Con la manta a otra parte
El Vendrell y Calafell vuelven a perseguir hoy a los manteros despu¨¦s de tolerar la venta ilegal durante un mes.- Los inmigrantes, resignados, prev¨¦n proseguir su actividad entre persecuciones
"Uf, es muy cansado. No lo sabes t¨² bien", rememoraba anoche Ydriss, senegal¨¦s de 23 a?os, los veranos en que vend¨ªa relojes de primera marca sobre una manta que se replegaba y desplegaba al ritmo fijado por la persecuci¨®n policial. "Cuando los ves, corres y ellos tambi¨¦n empiezan a correr hasta que se cansan. Siempre es lo mismo", le daba la raz¨®n Abdoulaye, tambi¨¦n senegal¨¦s y vendedor de camisetas falsificadas cuya marca de lujo encend¨ªa la mirada de los curiosos que abarrotaron la plaza de la Luna de El Vendrell (Tarragona). Ambos inmigrantes exprim¨ªan anoche la ¨²ltima jornada del mercadillo ilegal designado por este municipio tur¨ªstico que, igual que la localidad colindante de Calafell, pact¨® tolerar la actividad de los manteros ante la avalancha de estos vendedores que desbord¨® a la Polic¨ªa Local.
La irregularidad, consentida por la Generalitat para garantizar la convivencia y la imagen tur¨ªstica de ambas localidades durante los meses estivales, forz¨® al Departamento de Interior a prometer el env¨ªo de m¨¢s Mossos d'Esquadra a cambio de que los alcaldes liquidaran la regularizaci¨®n de facto de esta venta irregular. La fecha l¨ªmite, que todos los manteros repet¨ªan anoche como una maldici¨®n, ha expirado hoy.
El alcalde de El Vendrell, Benet Jan¨¦ (CiU), y el de Calafell, Jordi S¨¢nchez (PSC), comunicaron hace diez d¨ªas a los vendedores ambulantes que el 1 de septiembre se daba por terminado el acuerdo que permit¨ªa esta actividad ilegal. "Esperamos tranquilidad, se han mostrado comprensivos y abandonar¨¢n la zona fijada", augura S¨¢nchez. "Todos han entendido que deben marchar de all¨ª, por su propio bien", a?ade su hom¨®logo de El Vendrell.
En las ¨²ltimas dos semanas, de hecho, las polic¨ªas locales de ambos municipios han mantenido ya reuniones de coordinaci¨®n con representantes de Interior y de los Mossos para incrementar el control sobre los manteros. Ambos alcaldes conf¨ªan en que los agentes de la polic¨ªa catalana empezar¨¢n hoy a patrullar por las zonas y a perseguir la venta ilegal, lo mismo que deber¨¢n realizar las polic¨ªas locales, habituadas a lo largo de agosto a limitarse a controlar ¨²nicamente que los manteros mercadeaban dentro de las zonas acotadas para ello. A partir de esta ma?ana, volver¨¢n a correr tras los inmigrantes.
"Ma?ana [por hoy] ya no estaremos aqu¨ª", se resignaban anoche los vendedores irregulares reunidos en corro. ?Se acab¨® la venta ilegal? "Regresaremos donde sol¨ªamos estar, todav¨ªa quedan un par de semanas de buena venta. Y volveremos a correr", previ¨® Mohammed, nigeriano que expon¨ªa bolsos falsificados de una marca de alto dise?o anta?o pr¨¢cticamente desconocida por los vecinos. Hoy, los modelos de esta marca francesa de renombre son casi los m¨¢s populares de El Vendrell. El acuerdo con los manteros ha supuesto una aventura rayando la ilegalidad para los alcaldes, a quienes los comerciantes denunciaron por prevaricaci¨®n en una querella retirada despu¨¦s de la intermediaci¨®n de la Generalitat en el asunto. Este ensayo in¨¦dito, sin embargo, tambi¨¦n ha calado sobre la rutina de estos municipios costeros.
"Les hemos puesto rostro a los manteros"
A lo largo de este mes, los ciudadanos han frecuentado con dedicaci¨®n los mercadillos ilegales para adquirir prendas y ropas aparentemente de lujo. "Aprovechar¨¦ para volver a Mali, hace cinco a?os que no voy ni visito a mis padres", le explicaba anoche Assouf a una clienta que miraba y remiraba los relojes de marca expuestos sobre la manta. "Deja de re¨ªrte, ya sabes que soy la pesada de los relojes, me encantan", hab¨ªa saludado poco antes a Assouf la clienta, una quiosquera local. "Lo que hacen es ilegal pero son muy buena gente, honrados, simp¨¢ticos. No me gustaban porque hasta ahora no les he puesto rostro. Ellos se dedican a vender para evitar caer en el comercio de droga ni en robar", explic¨® la mujer, que repite casi al dedillo el lamento que lanzaron los manteros en su ¨²ltimo d¨ªa de venta consentida: que su actividad es ilegal pero menos da?ina que las de otros delincuentes que, por ser menos visibles, permanecen menos perseguidos y criminalizados que los vendedores de la manta.
"Nunca venderemos droga ni robaremos ni usaremos la violencia para ganarnos la vida. No somos as¨ª", insisti¨® Assouf ante la mujer. "Aprovecha, que ma?ana ya no estaremos aqu¨ª", a?adi¨® el joven senegal¨¦s a la quiosquera mientras intercambiaban sonrisas. Esta ma?ana, en efecto, las plazas que ambos Ayuntamientos designaron como zoco para los manteros aparecen desiertas, solo manchadas por algunos restos de etiquetaje y envoltorios. Fin del experimento.
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