Ashgabat, la ciudad indefinible

El Registan ha parado hoy en la estaci¨®n de Ashgabat , la capital de Turkmenist¨¢n , por lo que he tenido todo el d¨ªa para deambular por la ciudad m¨¢s indefinible o inclasificable que he visto en mi vida. ?Un pastiche? ?nouvelle arquitectura? ?una estupidez?

Cuando se desintegr¨® la Uni¨®n Sovi¨¦tica, el que entonces era l¨ªder del Partido Comunista de Turkmenist¨¢n, Saparmurat Niyyazow , se las arregl¨® para seguir en el poder (como la mayor¨ªa de sus colegas de la rep¨²blicas vecinas). Durante 15 a?os detent¨® el gobierno de la manera m¨¢s desp¨®tica que se pueda imaginar y dilapid¨® ingentes cantidades de dinero procedentes de la exportaci¨®n de gas (Turkmenist¨¢n es el cuarto productor del mundo) en tirar la vieja ciudad y crear una nueva?. ?toda forrada en m¨¢rmol blanco!. El resultado: docenas y docenas de torres de apartamentos, palacios y m¨¢s palacios, c¨²pulas doradas, fuentes, grandes avenidas, estadios, m¨¢s palacios para bancos, para ministerios?. Una org¨ªa del ladrillo que ya quisiera un promotor de la costa espa?ola. Todo alicatado de m¨¢rmol blanco hasta el techo pero sin ninguna relaci¨®n con la cultura y la arquitectura local. Frio como un tanatorio. Adem¨¢s, en medio del desierto y en un pa¨ªs pobr¨ªsimo. Eso si, los turkmenos tienen electricidad, gas y agua gratis en sus casas. Y cinco litros de gasolina cuestan 1 euro.

Caminas por estas avenidas marcianas de Ashgabat y te marea la desubicaci¨®n. No puedes creer que est¨¦s en las estepas de Asia Central. Apenas hay gente, casi no hay locales comerciales, no se ven perros ni gatos, no se oye el trino de los p¨¢jaros en los parques; est¨¢ todo tan limpio y ordenado que parece falso. Al llegar la noche, los edificios se iluminan como si fuera Las Vegas, solo que en las calles hay cientos de polic¨ªas; y ni un transe¨²nte.

La ciudad m¨¢s extra?a e impersonal que he visto en mi vida. Si me pierdo, que no me busquen aqu¨ª.