Unidos en huelga de hambre frente al Congreso por su lucha con su banco

Francisco Ca?as se hace un l¨ªo cuando intenta explicar las operaciones financieras que le han llevado a perder los 300.000 euros de indemnizaci¨®n que su hijo Juan Pedro cobr¨® tras quedar tetrapl¨¦jico en un accidente de tr¨¢fico que no caus¨®. No se aclara, como tampoco entendi¨® qu¨¦ le estaban ofreciendo cuando dos representantes de la entidad bancaria en la que su mujer y ¨¦l ingresaron el dinero, el Banco Santander, se desplazaron hasta su domicilio para presentarles una propuesta de inversi¨®n.

Este hombre de Villargordo, un pueblo de Ja¨¦n, jura y perjura que explic¨® claramente a los representantes de la entidad que su prioridad era que la inversi¨®n fuera segura. "Es el dinero de Juan Pedro. Lo necesitamos para cuidarle y para que le sigan atendiendo cuando faltemos nosotros, no quer¨ªamos riesgo ninguno", se duele. "Pero nos dijeron que nos lo ofrec¨ªan por su bien, que los intereses iban a ser muy suculentos". Francisco y su mujer acabaron invirtiendo buena parte del dinero -m¨¢s otros 300.000 euros que les ofrecieron por medio de dos cr¨¦ditos- en fondos de la ya famosa estafa Madoff.

Tres vidas rotas

Pasaron un par de a?os, la estafa salt¨® y Francisco y su mujer perdieron casi todo el dinero. No saben exactamente cu¨¢nto les queda ni c¨®mo se encuentran ahora sus maltrechas finanzas. Lo que s¨ª sabe es que su vida, ya rota, se ha roto del todo. Ha dejado el colmado en el que trabajaba para cuidar de su hijo, las depresiones y disgustos han acabado con su matrimonio y, lo que realmente le parte el coraz¨®n: no tiene el dinero necesario para pagar los cuidados y los tratamientos que necesitar¨ªa su hijo, "que mide dos metros, pesa 100 kilos, pero es completamente como un beb¨¦".

Hace un a?o, un amigo de Francisco vio en televisi¨®n al catal¨¢n Jos¨¦ Luis Burgos, que lleva tres a?os batallando con la misma entidad por su vivienda. El litigio de Burgos es complejo y radica, b¨¢sicamente, en su desacuerdo con la entidad por un seguro de vida que firm¨® junto con la hipoteca de 300.000 euros que obtuvo para financiar y rehabilitar su casa, una villa antigua heredada por su mujer y que ha tenido que adaptar a su silla de ruedas. A los cinco a?os de firmar el cr¨¦dito, a Burgos, que de peque?o padeci¨® la polio, se le diagnostic¨® una escoliosis severa que le ha costado la invalidez permanente. Al dejar de trabajar (se ha dedicado a la "formaci¨®n de directivos" y ha abierto webs de contenido porno), dej¨® de pagar la cuota. Burgos sostiene que su seguro de vida contemplaba la invalidez permanente y debe hacerse cargo del resto de la hipoteca. La aseguradora, que pertenece tambi¨¦n al Santander, discrepa: s¨®lo le reconocen el derecho a cobrar 90.000 euros. La entidad inici¨® hace ya un a?o la ejecuci¨®n hipotecaria.

Burgos -que no est¨¢ dispuesto a perder una casa familiar de la que sostiene ya ha aportado el 60% del valor- se ha convertido en un activista de su causa y por el momento ha logrado frenar el desahucio. Se siente v¨ªctima de una estafa y ha emprendido un peregrinaje por 28 ciudades espa?olas para exponer su caso y encontrar otros similares. Adem¨¢s, escribe un blog en el que expone su caso y pensamientos.

Frente al Congreso

Desde hace una semana ambos se han plantado frente al Congreso en modo de protesta, bien abrigados (aun as¨ª, las manos se quedan heladas pronto) y portando sendas pancartas exponiendo su protesta (tambi¨¦n piden dinero para sus gastos y para Juan Pedro). Dicen que s¨®lo ingieren un l¨ªquido amarillento que llevan en una botella: una mezcla de miel, agua y lim¨®n. Francisco tambi¨¦n est¨¢ tomando jarabe para la tos porque se ha resfriado.

Mientras tanto, el combativo abogado Juan Manuel Moreno-Luque, especializado en representar a accionistas frente a abusos de las entidades (son conocidas sus beligerantes intervenciones en las Juntas de accionistas del Santander), se ha hecho cargo de sus casos. Este abogado ha logrado, entre otras cosas, que Banif inmobiliaria desembolse 2.500 millones de euros para a los perjudicados por el fondo inmobiliario del Santander.