Profesores al l¨ªmite: ¡°He dejado la docencia porque estoy quemada¡±
Varios estudios revelan que un 40% de los docentes reconoce haber sufrido ansiedad o agotamiento f¨ªsico y mental, cosa que ha derivado en bajas, dimisiones de directores o incluso abandono de la profesi¨®n
¡°Ya est¨¢: abandono la docencia¡±. As¨ª anunciaba Esther Villard¨®n, de 35 a?os, que deja la profesi¨®n de maestra despu¨¦s de una d¨¦cada dando clase de ingl¨¦s en una carta escrita a este diario. Cuando hace siete a?os aterriz¨® en un instituto p¨²blico, se encontr¨® con una falta de apoyo de la direcci¨®n ante situaciones de acoso. ¡°Una alumna amenaz¨® a una profesora con que le iba a rajar las ruedas del coche, pero el centro le quit¨® hierro y lo justific¨® diciendo que lo hac¨ªa por llamar la atenci¨®n¡±, explica. Entonces Villard¨®n era tutora de un grupo de alumnos con necesidades especiales. Eran unos veinte en el aula y ¡°cada uno ten¨ªa un problema bastante serio¡±. ¡°Ped¨ª ayuda, pero en direcci¨®n estaban tan saturados que me las tuve que apa?ar yo sola, incluso con padres grit¨¢ndome por tel¨¦fono¡±, abunda. Para rematarlo, ten¨ªa un par de alumnos que llegaron sin conocer la lengua y que estaban en clase ¡°mirando sin entender nada¡±. ¡°Esos alumnos est¨¢n condenados al ostracismo y a m¨ª me frustraba un mont¨®n¡±, remata. La docente admite haberse ¡°quemado¡± y decidi¨® abandonar.
El caso de esta profesora madrile?a refleja una tendencia de desgaste y colapso entre los docentes que est¨¢ provocando bajas por ansiedad, dimisiones de directores o incluso abandono de la profesi¨®n. La carga de responsabilidad, la p¨¦rdida de respeto, los cambios legislativos o la dificultad de gestionar la diversidad en las aulas son algunos de los factores que explican este malestar.
Algunos estudios han empezado a poner cifras a esta problem¨¢tica. El 40% de los docentes reconoce haber sufrido ansiedad, depresi¨®n o agotamiento f¨ªsico y mental, seg¨²n el informe El profesorado en Espa?a 2023, impulsado por Educo. El estudio, realizado a partir de encuestas a 600 profesores, tambi¨¦n recoge una importante ca¨ªda en la vocaci¨®n: si en 2007 el 93% se mostraba ilusionado de su profesi¨®n, a pesar de los problemas, en 2023 la cifra se hunde pr¨¢cticamente a la mitad (48%).
En la cifra del 40% de docentes que admiten sufrir ansiedad tambi¨¦n coincide el Bar¨®metro Internacional de la Salud y del Bienestar del Personal de la Educaci¨®n, publicado esta semana. Se trata de un informe internacional coordinado por la Red Educaci¨®n y Solidaridad, realizado en 11 pa¨ªses de diferentes continentes, y que en Espa?a ha contado con 3.000 entrevistas realizadas entre febrero y junio de este a?o. El Bar¨®metro revela que el 25% de encuestados ha sido v¨ªctima ¡ªy el 44%, testigo¡ª de un episodio de violencia (sea f¨ªsica, moral o de ciberacoso). Asimismo, el 65% de docentes espa?oles considera su trabajo ¡°bastante¡± o ¡°muy estresante¡±, y el 84% cree que su profesi¨®n no se valora en la sociedad. Con todo, la satisfacci¨®n con la profesi¨®n es alta y casi el 75%, si pudiera elegir, volver¨ªa a ser docente. O lo que es lo mismo, uno de cada cuatro profesores no repetir¨ªa.
