Fallece el teniente general Aramburu Topete, que plant¨® cara a Tejero el 23-F

El teniente general Jos¨¦ Aramburu Topete, que estuvo al mando de la direcci¨®n de los servicios montados para poner fin al asalto del Congreso en la intentona golpista del 23-F, ha fallecido a los 92 a?os en su domicilio de Majadahonda (Madrid), hacia las 15.40. Los restos del militar han sido trasladados al Tanatorio de La Paz, en Tres Cantos.

Minutos despu¨¦s de que Antonio Tejero entrara a tiros en el Congreso, el 23 de febrero de 1981, el general Jos¨¦ Aramburu Topete se present¨® en la verja del palacio de las Cortes y pidi¨® hablar con el jefe de la fuerza ocupante. Como director general de la Guardia Civil, intentaba recuperar a la fuerza que se hab¨ªa rebelado. Tejero acudi¨® a la verja: "Teniente coronel", le dijo Aramburu, "deponga su actitud y acabe con esta locura". Tejero le contest¨® amenaz¨¢ndole con pegarle un tiro. Aramburu se llev¨® la mano a la pistola y se vio enca?onado por los guardias que acompa?aban al jefe de los asaltantes. Un ayudante de Aramburu disuadi¨® al general de sacar su arma y Tejero se retir¨®, creyendo terminado el incidente.

No fue la ¨²nica vez en que las pistolas rebeldes amenazaron a Aramburu. El general vio a decenas de guardias que permanec¨ªan en la calle y les orden¨® subirse a uno de los autobuses e irse por donde hab¨ªan venido. Su graduaci¨®n se impuso al principio, pero uno de los tenientes que hab¨ªan secundado la ocupaci¨®n apareci¨® pistola en mano y amenaz¨® al general, mientras mandaba bajarse otra vez a los guardias. Aramburu no quiso iniciar un tiroteo y opt¨® por retirarse al hotel Palace, donde se uni¨® al jefe de la Polic¨ªa Nacional, el general Jos¨¦ S¨¢enz de Santamar¨ªa, y estuvieron en el puesto de mando de las fuerzas que trataban de poner fin a la intentona. Fracasado el golpe, Tejero acept¨® rendirse en la ma?ana del 24 de febrero.

Aramburu era un excombatiente de la Guerra Civil en el bando franquista, en la que result¨® herido en la batalla de Teruel. Tambi¨¦n, un veterano de la campa?a de Rusia con la Divisi¨®n Azul,en la que fue recibi¨® dos condecoraciones alemanas. Pero eso no le convert¨ªa en un nost¨¢lgico del franquismo, sino en un militar profesional que, llegado el momento decisivo, supo mantenerse fiel a la Constituci¨®n y a la legalidad.

Nacido en Huelva, en 1918, sigui¨® la carrera propia de un militar profesional y diplomado de Estado Mayor. Ascendi¨® al generalato en 1975. Ya con la democracia, colabor¨® con el teniente general Guti¨¦rrez Mellado y en 1980 fue nombrado director general de la Guardia Civil, en un momento pol¨¦mico para el cuerpo. Su antecesor, Pedro Fontenla, dej¨® el cargo por disconformidad con la definici¨®n legal que las Cortes hab¨ªan dado del cuerpo que, sin perder su car¨¢cter militar -y como tal depende del Ministerio de Defensa- act¨²a a las ¨®rdenes de Interior para las funciones de orden p¨²blico.

Ascendido a teniente general tras el fracaso del golpe, segu¨ªa mandando a la Guardia Civil cuando se produjo la primera victoria del PSOE en 1982. Los socialistas de la ¨¦poca -y singularmente el entonces ministro del Interior, Jos¨¦ Barrionuevo- hablaron de ese cuerpo en t¨¦rminos de "descubrimiento". Desde 1980 hasta 1983, en que dej¨® de ser director general, ETA castig¨® dur¨ªsimamente a la Guardia Civil con atentados constantes, pero nunca hubo reacciones peligrosas en el seno del cuerpo. Su contribuci¨®n no se limit¨®, por tanto, a colaborar en el fracaso del golpe del 23-F, sino a mantener la disciplina y la eficacia de la Guardia Civil en unos a?os muy duros.