Odyssey revel¨® su estrategia a EE UU

El tesoro de La Mercedes constituye la base del conflicto que ha sacado a la luz las disputas entre Odyssey y Espa?a, pero ambas partes llevan unos diez a?os de relaci¨®n, no siempre mala. Los telegramas aportan nueva documentaci¨®n sobre algunos episodios.

Por ejemplo el de las tensiones entre el Ministerio de Cultura, Exteriores y la Junta de Andaluc¨ªa sobre el HMS Sussex, un barco brit¨¢nico hundido en el mar de Albor¨¢n en 1694. La empresa estadounidense ten¨ªa permiso del Gobierno espa?ol para buscarlo desde 1999, pero la Junta de Andaluc¨ªa, con competencia sobre sus aguas, se opon¨ªa. Las negociaciones se prolongaron hasta 2005. El asunto lleg¨® a las embajadas. Reino Unido hab¨ªa acordado con la empresa la b¨²squeda del pecio, as¨ª que el Ministerio de Exteriores acab¨® concediendo un permiso para rastrear en aguas espa?olas (Ver EL PA?S del 22, de julio de 2007). Eso hizo enfurecer a Cultura, dirigida entonces por la ministra Carmen Calvo.

Los cables aportan m¨¢s documentos sobre las tensiones entre Exteriores y Cultura por el 'Sussex'

Disensiones entre los ministerios

Uno de los cables, de noviembre de 2005, muestra ese enfado y abunda en las disensiones entre los ministerios. El cable explica que la atm¨®sfera del encuentro fue buena. "Calvo, claramente y como el resto de su gabinete, considera que tener buena relaci¨®n con Estados Unidos es algo sagrado, sin embargo, su buena disposici¨®n es cuestionable", asegura el informe del embajador Aguirre, que recuerda que la ministra dijo que la empresa Odyssey solo buscar¨ªa el tesoro del Sussex "por encima de su cad¨¢ver".

Los diplom¨¢ticos comentan en ese cable que la empresa estadounidense est¨¢ en muy buena posici¨®n ahora para buscar el pecio del Sussex, porque han recibido una nota con el permiso del Ministerio de Asuntos Exteriores. Carlos Alberdi Alonso, miembro del gabinete de Calvo, les dice que ha sido un error del Ministerio de Exteriores y que la competencia en los permisos es de la Junta de Andaluc¨ªa. A¨²n as¨ª, la embajada anuncia que la empresa estadounidense saldr¨¢ a buscar el tesoro del Sussex en las pr¨®ximas semanas, a pesar de que su barco puede ser abordado por la Guardia Civil. "Con el permiso de Exteriores y el peso de la ley internacional", comenta la embajada, "quiz¨¢s a Odyssey le merezca la pena correr ese riesgo".

Las cosas se ponen feas a?os despu¨¦s, cuando Odyssey anuncia en mayo de 2007 que ha encontrado el tesoro de las 500.000 monedas por el que todav¨ªa hoy mantiene un litigio con Espa?a. D¨ªas despu¨¦s, la embajada comunica al Departamento de Estado que todas las operaciones para encontrar el Sussex se han suspendido y que los funcionarios de Exteriores se sienten traicionados despu¨¦s de haber intervenido en nombre de la empresa frente a Cultura y haber conseguido que pudiera operar en aguas espa?olas.

La siguiente reuni¨®n interesante es la que mantiene el segundo de la embajada, Hugo Llorens, con dos representantes de Odyssey, la abogada Marie Rogers y un miembro de la compa?¨ªa, Ali Nasser. Es en julio de ese mismo a?o. Lo que se desprende de la reuni¨®n es que los diplom¨¢ticos sol¨ªan tener conocimiento de la estrategia de la compa?¨ªa. Nasser, por ejemplo, cuenta a Llorens sus planes para que los buques de la compa?¨ªa abandonen lo antes posible Gibraltar y comunicar¨¢ a la Guardia Civil un d¨ªa antes que saldr¨¢n del puerto. "Nasser dice que est¨¢n preparados para recibir a alg¨²n representante del Gobierno en su barco y llevarlo al lugar donde encontraron el Cisne Negro, aunque eso solo ocurrir¨¢ si no se detiene a los barcos de la empresa", contin¨²a el despacho.

Nada de eso ocurri¨®. Los barcos fueron detenidos, la Guardia Civil los registr¨® y Odyssey march¨® a Reino Unido para no volver a cruzar las aguas espa?olas. Las monedas siguen en Tampa. Espa?a ha conseguido por ahora que la Administraci¨®n Obama y los jueces que llevaban el caso en Tampa (Florida) le dieran la raz¨®n y determinaran que el tesoro debe ser devuelto. Pero la empresa ha recurrido y el proceso amenaza con prolongarse hasta la decisi¨®n del Tribunal Supremo.

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