Taxi-cr¨®nicas de Am¨¦rica Latina
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Esta entrada ha sido escrita por Asier Hernando(@asierhm)
Una de las muchas formas de conocer algunas realidades de los pa¨ªses a los que viajamos es conversar con los taxistas. Yo reconozco especial predilecci¨®n por esta pr¨¢ctica. Muchas veces uno termina con ricas conversaciones que quisiera que nunca acabaran mientras en otras le dan ganas de abrir la puerta del taxi y saltar. Este fue el caso en mi ¨²ltimo viaje a M¨¦xico cuando el taxista me dijo con orgullo que era racista pero a?adi¨® que pese a ello, Rihanna, que sonaba en la radio del coche, le maravillaba. Yo me qued¨¦ sin habla durante todo el trayecto mientras me hac¨ªa un alegato de la artista.
Otra de las veces que me qued¨¦ sin habla fue el primer d¨ªa que llegue a Honduras, cuando el taxista me pregunt¨® que si cre¨ªa en Dios. Yo le dije que no, y me respondi¨® ¡° ?ah! entonces es que usted no ha nacido¡±. Este fue uno de los tantos taxistas cristianos que me encontr¨¦ en el pa¨ªs donde las diferentes iglesias tienen un enorme poder. Sus edificios son m¨¢s grandes que los de los bancos o la Casa de Gobierno, manejan m¨¢s presupuesto que los ministerios y sus v¨ªnculos con las ¨¦lites del pa¨ªs y con EEUU han sido extensamente estudiados.
El caso de Bolivia es diferente, la cultura pol¨ªtica de su gente es de las mayores que he visto en Latinoam¨¦rica. Uno puede entablar conversaciones con los taxistas sobre cuestiones pol¨ªticas o econ¨®micas que no he tenido la posibilidad de tener en otros lugares. En m¨¢s de una ocasi¨®n termin¨¦ debatiendo sobre cu¨¢l debe de ser el modelo de desarrollo para el pa¨ªs, los vac¨ªos de la nueva Constituci¨®n o lo retos de la multiculturalidad y plurinacionaliad. En estas ocasiones, m¨¢s que debatir, aprend¨ª...una c¨¢tedra en 30 minutos de trayecto.
Y por ¨²ltimo el caso del Per¨², donde los alimentos y la comida est¨¢n sirviendo para generar una conciencia social entre su poblaci¨®n urbana. Actualmente es uno de los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina donde mejor se come y gracias a la enorme labor de sus chefs y de su asociaci¨®n APEGA se est¨¢n danto dos peque?as revoluciones. La primera es que se comienza a reconocer la enorme importancia de los campesinos para el pa¨ªs y la segunda es que la comida es ahora un punto de uni¨®n entre diferentes clases sociales, lo que rompe barreras hasta entones inquebrantables. Hace dos meses, el taxista que me llev¨® del aeropuerto al hotel me dijo que quer¨ªa que su hijo fuera chef, para que produzca buenos alimentos para el Per¨² y apoye a los campesinos. La verdad es que me emocion¨¦.
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