Los ni?os que van a centros de educaci¨®n especial siguen aumentando: ¡°Se sigue derivando a alumnos contra el criterio de sus padres¡±
La actual ley educativa prev¨¦ que el alumnado con discapacidad vaya incorpor¨¢ndose a la escuela ordinaria con los recursos necesarios, como exige la ONU. Pero desde que se aprob¨®, las aulas especiales tienen 2.600 estudiantes m¨¢s
El Comit¨¦ sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU ha dado un varapalo a Espa?a por mantener matriculados a miles de alumnos en los centros de educaci¨®n especial, una pr¨¢ctica que el organismo ¡°deplora¡± y considera ¡°segregadora¡±. El comit¨¦ reconoce en su informe alg¨²n avance, como que la actual ley educativa, la Lomloe, establezca que en 10 a?os la escuela ordinaria debe disponer de los medios necesarios para atenderlos y cumplir con lo previsto en la convenci¨®n internacional, es decir, garantizar su inclusi¨®n en las aulas ordinarias. Los ¨²ltimos datos oficiales muestran, sin embargo, que, desde la aprobaci¨®n de la Lomloe, en el curso 2020-2021, el n¨²mero de estudiantes en los centros especiales y en las aulas espec¨ªficas dentro de las escuelas comunes ¨Drechazadas tambi¨¦n por la ONU al considerar que separan a los ni?os¨D no se ha reducido, sino que ha aumentado en 2.614, hasta un total de 41.521. Se mantiene as¨ª una tendencia que viene de atr¨¢s: hace 10 a?os, el n¨²mero de estudiantes en esta red escolar paralela era de 33.022, lo que significa que se ha incrementado en 8.499 alumnos.
¡°Desde la aprobaci¨®n de la Lomloe, y a pesar de lo que la ONU le dijo a Espa?a ya en 2017, no se ha avanzado nada. Los ni?os que van a centros de educaci¨®n especial siguen en aumento¡±, lamenta Mar ?lvarez, presidenta de Solcom, una de las entidades que denunciaron la situaci¨®n que se vive en Espa?a ante la ONU, dando origen a la actual investigaci¨®n por ¡°violaciones graves o sistem¨¢ticas de los derechos recogidos en la Convenci¨®n sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad¡±, de la que forman parte 190 Estados, entre ellos Espa?a. ?lvarez tuvo que luchar en su d¨ªa en los tribunales para que su hijo, que ahora tiene 23 a?os, pudiera seguir yendo a clase en el colegio p¨²blico de su pueblo, Cistierna (Le¨®n), en vez de ser trasladado en r¨¦gimen de interno a un centro de educaci¨®n especial situado a 70 kil¨®metros de su casa cuando ten¨ªa siete a?os.
Diecis¨¦is a?os despu¨¦s, y a pesar de los cambios legales y las reprimendas del comit¨¦ de Naciones Unidas ¨Dque en 2017 emiti¨® otro duro informe contra Espa?a¨D, casos como el suyo se siguen repitiendo. ¡°Se sigue derivando a ni?os, contra el criterio de sus padres, a centros de educaci¨®n especial. Justo ahora nuestra asociaci¨®n est¨¢ asesorando por este motivo a una madre de Valladolid¡±, afirma ?lvarez.
