨®n en Wall Street se est¨¢ recuperando tanto que aparecen ya incluso se?aladas como consejo de compra en las plataformas de inversores.
Pero ?qu¨¦ ha pasado con las clases particulares m¨¢s tradicionales, es decir, con las academias privadas locales o con las que daban los propios profesores del sistema p¨²blico? ?Tendr¨ªa la Administraci¨®n educativa china la suficiente capacidad de vigilancia y supervisi¨®n para hacer cumplir la pol¨ªtica de la doble reducci¨®n tambi¨¦n fuera de Internet? ?Asumir¨ªan las familias y las escuelas la necesidad de disminuir el alto grado de competitividad de la educaci¨®n china, ahorrando muchos recursos las primeras y convirtiendo las segundas la vida escolar de los estudiantes en una experiencia m¨¢s equilibrada y de menor presi¨®n?
Desde los mismos comienzos de la guerra en cuesti¨®n, llegaban indicios de que la victoria ni iba a ser f¨¢cil ni llegar¨ªa pronto: ya en 2021, se hablaba de grupos de familias que se organizaban para contratar a tutores privados para sus hijos compartiendo los gastos y los riesgos. A comienzos del curso 2021-2022, el Gobierno reaccion¨® con la creaci¨®n de centenares de ¡°centros de atenci¨®n al estudiante¡± para ofrecer clases gratis fuera del horario escolar a los estudiantes de primaria en las grandes ciudades. Tambi¨¦n se cre¨® un nuevo departamento en el Ministerio de Educaci¨®n con la sola misi¨®n de regular y supervisar cualquier servicio educativo ofrecido fuera de la escuela. Aun as¨ª, reci¨¦n concluido 2022, el a?o II de esta cruzada, el presidente Xi podr¨ªa estar m¨¢s cerca de perder la guerra que de ganarla.
Lecciones a domicilio
Veamos algunos hechos clave, que est¨¢n contrastados a pesar de que no podamos saber la medida exacta en que est¨¢n generalizados: por un lado, el profesorado chino contin¨²a ofreciendo clases particulares a sus estudiantes, en grupos peque?os y con frecuencia en su propio domicilio. Esto ocurre adem¨¢s con la tolerancia e incluso con el apoyo de los equipos directivos de las escuelas. Por otro lado, muchas academias de clases particulares se han rebautizado a s¨ª mismas como ¡°centros de atenci¨®n al estudiante¡±, y las actividades que organizan funcionan como una suerte de tapadera del aut¨¦ntico negocio, que sigue siendo el de las clases particulares.
Este mercado, ahora clandestino, sigue operando sin mayor contratiempo porque las administraciones educativas locales, encargadas de hacer cumplir la doble reducci¨®n, prefieren cumplir con sus objetivos de porcentaje de aprobados en los ex¨¢menes (sobre todo, el de acceso a la universidad) y perciben por consiguiente que acabar con las clases particulares ir¨ªa en contra de sus intereses y de los de sus administrados. Aunque llevan a cabo puntualmente las inspecciones peri¨®dicas, tanto de escuelas como de los ¡°centros de atenci¨®n¡±, para asegurar que las clases particulares se han erradicado, estos siempre se enteran de cu¨¢ndo va a producirse la inspecci¨®n, de modo que, por muy reglamentariamente que se realicen, los inspectores no suelen encontrar nada que denunciar.
El mercado de las clases particulares sobrevive en China, y con buena salud a pesar de su ilegalizaci¨®n, por la confluencia de intereses entre familias, escuelas, profesorado, y departamentos locales de educaci¨®n: todos tienen la presi¨®n de tener buenos resultados en los ex¨¢menes y la disponibilidad de clases particulares les parece crucial. El acuerdo t¨¢cito entre proveedores de clases particulares y autoridades educativas locales permite a familias y estudiantes seguir pagando y consumiendo sin correr riesgos.
Oficialmente, no hay clases particulares en China. En la pr¨¢ctica, las hay m¨¢s que nunca. Todos los actores del sector educativo boicotean la prohibici¨®n, el profesorado que da clases particulares por razones obvias, y las autoridades educativas locales porque han tenido que optar entre dos objetivos y responsabilidades por las que tienen que rendir cuentas, y la doble reducci¨®n parece haber salido perdiendo. Como en una recreaci¨®n de los tiempos de la ley seca en Estados Unidos hace un siglo, se sigue bebiendo en todo el pa¨ªs, pero no se habla de ello en tales t¨¦rminos. M¨¢s all¨¢ de ret¨®ricas, la guerra contra las clases particulares est¨¢ lejos de la victoria. Habr¨¢ que estar atentos a las contraofensivas gubernamentales en 2023.
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