¡°Tengo muchos compa?eros que dejar¨ªan la profesi¨®n, pero no lo hacen por motivos econ¨®micos o porque no encuentran alternativa¡±, asegura Margalida Llompart, profesora de Matem¨¢ticas, quien, tras 23 a?os de carrera, ha tirado la toalla, al menos temporalmente. ¡°Me gusta dar clases, pero lo he dejado porque estoy quemada y los centros cada vez est¨¢n peor¡±, resume esta docente mallorquina, que tras las primeras semanas del curso actual decidi¨® abandonar. Su descontento con el sistema empez¨® hace unos seis o siete a?os. ¡°Ve¨ªa que los alumnos llegaban cada vez con un nivel m¨¢s bajo y tienes que hacer m¨¢s trabajo con ellos y con las familias para que se esfuercen y valoren las Matem¨¢ticas¡±, lamenta. ¡°Pero es muy dif¨ªcil, llegan con pocos h¨¢bitos de aprendizaje¡±, dice. Llompart considera que las nuevas metodolog¨ªas de ense?anza implantadas por la Lomloe ¡°no ayudan¡±. ¡°La ley ataca la libertad de c¨¢tedra porque impone unas metodolog¨ªas que no favorecen el aprendizaje de las Matem¨¢ticas¡±, protesta.
El inicio de este curso no fue bueno para esta docente. ¡°Los alumnos ven¨ªan peor que nunca y ve¨ªa que perd¨ªa mucho tiempo con burocracia y planeando unas situaciones de aprendizaje que no les ayudar¨ªan, o en disfrazarlas para despu¨¦s aplicar el m¨¦todo que yo creo que es ¨²til, pero eso era saltarse la ley. Me encontraba en la disyuntiva de cumplir la ley y que los alumnos no aprendan, o no cumplir la ley¡±. Llompart asegura que se sinti¨® ¡°frustrada¡± e incluso tuvo un ataque de ansiedad. Al final, le sali¨® la oportunidad de ocupar un puesto en la Administraci¨®n y dej¨® la docencia hace una semana. ¡°Lo he dejado por ¨¦tica profesional y por coherencia personal, porque no puedo ense?ar a los alumnos para que lleguen al nivel que se necesita. Si hubiera continuado hubiera acabado de baja por ansiedad¡±, remata.
Esa es la situaci¨®n en la que se encuentra Manel. Con 21 a?os de experiencia como profesor de M¨²sica en infantil y primaria, le afect¨® ver que su materia ¡°es poco valorada, porque se asocia a fiestas y postureo¡±, as¨ª como el bajo nivel de los alumnos. ¡°Hace 10 a?os entr¨¦ en un colegio y me empec¨¦ a dar cuenta de que los ni?os no entend¨ªan lo que les explicaba, hab¨ªa muchas dificultades lectoras y de comprensi¨®n, tuve que hacer materiales especiales para ellos¡±, lamenta. Manel tambi¨¦n critica las nuevas pedagog¨ªas y considera que hay una ¡°mala gesti¨®n de los recursos materiales y humanos¡±. ¡°Me siento impotente porque creo que mi trabajo es ense?ar, pero no puedo hacerlo¡±, remacha.
?ngel Guirado, psic¨®logo especialista en educaci¨®n y presidente del Colegio de Psic¨®logos de Girona, apunta a que el malestar docente se debe a un c¨²mulo de factores, empezando por la naturaleza de esa profesi¨®n. ¡°La educaci¨®n es una de las profesiones m¨¢s inciertas porque ense?as y educas, pero los resultados se ver¨¢n de aqu¨ª 10 o 15 a?os¡±. Tampoco ayudan los cambios constantes de legislaci¨®n ¡°especialmente por personas que no han pisado las aulas y lo hacen por temas pol¨ªticos, eso no da estabilidad ni confianza a los profesores¡±, a?ade.