¡°El informe del comit¨¦¡±, dice Gerardo Echeita, profesor em¨¦rito de la Universidad Aut¨®noma de Madrid y experto en inclusi¨®n educativa, ¡°es una contundente, clara y rigurosa llamada de atenci¨®n a las autoridades educativas para que se implemente ya un plan para el cumplimiento del derecho de todos los ni?os y ni?as, sin excepci¨®n, a una educaci¨®n inclusiva de calidad¡±. El mensaje emitido por el organismo de Naciones Unidas ¡°tiene que llegar a las escuelas y la sociedad civil, para que se puedan ir rehaciendo las culturas que tienen normalizada la segregaci¨®n de algunos ni?os y ni?as en centros de educaci¨®n especial y en aulas espec¨ªficas en los centros ordinarios¡±, reclama Ignacio Calder¨®n, profesor en la Universidad de M¨¢laga, especializado tambi¨¦n en la materia. Una portavoz de la Delegaci¨®n para los Derechos Humanos de Cermi, la gran plataforma espa?ola de asociaciones vinculadas al sector de la discapacidad ¨Daglutina a cerca de 8.000¨D, a?ade: ¡°La ONU vuelve a se?alar y a certificar que Espa?a est¨¢ muy lejos de disponer de un sistema educativo inclusivo con las personas con discapacidad. Y que, pese a la condena a nuestro pa¨ªs de 2017 por vulneraci¨®n sistem¨¢tica de la Convenci¨®n de la Discapacidad en este aspecto, apenas se ha hecho nada para avanzar con determinaci¨®n y mostrando logros tangibles¡±.
En 2020, el Ministerio de Educaci¨®n parec¨ªa decidido a impulsar un ¡°plan estatal de inclusi¨®n educativa¡± como el que reclama el Cermi y recoge la Lomloe. Un sector de los centros de educaci¨®n especial, parte de los cuales son privados concertados, as¨ª como miles de familiares de alumnos con discapacidad, se movilizaron en contra de dicha posibilidad, especialmente en la Comunidad de Madrid. Y el Gobierno ech¨® el freno. Un portavoz del Ministerio de Educaci¨®n afirma: ¡°Nuestro objetivo es garantizar plaza en los centros ordinarios para todos los alumnos con necesidades educativas especiales con los recursos que requieran. Pero, si una familia quiere escolarizar en centro de educaci¨®n especial, puede hacerlo¡±.
La plataforma Inclusiva s¨ª, especial tambi¨¦n, creada durante la tramitaci¨®n de la Lomloe, rechaza las conclusiones del comit¨¦ de Naciones Unidas: ¡°Nos parece indignante y una falta de respeto que nos digan que segregamos a nuestros hijos con discapacidad intelectual. La educaci¨®n especial no es segregadora. La educaci¨®n especial es la m¨¢s inclusiva, puesto que est¨¢n escolarizados en la modalidad educativa m¨¢s adecuada a sus necesidades. No los escolarizamos en un centro de educaci¨®n especial en virtud de su discapacidad, sino en virtud de sus necesidades¡±, dice Luis Rojo, uno de sus portavoces.
Falta de recursos
El 84,2% del alumnado con discapacidad estudia en la escuela com¨²n, seg¨²n la ¨²ltima estad¨ªstica, que ha variado poco en los ¨²ltimos a?os. La resistencia de una parte de las familias a llevarlos a colegios ordinarios est¨¢ relacionada con el miedo a que sus hijos no est¨¦n bien atendidos por la falta de preparaci¨®n de los centros. Juan Carlos Flores tiene un hijo con trastorno del espectro autista que estudia en un instituto p¨²blico andaluz, aunque pasa casi todas las horas en un aula espec¨ªfica para chavales con discapacidad. Por su experiencia en distintos lugares (hasta hace unos a?os la familia viv¨ªa en Madrid), ni los centros ordinarios ni las aulas especiales cuentan con los recursos necesarios, ni el profesorado ha recibido en la mayor parte de los casos una formaci¨®n suficiente. ¡°Lo primero que deber¨ªa haber son profesores fijos para estos ni?os. Es muy importante para sus necesidades, y no sucede en ninguno de los sitios que he conocido. Los puestos se suelen cubrir con interinos, y al final somos los padres los que intentamos, de alguna manera, formar a sus tutores. Es muy cansado, sobre todo porque suelen cambiar cada a?o. Hay maestras que tienen voluntad, pero tambi¨¦n nos hemos encontrado con mucha incomprensi¨®n¡±.
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