La madre de un militar del Yak-42 solicita en una carta a las autoridades que dejen de mentir
Su padre pide a las autoridades que asuman su incompetencia
Eloina Castilla, la madre del capit¨¢n muerto en el accidente del Yak-42 Ignacio Gonz¨¢lez Castilla, exige justicia en una carta abierta, en la que dice: "Corazones rotos pedimos justicia. Dadme el consuelo de la verdad, dejad de fabricar mentiras". Por su parte, el padre del fallecido califica de "decepcionante" la actitud de las autoridades en otra carta remitida al Ministerio de Defensa el pasado lunes. En ella, afirma que s¨®lo han recibido malos gestos, promesas incumplidas y ocultaci¨®n de datos, por lo que pide al ministro, Federico Trillo, que no obstaculicen la investigaci¨®n.
Carta escrita por la madre de Ignacio Gonz¨¢lez Castilla
Me imagino sus caras de alegr¨ªa y su alma llena de paz despu¨¦s de haber llevado a cabo esa misi¨®n tan gratificante, la despedida de sus compa?eros, llena de abrazos, el rostro sonriente y un hasta pronto. Tambi¨¦n me imagino su gesto al subir a aquel *avi¨®n* en el que iban a emprender el viaje de regreso a casa, para seguir dando amor y cari?o a los suyos. Pero la ilusi¨®n en el reencuentro se resquebraj¨® de golpe en una colina turca. Ellos estaban llenos de generosidad y todo lo daban, pero tambi¨¦n necesitaban del abrazo y los besos de todos cuantos hoy les lloramos y no les olvidamos. Eran generosos y nada ped¨ªan, pero se les debe respeto, se merecen que se les trate, al menos, con la misma dignidad con la que ellos cumplieron con su deber, con la que ellos encararon su misi¨®n y su destino. Pero sobre todo, ellos y todos cuantos les a?oramos, merecemos la verdad,. Estamos cansados de que con tanta mentira se haya pretendido construir un muro de olvido y desesperanza. Cada d¨ªa una nueva noticia que no permite cicatrizar una herida incurable, una nueva evidencia de que nada es como se nos ha dicho, una nueva pu?alada en nuestro coraz¨®n y en su recuerdo, sin un momento de respiro, de reposo, de descanso. Ellos no merecen este trato.
El ejercito ha perdido unos buenos soldados, grandes, leales y generosos soldados, hombres nobles, compa?eros magn¨ªficos.
Sus viudas, sus hijos, sus padres, sus hermanos, sus amigos, se han quedado hu¨¦rfanos de su amor, de su cari?o, de su compa?¨ªa, vac¨ªos de su presencia, solos con su recuerdo imborrable, irremplazable. Todos hemos perdido mucho con su ausencia, pero yo, como madre he perdido a mi peque?o, me han quitado a mi peque?o y nadie podr¨¢ devolv¨¦rmelo jam¨¢s y la magnitud de este dolor no pueden ustedes entenderla, ni siquiera imaginarla, porque solo puede ser comprendida por alguien que viva mi misma situaci¨®n, porque nadie puede ponerse en el lugar de una madre que pierde a su hijo sino otra madre que sufra la misma p¨¦rdida (Desgraciadamente somos muchas las madres que compartimos la misma angustia desde aquel 26 de mayo). Dadme al menos el consuelo de la verdad, dejadme conocer la raz¨®n de la que nace mi dolor, no me castigu¨¦is m¨¢s con vuestra dejadez y vuestra indiferencia, dejad de fabricar m¨¢s mentiras, no jugu¨¦is ni hag¨¢is pol¨ªtica con mis sentimientos, porque mi dolor es algo real, angustiosa y terriblemente real y no un pu?ado de palabras en un discurso.
Sed nobles y dignos como lo fueron ellos. No os escond¨¢is tras falsas excusas e informaciones a medias y aceptad y encarad, de una vez por todas, vuestras responsabilidades. Corazones rotos pedimos justicia.
Carta al ministro de Defensa (enviada el lunes)
Excelent¨ªsimo se?or Don Federico Trillo-Figueroa y Mart¨ªnez-Conde,
Desde el pasado 26 de mayo, d¨ªa en el que se produjo en Turqu¨ªa la muerte de mi hijo -el capit¨¢n Ignacio Gonz¨¢lez Castilla-, he mantenido una actitud de respeto hacia el Ministerio para no perjudicar a una, instituci¨®n para la que he dado la mayor parte de mi vida, porque siempre me he sentido muy orgulloso de servir al ej¨¦rcito espa?ol y de servir a mi pa¨ªs, una labor que he desarrollado durante cincuenta a?os.
Sin embargo, ese respeto no se ha visto traducido a un trato igual por parte de los responsables pol¨ªticos del Ministerio de Defensa, y en concreto por usted. Por esta raz¨®n, no puedo m¨¢s que calificar como decepcionante la reacci¨®n de ciertas autoridades p¨²blicas desde que se produjo el accidente del Yak 42 el pasado 26 de mayo. En ¨¦l murieron 62 militares espa?oles. Ellos dieron su vida por Espa?a, pero me pregunto: ?qu¨¦ est¨¢n haciendo los pol¨ªticos que rigen nuestro pa¨ªs por ellos? Y no lo olvide, se?or ministro, tanto mi hijo como sus 61 compa?eros y los que est¨¢n ahora desempe?ando labores humanitarias en pa¨ªses en conflicto, estuvieron y est¨¢n desempe?ando un trabajo encomiable por la paz en el mundo. Un trabajo que, encima, en ning¨²n momento ustedes se han preocupado por difundir.
S¨®lo hemos recibido de ustedes palabras inconvenientes, malos gestos y descalificaciones hacia las familias, promesas incumplidas, informaciones contradictorias, ocultaci¨®n de datos* Usted, se?or ministro, dice que *comparte nuestro dolor* pero llego a pensar, en muchas ocasiones, que es usted mismo quien lo alimenta.
Desde la indignaci¨®n que me produce todo esto, tengo que dejar bien claro que un ej¨¦rcito profesional como el que tenemos no se merece responsables pol¨ªticos tan incompetentes, que act¨²an desde la prepotencia y que no asumen sus responsabilidades.
Se?or ministro, mi hijo siempre se caracteriz¨® por su discreci¨®n a la hora de desempe?ar su labor y por respeto hacia ¨¦l, pens¨¦ que no iba a llegar a este extremo. Pero me veo obligado a hacer p¨²blico mi descontento hacia la labor del ministerio. No s¨®lo pido que se sepa cuanto antes la verdad, algo que, desde luego, no se sabr¨¢ gracias a ustedes. Desde aqu¨ª les solicito que, al menos, no obstaculicen cualquier investigaci¨®n que se inicie y, sobre todo, que asuman p¨²blicamente su incompetencia. S¨®lo de esta forma podremos decir que los responsables pol¨ªticos est¨¢n a la altura que el Ej¨¦rcito espa?ol se merece.
Por la obediencia debida, a sus ¨®rdenes.
Jos¨¦ Luis Gonz¨¢lez Arribas.- General de Intendencia
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