Atrapados en el centro
El caos se impuso en la noche del jueves ante la muchedumbre concentrada en la zona m¨¢s tur¨ªstica de Madrid
C¨¢mara en ristre y provistos de paciencia, miles de madrile?os y turistas se lanzaron ayer por la tarde a las calles del centro de la capital para disfrutar del ambiente festivo que vive la ciudad como contrapunto a la tragedia vivida poco tiempo atr¨¢s con los atentados del 11-M. Muchos pensaron que la tarde del jueves era la id¨®nea y que as¨ª evitar¨ªan problemas de masificaci¨®n en la v¨ªspera de la boda del Pr¨ªncipe. Pero estaban equivocados. Las autoridades calculan que entre 250.000 y 300.000 personas se acercaron en la tarde-noche de ayer a los escenarios m¨¢s significativos del enlace real.
20.00 horas, autob¨²s 202 de la EMT: El veh¨ªculo se encuentra abarrotado de personas que quieren ver las calles engalanadas. A¨²n es de d¨ªa y la Puerta de Alcal¨¢, una de las protagonistas de la decoraci¨®n del enlace, est¨¢ rodeada de enormes focos que la han iluminado durante estos d¨ªas, ya que a partir de hoy ser¨¢n retirados por motivos de seguridad ante la previsi¨®n de lluvias. El autob¨²s se acerca a Cibeles, fuertemente custodiada por la polic¨ªa.
Se parece m¨¢s al inicio de una manifestaci¨®n pac¨ªfica y alegre. Cientos de personas permanecen paradas en las aceras observando el edificio de Correos. Se desata un murmullo de decepci¨®n: "Esto a quienes les va a gustar es a los ingleses", afirma una mujer joven que comenta en voz alta la decoraci¨®n de las ventanas del edificio, en rosa y amarillo.
20.30. Parada en Gran V¨ªa: Es dif¨ªcil caminar por la calle, engalanada con una curiosa decoraci¨®n que rodea las farolas imitando a una enorme cinta en rosa fuerte. El camino que se impone es seguir la ruta hacia la Puerta del Sol, hasta llegar al Palacio Real. All¨ª, centenares de madrile?os se topan con la realidad: una enorme valla les impedir¨¢ ver la entrada de los novios a la catedral de La Almudena. Algunos, los m¨¢s j¨®venes, se arrodillan para poder ver por el hueco de la valla la entrada al recinto para ver, ¨²nicamente, la alfombra roja. Algo es algo.
21.00. Caos en la Plaza de Espa?a: Hace calor en Madrid y las helader¨ªas hacen el agosto. Es lo ideal para refrescar y a la vez, poder caminar. Esto ¨²ltimo se hace dif¨ªcil, porque los veh¨ªculos bloquean los pasos de peatones. A la llegada a la Plaza de Espa?a, las bocinas atronan los o¨ªdos. Los coches est¨¢n colapsando la v¨ªa. Para los que deciden emprender rumbo al hotel y a sus casas, les espera un largo recorrido.
21.30. Gran V¨ªa: "Llevo dos horas esperando el autob¨²s, se lo juro". La Gran V¨ªa es uno de los puntos negros a esta hora. Los autobuses no llegan. Los que lo hacen tardar¨¢n mucho en regresar a sus casas. El conductor de la l¨ªnea 2, que finalizar¨¢ trayecto en Manuel Becerra confiesa: "Estar¨¦ contento si llegamos a las 23.30, pero no lo creo". Ten¨ªa raz¨®n, porque le quedaban unas dos horas para finalizar el trayecto, que en circunstancias normales no deber¨ªa de llevar m¨¢s de media hora.
Pese a la presencia policial, la situaci¨®n es incontrolable. Los veh¨ªculos toman el carril Bus, imposibilitando avanzar al transporte p¨²blico. Los autobuses est¨¢n llenos y hace mucho calor. Algunos intentan subir en la siguiente parada, pero es imposible. Los m¨¢s optimistas deciden regresar caminando.
22.15. Cibeles: El autob¨²s no ha avanzado demasiado. Los que han decidido ir a pie, tampoco. El tramo que sube de la calle de Alcal¨¢ hacia la Puerta del Sol est¨¢ absolutamente colapsado por los viandantes, que tambi¨¦n han cortado el tramo hacia la Puerta de Alcal¨¢. Los autobuses y coches tendr¨¢n que desviar su ruta, ya que la muchedumbre ha desbordado cualquier previsi¨®n.
"Lev¨¢ntate, mujer, y mira la Puerta de Alcal¨¢, que es digno de ver al personal", dice una se?ora a su compa?era de asiento. En la calle no cabe ni un alfiler. Miles de personas se agolpan en la calle para ver, ahora s¨ª, iluminada en rosa y amarillo la Puerta. En Cibeles, los usuarios se intranquilizan al comprobar que es imposible acceder al autob¨²s.
Tampoco es f¨¢cil caminar y los guardias de tr¨¢fico se las apa?an como pueden para evitar que nadie se salte las normas. Est¨¢n absolutamente desbordados. Pitadas sonoras de protesta desde coches y autobuses al ver c¨®mo pasan sus se?ales en verde sin poder avanzar ni un solo cent¨ªmetro. La paciencia, qu¨¦ remedio, se ha generalizado y ante la imposibilidad de llegar temprano a casa, muchos deciden salir del coche y aprovechar para registrar en las c¨¢maras el momento hist¨®rico.
00.00. Calle O'Donell esquina con Narv¨¢ez: El autob¨²s comienza a despejarse y ya le queda poco recorrido. En total, la mayor¨ªa de los pasajeros han tardado unas dos horas en poder completar el trayecto.
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