La sumisi¨®n sexual en el islam (y las an¨¦cdotas)
Por ?NGELES ESPINOSAIslam y sexo en la misma frase garantizan un titular con morbo. Si adem¨¢s se adereza con poligamia, esposas obedientes y un libro que anima al practicar el sexo en grupo para combatir un supuesto complot jud¨ªo, la tentaci¨®n es irresistible. Es lo que est¨¢ pasando con la noticia de que Malasia ha prohibido la circulaci¨®n de Sexo isl¨¢mico, combatiendo a los jud¨ªos para devolver el sexo isl¨¢mico al mundo. El panfleto, de 115 p¨¢ginas, est¨¢ publicado por el controvertido Club de las Esposas Obedientes y pretende ser un manual para que las mujeres musulmanas satisfagan plenamente a sus maridos, seg¨²n una informaci¨®n difundida por la prensa local. La noticia apunta que, adem¨¢s de en Malasia, el librito se ha distribuido en Indonesia y Singapur.M¨¢s all¨¢ de la an¨¦cdota, el asunto vuelve a poner sobre la mesa el papel de la mujer en el islam. El Club de las Esposas Obedientes es objeto de pol¨¦mica desde su fundaci¨®n el pasado junio por su defensa de la sumisi¨®n de la esposa al marido y la promoci¨®n de la poligamia. Ahora se ha superado al recomendar en esa gu¨ªa el sexo en grupo dentro de los matrimonios pol¨ªgamos.Es suficiente carnaza para que medio mundo se lleve las manos a la cabeza y se reafirme en sus estereotipos sobre el atraso de una religi¨®n a la que se adhieren 1.300 millones de personas, casi una quinta parte de la poblaci¨®n del planeta. Y ah¨ª radica la clave del asunto. El peculiar club que, c¨®mo no, fue fundado por un hombre, dice tener ¡°mil asociadas y creciendo¡±. ?Qu¨¦ representan mil asociadas entre 1.300 millones? De hecho, desde el propio islam se han elevado voces contra el club como la de Rahna Osman, de Sisters in Islam, una asociaci¨®n que hace campa?a por la igualdad. Este grupo subraya que las ideas que promueven ¡°las esposas obedientes¡± no se corresponden con las interpretaciones religiosas que siguen la mayor¨ªa de los musulmanes, adem¨¢s de atentar contra la dignidad de las mujeres. Las autoridades de Malasia han ido m¨¢s lejos al vincular a los editores con una secta her¨¦tica local llamada Al Arqam. Este v¨ªdeo explica bien la pol¨¦mica sin caer en el sensacionalismo:
En ¨¦l aparece la presidenta del club, Fawziyah Arefi, que atribuye la mayor¨ªa de los males de las sociedades modernas a la falta de obediencia de las mujeres. Muchos ultraconservadores de Occidente apoyar¨ªan esa tesis y tambi¨¦n dentro del cristianismo hay grup¨²sculos con ideas peregrinas al respecto (recientemente se desmantel¨® una secta en EEUU que practicaba la poligamia con menores). M¨¢s ex¨®tica resulta su sugerencia de que las esposas deben comportarse el cama ¡°mejor que la mejor prostituta de lujo¡±.
Los musulmanes tienen un importante debate en marcha sobre el papel de la mujer en la sociedad, pero sus problemas son de m¨¢s enjundia que el comportamiento en la cama. La autonom¨ªa personal, el derecho al divorcio y la custodia de los hijos, la igualdad con el hombre en la herencia e incluso la abolici¨®n de la poligamia (que aunque admitida por el islam, desaconsejan muchos te¨®logos), son asuntos por los que las musulmanas trabajan desde Marruecos hasta Indonesia pasando por Ir¨¢n. Aunque haya hombres que lo lamenten, el Club de las Esposas Obedientes no representa ni a la mayor¨ªa, ni tan siquiera a un grupo significativo de mujeres musulmanas.
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