El fiscal asegura que hay pruebas para condenar a los etarras de la T-4 independientes a la confesi¨®n de Sarasola
Insiste en su alegato en que las lesiones de dos de los acusados se debieron a una detenci¨®n violenta
Que Igor Portu, Mattin Sarasola y Mikel San Sebasti¨¢n fueron los autores del atentado de la T-4 en el que murieron los ecuatorianos Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate, pocos lo dudan. Lo dif¨ªcil ser¨ªa demostrarlo sin la declaraci¨®n policial de Sarasola, que tras su detenci¨®n un a?o despu¨¦s de colocar supuestamente la furgoneta bomba, confes¨® con todo lujo de detalles su participaci¨®n y la de sus compa?eros del comando Elurra de ETA en los hechos.
El problema es que el modo en que se obtuvo esa confesi¨®n est¨¢ en cuesti¨®n. El juzgado de Instrucci¨®n 1 de San Sebasti¨¢n ha abierto juicio oral contra los guardias civiles que participaron en la detenci¨®n de Portu y Sarasola. El fiscal del caso pide para cuatro de ellos penas de hasta tres a?os de c¨¢rcel por las lesiones causadas a los etarras. Portu tuvo que ser hospitalizado tras el arresto con dos costillas rotas y un neumot¨®rax. Sarasola, por su parte, presentaba hematomas y erosiones, seg¨²n los forenses que los atendieron.
Por esa raz¨®n, el fiscal de la Audiencia Nacional Daniel Campos, no s¨®lo trat¨® ayer de desmentir las acusaciones de torturas que mantiene su colega de San Sebasti¨¢n. Durante su informe final en el juicio por la bomba de Barajas, Campos trat¨® de demostrar la solidez de las pruebas obtenidas con independencia de la declaraci¨®n de Sarasola y que inculpan a los miembros del comando.
Entre ellas cit¨® las llamadas de aviso en nombre de ETA que presuntamente realiz¨® Portu o el comunicado posterior de la banda reivindicando el atentado. Tambi¨¦n se refiri¨® a los dos rev¨®lveres -de los robados en Vauvert (Francia) durante la tregua- y que Portu llevaba en su mochila en el momento de su detenci¨®n.
Otras dos pruebas obtenidas antes de que Sarasola declarara fue una nota manuscrita que Portu llevaba en su cartera en el momento del arresto y un post-it encontrado en el domicilio de Mikel San Sebasti¨¢n. En ambos papeles estaba escrito el tel¨¦fono del parque de bomberos de Madrid al que supuestamente llamaron para avisar del atentado. Los peritos caligr¨¢ficos de la Guardia Civil han certificado durante el juicio que la letra de cada una de las notas corresponde respectivamente a Portu y San Sebasti¨¢n.
El resto de evidencias -las que m¨¢s peso incriminatorio tienen para los acusados- parten de la declaraci¨®n de Sarasola o se confirman con ella. Fue Sarasola el que declar¨® que ensayaron la acci¨®n con un coche alquilado en una agencia de Ir¨²n. El contrato de alquiler estaba a nombre de Portu y reflejaba los kil¨®metros exactos de un trayecto de ida y vuelta a Madrid por carreteras secundarias de la provincia de Soria, el que presuntamente recorrieron los etarras con la furgoneta la v¨ªspera del atentado.
El fiscal Campos ha insistido esta ma?ana en que estas ¨²ltimas pruebas son perfectamente v¨¢lidas. El Ministerio P¨²blico ha dado plena credibilidad a las declaraciones de los guardias imputados por torturas en San Sebasti¨¢n. "Una ca¨ªda de dos agentes de fuerte complexi¨®n con su chaleco t¨¦cnico y su aparataje encima de un detenido, puede causar esas lesiones", ha dicho para desmentir las supuestas torturas a Portu.
Tambi¨¦n se refiri¨® al testimonio del abogado de oficio que atendi¨® a Sarasola durante su detenci¨®n en la Direcci¨®n General de la Guardia Civil, que no apreci¨® signos de tortura. Tampoco las apreci¨® el m¨¦dico forense de la Audiencia Nacional que lo examin¨® y que ayer asegur¨® ante el tribunal que los hematomas que presentaba "eran compatibles con una detenci¨®n violenta".
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