De "hedionda" mendiga a "se?orita Endrinal"
Los dos j¨®venes detenidos por asesinar a una mujer en un cajero en 2005 tras rociarla con disolvente aseguran que no quer¨ªan matarla
"Se?ora Endrinal, se?orita Endrinal, se?ora Rosario", con esa correcci¨®n se han referido hoy Oriol P. y Ricard P. a la mendiga por cuyo asesinato est¨¢n siendo juzgados en la Audiencia de Barcelona, en unas declaraciones en las que se han mostrado como chicos educados, abatidos y arrepentidos.
Un revuelo medi¨¢tico con pocos precedentes ha envuelto hoy el inicio del juicio contra los dos j¨®venes acusados de haber quemado viva en diciembre de 2005 a la mendiga Rosario Endrinal, una mujer que en sus buenos tiempos fue secretaria de direcci¨®n y a la que el alcoholismo y la depresi¨®n abocaron a la indigencia.
Esposados, los dos j¨®venes han entrado en la sala de vistas con las cabezas gachas y, en el caso de Oriol P., con la cara tapada con el jersey para evitar el acoso de la veintena de c¨¢maras de televisi¨®n que esperaban captar su im¨¢genes, muchas de ellas con plat¨®s m¨®viles instalados a las puertas de la Audiencia para retransmitir en directo el juicio.
Con intachable correcci¨®n, los acusados han contestado las preguntas de las partes refiri¨¦ndose en todo momento con el t¨ªtulo de "se?ora" o "se?orita" a la v¨ªctima, a quien, han admitido, que estuvieron molestando e increpando para forzarla a salir del cajero donde muri¨® porque "ol¨ªa muy mal".
No han llegado a verbalizar que lamentan lo sucedido, pero, con tono afligido, ambos acusados se han presentado ante el tribunal como unos buenos chicos a los que una pesada broma se les escap¨® de las manos.
"Ahora me siento bastante est¨²pido", ha confesado Ricard P., que prepara la selectividad desde prisi¨®n, tras aclarar que, con su inexplicable conducta, s¨®lo pretend¨ªa buscar la reacci¨®n de la mendiga "ante un susto, ante un gesto, nunca hacerle da?o".
Culpar al menor
Por su parte el otro acusado, Oriol P., ha culpado del crimen al menor que los acompa?aba, y ha asegurado que ¨¦l no esperaba que "la mendiga muriera". Seg¨²n su versi¨®n de los hechos, fue Juan Jos¨¦ M., el menor ya condenado por el crimen que acompa?aba ese d¨ªa a los dos acusados, quien cogi¨® el bid¨®n con disolvente y entr¨® con ¨¦l en el cajero.
Oriol P. ha asegurado que no se percat¨® de lo que hizo Juan Jos¨¦ M. con el bid¨®n y no supo que la v¨ªctima hab¨ªa muerto hasta que lo dijo la Polic¨ªa cuando lo detuvo.
El procesado, que en todo momento se ha referido a la v¨ªctima como se?ora o se?orita Endrinal, ha dicho que nunca ha sido "racista ni clasista" y ha negado que sonriera cuando se produjo la explosi¨®n del bid¨®n de disolvente que mat¨® a la mendiga, como se puede ver en la grabaci¨®n de las c¨¢maras de seguridad del cajero. "Es una noche de la que no quiero acordarme", ha a?adido.
Frente a los que lo catalogaban, junto a sus compa?eros, de "ni?os bien", Oriol P. ha insistido ante el tribunal en los m¨²ltiples "problemas familiares" que ha soportado desde su infancia tras la separaci¨®n de sus padres, lo que sumi¨® a su madre en la depresi¨®n y motiv¨® que sus hermanos pasaran a ser tutelados por la Direcci¨®n General de Atenci¨®n a la Infancia (DGAIA).
Seg¨²n el relato de Oriol P, que ha abandonado la sala de vistas con l¨¢grimas en los ojos, fueron sus t¨ªos de Barbastro (Huesca) los que le libraron de la suerte de sus hermanos y lo acogieron en su hogar durante dos a?os hasta que, tambi¨¦n, ese matrimonio se separ¨®.
Desde entonces, qued¨® a cargo de un t¨ªo alcoh¨®lico que le obligaba a andar por las calles hasta altas horas de la madrugada, sin tener en cuenta que al d¨ªa siguiente ten¨ªa obligaciones escolares, y que lo trataba "muy mal".
Por este motivo, decidi¨® trasladarse a Zaragoza, donde durmi¨® en un albergue social, y abrirse camino en esa ciudad busc¨¢ndose un empleo y un piso que tuvo arrendado hasta que fue detenido por el asesinato de la indigente, ocurrido una noche en que regres¨® a Barcelona para encontrarse con sus antiguos amigos.
Esa noche no s¨®lo acab¨® con esa vida que Oriol P. ha dibujado ante el tribunal que lo juzga, tambi¨¦n trunc¨® la de Rosario Endrinal y sus posibilidades de rehabilitarse, seg¨²n lamenta su hija en una carta que hoy ha hecho p¨²blica Televisi¨® de Catalunya.
En ese escrito, la hija de la indigente, Xantal, recuerda una madre "tan elegante que la miraba durante horas mientras se arreglaba y se maquillaba", y que "quiz¨¢ alg¨²n d¨ªa como hoy habr¨ªa decidido comenzar a aceptar ayuda para volver a ser quien hab¨ªa sido".
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