P¨¦rdida de prestigio
Uno de los motivos clave es la p¨¦rdida de prestigio de la figura del profesor. ¡°Antes se criticaba a los docentes porque ten¨ªan muchas vacaciones. Ahora se critica todo, desde los criterios de evaluaci¨®n a los m¨¦todos pedag¨®gicos. Hay la sensaci¨®n de que la escuela es criticable¡±, tercia Guirado. En la misma l¨ªnea insiste Joan Cumeras, miembro de la Junta Central de directores de Catalu?a. ¡°Hace a?os, la palabra del profesor ten¨ªa credibilidad, pero ahora todo se pone en duda. Y como hay una sobreprotecci¨®n de los hijos, se cree antes lo que explican los ni?os que el profesor. Antes todos ten¨ªamos un profesor que nos marc¨® en la escuela, pero ahora encontrar esto es m¨¢s dif¨ªcil porque se ha perdido este respeto. Adem¨¢s, las noticias que aparecen sobre educaci¨®n son negativas, as¨ª que se degrada la imagen social¡±. Cumeras a?ade que esta p¨¦rdida de prestigio ha abierto la veda a que se produzcan agresiones verbales, pero tambi¨¦n f¨ªsicas de alumnos hacia profesores.
Tambi¨¦n genera angustia entre los docentes el hecho de sentirse impotentes a la hora de gestionar la diversidad de las aulas y el creciente n¨²mero de trastornos que presentan los alumnos. ¡°La diversidad ha aumentado a una velocidad superior a la capacidad de adaptaci¨®n del sistema y de los profesores. ?Y c¨®mo gestionas estas situaciones nuevas con los mismos recursos de hace 10 a?os?¡±, cuestiona el psic¨®logo. ¡°Los tutores tienen que hacer de profesores, pero tambi¨¦n deben detectar si un alumno tiene un problema alimentario o una angustia, y si no lo hace, todav¨ªa se lo reprochan, y nosotros no somos ni terapeutas ni psic¨®logos¡±, deplora Cumeras. Rosa Rocha, presidenta de la Asociaci¨®n de Directores de Institutos P¨²blicos de Madrid (Adimad), lo ve diferente y considera que el aumento de la diversidad ¡°es una riqueza¡± para el sistema. ¡°La ley ha cambiado, es muy garantista para el alumnado y eso mejora el sistema, pero complica la tarea docente¡±, asevera.
A esto se a?ade que a los docentes, y a la escuela, se les apunta como responsables de muchos conflictos sociales. ¡°Cualquier problema que haya ¡ªcomo la lengua, las violaciones o la violencia¡ª se quiere arreglar desde la escuela, cuando la ra¨ªz est¨¢ en la educaci¨®n que reciben los ni?os de las familias o las redes sociales. Tenemos que solucionarlo todo, cuando en muchos casos los padres hacen dejadez de funciones y piensan que la escuela ya les ense?ar¨¢ h¨¢bitos de comida, de comportamiento¡¡±, comenta Cumeras. Los docentes echan de menos que se ponga atenci¨®n sobre esta problem¨¢tica. ¡°Se habla mucho del malestar de los alumnos, pero no nos podemos olvidar de los docentes¡±, reclama.
Directores ahogados por la burocracia
Los directores de centro también sufren su peculiar penitencia, con el añadido de un volumen de burocracia que deben gestionar. “Hacemos informes constantemente y se nos piden indicadores por cualquier cosa. Hay mucha demanda de datos por parte de la Administración”, resalta Joan Cumeras, representante de las direcciones en Cataluña.
En el caso de Toni Álvarez, el problema fue “la sensación de abandono y menosprecio con la Administración” la que lo llevó a dejar en junio el cargo de director en una escuela de la provincia de Tarragona para dedicarse, simplemente, a ejercer de docente. “Ves en el aula que faltan manos y tienes pocos recursos. Pero cuando pides algo, te dicen que no hay dinero y que hagas lo que puedas. Te encuentras solo y tienes que hacer malabares, pero a costa del desgaste”, deplora. El director asegura que la pandemia “fue el acabose”. “Tuvimos que aguantando cambios continuos protocolos e inseguridad jurídica. Tenías sensación de hacer como podías”. Ello, sumado a la gran dedicación que supone el cargo —7 días y 24 horas, recibiendo mensajes y solucionando temas fuera de horas—, Álvarez asegura que ha acabado “cansado, agotado, y tocado”.
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